Alemania

Alemania declara el nivel de alarma ante la escasez de gas ruso

El gobierno de Berlín busca proveedores alternativos a Rusia y reabrirá centrales de carbón

Dortmund (Alemania)Ante los problemas de importación del gas ruso y la drástica subida de precios de la energía, el gobierno alemán ha elevado este jueves el estado de inquietud y prevención. De palabra y de facto. El ministro federal de Economía, Robert Habeck, ha remarcado que “el gas es ahora un bien escaso en Alemania”. “Aunque no podamos percibirla, ya estamos en una crisis del gas”, ha advertido el titular del ejecutivo de Berlín, a la vez que anunciaba la activación del nivel de alarma, la segunda fase del plan de emergencia de tres etapas que se ha implementado para hacer frente a la reducción del suministro del gas procedente de Rusia. Actualmente, la seguridad de la entrega está garantizada, pero “la situación es tensa” en la principal economía europea y “el camino a recorrer como país es pedregoso”. 

Habeck ha apelado a todos los consumidores –tanto a la industria como a las instituciones públicas y a las familias– para que continúen reduciendo el uso del gas tanto como sea posible. El ministro de Economía se ha referido a la percepción “de una engañosa seguridad” en verano. “Pero llegará el invierno y tenemos que tomar todas las precauciones para estar preparados”, ha avisado.

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El llamamiento a elevar el nivel de alarma tiene que ver con la disminución de la distribución del gas ruso por el gasoducto Nord Stream 1, que pasa por el mar Báltico. Desde la reducción del paso del gas en las últimas semanas el mercado todavía está más tenso. Y, en el horizonte, aparece otro perjuicio. A partir del 11 de julio está prevista una inspección del gasoducto, que puede durar unos diez días, y esto retrasará todavía más la importación del gas.

Habeck lo tiene claro: “El estrangulamiento de la distribución del gas es un ataque económico de Putin contra nosotros. Su estrategia es fomentar la inseguridad, elevar los precios y dividirnos como sociedad. Contra esto nos defendemos”.

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La principal prioridad del gobierno alemán en este sentido es llenar los depósitos de gas mientras se van buscando proveedores alternativos y se van fomentando las instalaciones que producen energía renovable.

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Los centros de almacenamiento de gas están casi al 60%. Pero si las entregas del gas ruso a través del Nord Stream 1 se mantienen en el bajo nivel del 40%, el objetivo de tener los depósitos llenos al 90% en diciembre difícilmente será alcanzable sin medidas adicionales.

En marzo, el ministerio de Economía alemán decretó el nivel de alarma preventiva, que servía básicamente para concienciarse y prepararse para un empeoramiento de la distribución del gas ruso. Que ahora Berlín pase a la fase 2 de su plan de emergencia no implica la intervención del estado en el mercado, que solo se produciría a partir de la tercera fase. Entonces las autoridades podrían racionalizar el reparto del gas y decidir quién –y quien no– recibe esta fuente energética. Las familias están especialmente protegidas y tendrían que ser abastecidas el máximo tiempo posible. La industria, sin embargo, tendría que prepararse para recortes.

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Recuperar el carbón

La decisión anunciada este jueves, a pesar de todo, se considera un requisito previo para los planes del gobierno federal de volver a poner en marcha más centrales de carbón para ahorrar gas natural en la producción de electricidad en los próximos meses. La ley correspondiente se aprobará en el Bundesrat (la cámara alta) el 8 de julio. En la picota queda el objetivo del gobierno de coalición –con los Verdes en el ministerio de Economía y Protección Climática– de avanzar al 2030 el apagón del carbón en el país, que estaba previsto para el 2038.

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Pese a la elevación del nivel de alarma, las empresas de servicio público todavía no podrán aumentar los precios del gas en virtud de la ley de seguridad energética, porque tienen que cumplirse más condiciones. “Queremos continuar vigilando el mercado”, ha indicado Habeck. Se espera que los suministradores de gas solo hagan más adelante uso de su derecho de ajustar los precios con sentido de la proporción. “Mi impresión es que los proveedores no están dispuestos a subir inmediatamente los precios a una amplia masa de clientes privados. Esto provocaría un gran caos, porque muchos clientes particulares dan por hecho que estarán en una situación segura durante meses”, apunta Udo Sieverding, experto en energía del Centro de Consumidores del Renania del Norte-Westfalia, al diario Süddeutsche Zeitung. En cambio, es muy factible, razona, que los proveedores de gas se dirijan primero a sus clientes empresas, porque son personas de contacto fijas con quien se puede abordar esta cuestión de manera profesional. En todo caso, Sieverding parte de la base de que los precios del gas se podrían triplicar respecto al nivel de antes de la crisis.