¿Qué ocurre en Cuba? "La vida aquí se está haciendo insoportable”
La isla caribeña atraviesa una nueva ola de protestas contra el gobierno, en medio de una situación límite a nivel material
Buenos AiresUna nueva ola de protestas estalló el pasado domingo en el oriente de Cuba. Cientos de personas salieron a las calles coreando dos consignas: “corriente y comida” –referida a los prolongados cortes de luz ya la falta de alimentos que vive la isla– y una más profunda y dolorosa, “Patria y vida”, la contraposición al lema nacional “Patría o muerte”, derivado de un discurso que Fidel Castro pronunció al poco tiempo del triunfo de la Revolución de 1959.
65 años después de ese momento bisagra de la historia mundial del siglo XX, la Revolución agoniza, pero se resiste a morir: “Ya casi nadie cree allí”, dice José, de 61 años, desde La Habana, en conversación con el AHORA. Él fue uno de los jóvenes cubanos que luchó en la guerra de independencia de Angola en 1975 con la solidaridad internacional como bandera; pero hoy reconoce, a pesar de que “el sistema político socialista en Cuba ha caducado”.
Al iniciarse las protestas el domingo, decenas de vídeos y retransmisiones en directo llenaron las redes sociales, poco antes de que el gobierno cortara los datos móviles en las localidades donde se llevaban a cabo. Los medios de comunicación oficiales hicieron una breve mención, y el presidente Miguel Díaz-Canel se pronunciaba a través de X contra el “bloqueo que pretende asfixiarnos”, refiriéndose alembargo económico que Estados Unidos mantiene sobre Cuba desde 1960.
Históricamente, el gobierno cubano ha atribuido la escasez material –de alimentos, medicamentos, combustible– al bloqueo, y ha vinculado cualquier disidencia dentro de la isla a organizaciones que, con la ayuda económica del gobierno de Estados Unidos, buscarían destruir la Revolución desde dentro.
2021: otro momento bisagra
Pero los hechos inmediatos a revisar para entender qué está ocurriendo hoy en Cuba se remontan al 2020. El entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había empeorado las restricciones económicas, limitando las transferencias de dinero de su país hacia la isla , que para la mayoría de familias cubanas suponen un importante –si no el principal– ingreso monetario, o la inclusión en una lista negra del Banco Financiero Internacional (BFI), que gestiona negocios entre Cuba y el extranjero. Poco después, la crisis del cóvido-19 golpeaba fuerte: carencia de medicamentos, militarización de las calles por el cumplimiento de las restricciones sanitarias, junto con una mayor escasez de alimentos, aumentos desmesurados de los precios y franjas cada vez más largas sin electricidad en los hogares , fueron cociendo un ambiente de tensión que desembocó en un estallido social el 11 de julio de 2021, con protestas nunca vistas en las calles que popularizaron la consigna “Patria y vida”, inspirada en la canción homónima que varios raperos cubanos habían publicado meses antes. La represión policial acabó con más de mil personas detenidas, de las que todavía hay varios cientos de presas.
Desde entonces, Cuba ha sufrido el mayor éxodo migratorio nunca visto desde 1959, con más de medio millón de entradas registradas en Estados Unidos entre 2022 y 2023, y varios miles en América Latina y Europa. “La isla se está vaciando”, lamenta en el ARA la Mel, periodista cubana de 27 años, desde La Habana: “Puedo contar con los dedos de una mano a los amigos que me quedan aquí”. A pesar de las dificultades, ella apostó por quedarse, pero cada vez más siente que está “perdiendo el tiempo y la vida” y que “lo único que tiene sentido es marcharse”. La joven cree que las protestas se irán repitiendo y que, eventualmente, se normalizarán y perderán fuerza. "No creo que haya una voluntad explícita del gobierno para hacer pasar hambre al pueblo", dice, "pero estas condiciones son invivibles".
Situación límite
José, por ejemplo, es informático y cobra alrededor de 20 dólares al mes. La cesta básica de alimentos subsidiados en Cuba ahora cuesta poco más de un dólar: llega una vez al mes e incluye arroz, frijoles, azúcar, aceite de soja (cada mes alterno), café (“cuando llega”) y productos de higiene como pasta de dientes o detergente, también “cuando llegan”. En cuanto a la proteína, “el pollo y los huevos están fallando hace tiempo”, reconoce José. La fruta y la verdura se compran en el mercado, pero medio kilo de tomate sale a medio dólar aproximadamente, al igual que un mango.
Fuera de la capital, la situación es peor: en la provincia de Cienfuegos, Mari, jubilada, pasa hasta 13 horas seguidas sin electricidad: “si consigues un pedacito de carne, debes comerlo el mismo día, si no con el calor se estropea”. Cuando carga el móvil, envía audios de WhatsApp a su sobrina, que hace dos años migró a Barcelona y está tramitando los papeles de su hijo, menor de edad, para que pueda salir de Cuba: “No puedes imaginarlo, media. Hiciste bien en marcharte, porque la vida aquí se está haciendo insoportable”.