“Nunca habíamos vivido un retroceso tan grande”: las argentinas salen a la calle contra Milei

El desmantelamiento de los derechos adquiridos que está llevando a cabo el nuevo presidente argentino hace prever un 8M masivo

Buenos AiresLa marea verde que inundó las avenidas de Buenos Aires en el 2020 en la campaña para un aborto legal, seguro y gratuito volverá a derramar por calles y plazas de toda Argentina este 8 de marzo del 2024. lectivos feministas argentinos se preparan para una jornada de protesta que calculan que será masiva. Los retrocesos en la agenda de género del gobierno de Javier Milei, acompañados de los recortes en el sector público y el empobrecimiento generalizado de la población, son los ejes que guían este 8 de marzo, en los que el movimiento feminista se reactiva después de largos meses sin apenas presencia en las calles: la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo representó un hito y la culminación de un episodio de lucha. Pero ahora los derechos adquiridos están bajo amenaza, y las políticas de austeridad castigan con mayor fuerza a las mujeres y las disidencias, por lo que éste no es un 8 de marzo cualquiera.

“Nunca habíamos vivido un retroceso social como el actual –explica Victoria Tesoreiro, activista feminista, en conversación con el ARA–. La licuación del salario, la inflación, el hambre, el protocolo contra la protesta y la posibilidad de que el decreto nacional de urgencia (DNU) de Javier Milei entre en vigor son todos motivos por los que convocamos este 8 de marzo”. Colectivos feministas llevan un mes manteniendo semanalmente asambleas abiertas, donde se ha acordado que es prioritaria la agenda social junto con la de género: “Las activistas y organizaciones feministas en Argentina tenemos un perfil de militancia social, somos sensibles a lo que ocurre en nuestros barrios, puestos de trabajo y comunidades”. La liberalización de los precios y los despidos masivos en el sector público han comportado una reducción del consumo en Argentina: “Los brutales recortes económicos llevan a millones de personas, sobre todo mujeres, disidencias y niños, a la pobreza ya la desesperación”, dice al 'ARA Lucrecia Aranda, referente de la campaña para el aborto legal.

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La "batalla cultural" de Milei contra derechos adquiridos

Javier Milei ya lo advertía en campaña: "La brecha salarial de género no existe", "El aborto es la mayor prohibición de la libertad", "La educación sexual integral deforma la cabeza". Y un largo etcétera de ataques directos e indirectos tanto a las políticas públicas con perspectiva de género como a personas y colectivos. La ministra de Exteriores argentina, Diana Mondino, comparó el matrimonio gay con “no ducharse y estar lleno de piojos”, y el diputado Ricardo Bussi se manifestaba así en contra de la cuota laboral trans: “Quien decida ser travesti, que se espabile solo. No debe hacerse cargo toda la comunidad”.

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Una vez elegido presidente, la “batalla cultural” de Milei contra “la agenda progre moderna” ha sido inmediata: en el primer trimestre de su mandato ha eliminado el ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad –haciendo desaparecer así políticas de protección a víctimas de violencia machista, entre otros–; ha desmantelado la educación sexual en las escuelas; ha cerrado el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo; ha prohibido el lenguaje inclusivo en la administración pública, y ha presentado un proyecto de ley contra la interrupción voluntaria del embarazo. Un ambicioso paquete de medidas que barren la perspectiva de género, considerada por el presidente como un “negocio de la política”. Mientras, aumentan los feminicidios en Argentina: en 2023 se registraron un total de 322, un 33% más que en 2022.

“Hay un claro discurso de odio contra las mujeres y las disidencias –sentencia Tesoreiro–, por lo que el movimiento feminista se está reactivando”. La activista lamenta que la organización sea más difícil que antes, y lo achaca a un “cambio de paradigma global” que incluye el impacto de la pandemia y el aumento del uso de las redes sociales, que conducen a un individualismo cada vez más palpable. “Pero Argentina tiene una cultura muy grande de construcción colectiva, y en momentos de crisis los movimientos de mujeres y diversidades han tenido un rol fundamental: estamos en los barrios, en los comedores comunitarios, en las universidades, en las fábricas, en los sindicatos… En las bases hay muchas mujeres, lo que sostiene una gran cantidad de espacios de solidaridad y cooperación”, apunta. En este caso, las asambleas semanales de cara al 8-M han vuelto a ser multitudinarias, por lo que ambas activistas confían en que la movilización de este viernes será masiva: "Esperamos que sea un 8-M fuerte, un punto de 'inflexión por volver a organizarnos contra el avance de quien viene a tomarnos todo lo que hemos conseguido”.