Más de 30 muertos en la India por un alud humano en la fiesta del baño sagrado en el río Ganges

BarcelonaAl menos 30 personas murieron y más de 60 resultaron heridas este miércoles, según las cifras oficiales, en un alud humano en el festival Kumbh Mela, una de las principales celebraciones religiosas de la India. Sin embargo, la agencia de noticias Reuters asegura que ha contabilizado 39 cadáveres y tiene información de más de 90 personas heridas que han sido trasladadas al hospital. Hasta 57 millones de hindúes se habían reunido en la confluencia de los ríos Ganges y Yamuna para bañarse y purificarse de los pecados, tal y como manda la tradición hindú, en el momento en que se ha producido la tragedia.

El alud se ha producido después de que un gran número de devotos bajaran al río para bañarse, mientras otros dormían y se bañaban en la orilla. A medida que la gente ha intentado salir, muchos de los que querían acceder han caído al suelo, han derribado las barreras y han aplastado a los que ya estaban allí. Las imágenes de los medios locales muestran el escenario del caos y la devastación del desastre: pilas y pilas de ropa y zapatos de los peregrinos abandonados en el suelo.

Se prevé que más de 400 millones de personas, la mayor multitud de su historia, asistan a lo largo de las seis semanas que duran las fiestas del Kumbh Mela de este año que se celebran en Prayagraj, en el estado de Uttar Pradesh, en el norte de la India. La celebración ha sido muy promocionada por el primer ministro Narendra Modi, que ha hecho colgar carteles con su fotografía por toda la zona del evento, en otra exhibición del suyo populismo hinduista.

Respecto a la tragedia, Modi se ha limitado a dar el pésame "a los devotos que han perdido a sus seres queridos", y el comunicado oficial de las autoridades ha querido elogiar "la respuesta rápida y eficaz para restablecer el orden y garantizar la seguridad de los peregrinos", minimizando significativamente su impacto. El gobierno había prometido una gestión impecable de la situación, que incluía un sistema de inteligencia artificial para detectar y gestionar a las grandes multitudes que se formaran en un evento, que suponía una prueba de fuego para el gobierno, por el que habían invertido más de 1.000 millones de dólares.

El martes por la noche, debido a la gran afluencia, las autoridades pidieron a los peregrinos que se sumergieran rápidamente dos veces y salieran de la zona para evitar más aglomeraciones.