China: ¿un freno para el desarrollo del Sur Global?
Los documentos oficiales que publica el gobierno chino suelen ser repetitivos y burocráticos. Pero leerlos en detalle, tomando notas, puede hacernos encontrar perlas que nos ayudan a entender mejor la visión del mundo de China. Hace unos días, estaba leyendo el documento Made in China 2025, la estrategia sobre tecnología más importante que ha sacado China en las últimas décadas. Publicado en 2015, el documento identificaba los sectores tecnológicos punteros en los que China debía invertir para acercarse al nivel de Occidente. Pero lo que me llamó la atención fue una frase al inicio de la estrategia donde se explicaba cuál era el "fundamento" mediante el cual las potencias modernas han llegado a ser "poderes mundiales". Curiosamente, ese fundamento no era la tecnología o los ejércitos, ni las alianzas o la ideología. Para el Partido, la base para llegar a ser una superpotencia es la "manufactura".
China es claramente la gran potencia industrial del siglo XXI. Como explica el economista Arthur Kroeber, la potencia asiática acapara un tercio de la manufactura mundial. Y, como indica el Made in China 2025, no parece estar dispuesta a renunciar a ella: si la base del poder geopolítico es la manufactura, ¿desindustrializarse no sería dispararse un disparo al pie?
Si nos tomamos en serio esta visión industrial-céntrica de China, muchas de las decisiones económicas de sus últimos años toman sentido. Al contrario que otras potencias que se han ido desarrollando –como Estados Unidos o la Unión Europa–, China no ha ido derivando a una economía orientada a los servicios. Las industrias tecnológicas que tiene mayor interés en dominar son las físicas del hardware, no las virtuales del software. Con su actual caída demográfica, ya hay economistas chinos que dicen que la robotización masiva –y no los inmigrantes– será la clave para mantener una industria fuerte. La gran transición verde que está haciendo China, en el fondo, es un proceso de electrificación del país: si tu principal fuente de energía son las renovables, la ventaja industrial que tienes en precios energéticos es descomunal.
Un tercio de la manufactura mundial
Mantener una base manufacturera como pilar del país puede ser bueno para la economía china y su poder geopolítico. Pero quienes probablemente saldrá perjudicado de esta estrategia son los países en desarrollo del Sur Global. Como han explicado economistas como Dani Rodrik, la mayoría de países que han desarrollado sus economías han sido los que han apostado por una industria local fuerte, que sirviera de transición entre el sector primario y una economía de servicios. Por eso Asia Oriental, por ejemplo, ha prosperado más que Latinoamérica.
China, Japón, Corea del Sur o Taiwán pudieron industrializarse, en buena parte, porque Occidente transicionó a una economía de servicios y dejó espacio para industrias en el exterior. Todo esto parece complicado que se repita, si China se empeña en seguir dominando un tercio de la manufactura mundial. Pese a que Pekín se ha intentado mostrar repetidamente como un líder del Sur Global, puede acabar siendo uno de sus frenos más dañinos.