Escalan las protestas en Marruecos: ¿por qué los jóvenes han salido a la calle en masa?

BarcelonaLas calles de varias ciudades de Marruecos vivieron la noche del miércoles la quinta jornada consecutiva de protestas organizadas a través de las redes sociales por un grupo de jóvenes anónimos llamado GenZ 212. En los últimos dos días, ha escalado la tensión y se han producido enfrentamientos entre la policía y los manifestantes, que se saldaron con la muerte de dos personas, más de 300 heridos y 400 arrestos, según el ministerio del Interior. La ola de protestas llega en un momento poco propicio para el régimen marroquí, poco más de dos meses antes del inicio de la Copa de África de Naciones de fútbol, ​​una especie de ensayo de cara al Mundial del 2030, que organiza el país magrebí junto a España y Portugal.

La coincidencia de las protestas con el evento deportivo no es del todo casual, ya que una de las quejas de los jóvenes es que el gobierno está gastando una cantidad ingente de recursos para construir los nuevos estadios mientras aumentan las desigualdades y se deterioran los servicios públicos. Recientemente, se supo que ocho mujeres embarazadas fallecieron en el hospital de Agadir porque el centro no disponía de los recursos necesarios para atenderlas. En sus manifiestos públicos, el grupo GenZ 212, desconocido hasta hace poco, se define como "un espacio de debate" sobre las cuestiones que "preocupan a todos los ciudadanos, como la sanidad, la educación y la lucha contra la corrupción".

Aunque GenZ 212 asegura rechazar la violencia, las manifestaciones han desembocado en disturbios en varias ciudades. Los más graves fueron en el sur del país, en Lqliâa, cerca de la ciudad de Agadir, donde un grupo de personas intentó asaltar y prender fuego a una comisaría de policía. Para evitarlo, la policía hizo uso de sus armas de fuego, lo que provocó la muerte de dos de los asaltantes, según informó la agencia oficial marroquí MAP. El nombre del grupo hace referencia a la generación Z, que es cómo se conocen en sociología a las personas nacidas entre los años 1990 y 2010.

En Marruecos, el derecho de manifestación está muy restringido y no es fácil obtener permisos para organizar protestas contra el gobierno. Por eso, la policía disolvió por la fuerza las manifestaciones en los primeros días, lo que provocó escenas de tensión y violencia. En varios vídeos difundidos en las redes sociales, se pueden ver furgonetas de policía embistiendo a los manifestantes. La brutalidad en la represión de las protestas ha provocado que la ira de los manifestantes se dirija contra los vehículos policiales: hasta 140 fueron incendiados en todo el país. Asimismo, en algunas ciudades, especialmente en Inzegane y Ujda (en el sur y este del país, respectivamente), también se atacaron edificios públicos y sedes bancarias.

La sombra de la monarquía

Aunque en Marruecos se celebran elecciones legislativas desde hace más de dos décadas, el margen de maniobra del ejecutivo es limitado, puesto que el rey Mohamed VI y sus asesores constituyen el verdadero centro de poder en el país. Después de que los antiguos partidos de oposición, los socialistas del USFP y los islamistas del PJD, una vez en el poder fueran incapaces de aplicar los cambios prometidos, en las elecciones del 2021 se impuso el RNI, un partido cercano a palacio. De hecho, su líder y actual primer ministro, Aziz Akhannouch, es un magnate y amigo personal del rey.

La falta de instrumentos para canalizar las demandas sociales de la población ante un sistema percibido como corrupto ha provocado otras potentes oleadas de manifestaciones, como las del 2011, a raíz del estallido de las llamadas Primaveras Árabes, o las de la región del Rif en 2016, duramente reprimidas. "Estas protestas son importantes porque son muy transversales y están extendidas por todo el país, como ocurrió también en el 2011. En otras ocasiones, estaban más localizadas. Un hecho importante es que ahora se ha añadido también la oposición política", explica Irene Fernandez-Molina, profesora de la Universidad de Exeter especializada en Marruecos.

Por su parte, la profesora Khadija Mohsen-Finan, de la Universidad IEP de París, destaca que las protestas han sorprendido a las autoridades, "muy seguras de sí mismas" después de haber recibido apoyo de varios países en las tesis marroquíes sobre el Sáhara Occidental. Ambas expertas coinciden en señalar que si no existe una negociación entre las autoridades y los manifestantes, es probable que en los próximos días se produzca una escalada de las tensiones aún mayor.