Cómo nos conocimos

"El amor está en las pequeñas cosas, el amor es regalar un rosal y no una rosa"

Ramon Gener, músico

Ésto es algo que pocas personas saben sobre Ramon Gener: en realidad, sabe mucho más de caballos que de música. "Los caballos son mi pasión oculta", confiesa. Es una pasión que heredó de su padre y, mira por dónde, fue gracias a estos animales que Gener conoció también al amor de su vida. "Mi única historia de amor es con mi mujer, la conozco desde los 18 años y hasta ahora", explica el músico.

A Corinna la conoció en la hípica. “Apareció allí un buen día y sólo hablaba alemán. A mí me encantó y los caballos fueron la excusa para acercarme a ellos”, explica. Acababa de llegar de Alemania y que un local se interesara por ella le iba bien para aprender el idioma. Gener, por su parte, también se esforzó con el alemán. “Tenía un amigo que hablaba un poco y yo le pedía que me enseñara algunas palabras. El problema es que las palabras que me enseñaba no me servían: yo quería poder decirle que era muy guapa, que el vestido que llevaba me gustaba mucho”.

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Sea como fuere, Gener y Corinna se fueron entendiendo y, poco a poco, fueron aprendiendo el idioma del otro. “Es muy sexy ir descubriendo así a una persona, porque tienes que ir intuyendo cómo es. El otro no te lo puede contar ni tú puedes contárselo. Siempre me ha hecho mucha ilusión de que Corinna aprendiera el idioma conmigo. Ahora no dirías que es alemana porque lo habla perfectamente”. Aún así, la lengua que se habla en casa es el alemán. “Creo que fue por ella que me entró la pasión por los idiomas y la comunicación: ahora hablo cinco lenguas”, explica Gener. Su primera prueba de amor, de hecho, fue apuntarse al Instituto Alemán, el Goethe Institut. "Hice todas las clases posibles y me saqué todos los diplomas posibles", asegura.

Para Gener, el amor está “en las pequeñas cosas”. “Creo que debemos intentar querer al otro como quiere que le quieran. El amor está en las pequeñas cosas, porque las grandes, cuando pasan, pasan, y ya sabes que tienes que estar ahí”. Pequeñas cosas, explica el músico, como comprar cada año un rosal por Sant Jordi y plantarlo en el jardín de casa. “Tenemos nuestras propias rosas. Las vemos florecer en primavera y vemos cómo se marchitan en otoño. Vemos cómo llega el invierno y se quedan en estado letárgico hasta que vuelven a brotar. Puede parecer una tontería, pero estas cosas te hacen querer seguir vivo y te hacen querer seguir juntos”.

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Después de tantos años juntos, Gener se da cuenta de que a menudo no necesitan palabras para hacerse entender. "Exactamente igual que cuando nos conocimos", reflexiona el músico.