Sucesos

Aumentan a 2.012 las víctimas por el terremoto de Marruecos: "Nunca habíamos visto nada así"

El seísmo de magnitud 6,8 ​​se ha registrado a poca distancia de Marrakech

MarrakechUn leve temblor emergió del suelo hasta que se convirtió en una ráfaga de golpes ensordecedores. Parecía como si alguien golpeara las paredes del edificio. Pero era la tierra que se sacudía con violencia. A nuestro alrededor cayeron espejos y cualquier objeto que estuviera colgado de un clavo. El pánico nos impulsó a salir corriendo a la calle, al igual que hacían en ese mismo momento miles de marroquíes en todo el país. Se trataba del terremoto más grave que ha sufrido Marruecos en los últimos sesenta años, y que en pocos minutos dejaría miles de muertos y cientos de heridos. El último balance de víctimas es ya de 2.012 muertos y 2.059 heridos, según el ministerio del Interior marroquí.

El terremoto de magnitud 6,8 en la escala de Richter golpeó a Marruecos a las 23.11 horas del viernes, hora marroquí (las 0.11 del sábado en Cataluña). El epicentro estaba aproximadamente a unos 100 km al sur de Marrakech, a unos 10 km de profundidad, según el Instituto Geográfico Nacional del gobierno español. En esta zona remota en las montañas del Atlas, la más afectada, algunas de las localidades son de difícil acceso, lo que ha obligado al gobierno marroquí a movilizar al ejército y enviar helicópteros y otros vehículos militares.

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Los equipos de rescate han trabajado sin descanso durante todo este sábado para sacar a gente de debajo de los escombros, a menudo retirando las piedras con las manos. Muchas familias habían quedado sepultadas por sus propias casas mientras dormían. En el pueblo de Amizmiz, muy cerca del epicentro, los cuerpos sin vida cubiertos por mantas se amontonaban frente al hospital.

Pánico en Marrakech

El seísmo se ha notado con fuerza también en la ciudad de Marrakech, uno de los centros económicos y turísticos del país y ubicado a menos de un centenar de kilómetros del corazón del seísmo. Durante las horas posteriores al retumbar, el hospital provincial ubicado en la ciudad se ha visto inundado de heridos en poco tiempo, mientras las autoridades llaman a la población de todo el país para que done sangre. El temblor se escuchó incluso en lugares como Rabat y Casablanca, a 300 y 370 kilómetros de distancia, respectivamente, del epicentro del seísmo, aunque allí no ha habido víctimas.

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En pocos segundos, los habitantes y turistas que paseaban el viernes por el casco antiguo de Marrakech notaron unos fuertes golpes que sacudieron el suelo bajo sus pies. En medio del pánico, los edificios se vaciaron de gente, aunque las calles son estrechas y hay pocos espacios abiertos donde evitar los desprendimientos de edificios. Muchas casas han sufrido daños estructurales, con desprendimientos parciales y grietas, y algunas se han desmoronado completamente, tal y como ha visto esta periodista. El minarete de una de las mezquitas de la plaza Djemaa el Fna cayó sobre varios vehículos que había aparcados. Según un comunicado del ministerio reproducido por la 2M Marruecos, en toda la jefatura de Marrakech se han registrado 14 fallecidos, la cifra más baja del cómputo global.

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“Nunca habíamos visto nada así, no es habitual aquí”, explicaba Alí, uno de los vecinos que justo después del terremoto buscó refugio en la calle a la espera de algún mensaje proveniente del gobierno marroquí. El consulado español, tampoco dió directrices sobre qué hacer. A lo largo de la noche los vecinos se han amontonado en la calle, con camas improvisadas a partir de mantas y sillas. Algunos también han traído fogones de gas donde hervir las teteras de té que ofrecen a los turistas desconcertados. Incluso, un niño de unos 10 años se paseaba de grupo en grupo diciendo en un español aprendido sobre la marcha: “Tranquilos, todo bien”.

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El sonido de las ruedas de las maletas se alternaba con el motor metálico de las motos que iban y venían esquivando a la gente hacinada en la calle. Muchas personas, tanto turistas como locales, han decidido dormir en espacios más abiertos como plazas y parques. También son muchos los que han pasado la noche en el párquing del aeropuerto. Entrada la madrugada, el corte de la luz en algunas calles de la medina volvió a desatar el pánico entre los afectados. Las mujeres volvieron con los niños a casa, a pesar del riesgo. Al cabo de 10 minutos, la electricidad volvió..

Al día siguiente, una normalidad anormal

Y después de que miles de personas hayan pasado la noche al raso, las calles de Marrakech se han levantado con una normalidad anormal. La cafetería que hay justo enfrente del minarete derrumbado de la plaza Djemaa el Fna ha abierto como cada día. Locales y turistas se sentaban en la terraza mientras tomaban un café con vistas a los escombros que tenían a pocos metros. A las 11 de la mañana, las calles de la medina, una de las zonas más afectadas, volvían a hervir con el frenético runrún de las motos y los transeúntes. Sin embargo, a diferencia de ayer, algunas tiendas estaban cerradas y los restos de polvo y piedra se acumulaban en las aceras.

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Lo que sí seguía igual que el día anterior era la maquinaria turística: los tours por la ciudad se han mantenido con normalidad y han continuado llegando grupos de turistas para hacer el check in en los riads que horas antes habían temblado hasta los cimientos. Una chica francesa, ante la pregunta de si no le preocupaba dormir en un hotel que no se sabe qué daños estructurales puede haber sufrido, ha respondido: "Bueno, al menosel riad es bonito". Ni a los guionistas de White Lotus se les habría ocurrido tal escena. En el mismo patio del hotel estaba la mujer que se encarga de preparar el desayuno para los clientes, que ha ido a trabajar a pesar de que en su casa se ha derrumbado parte de la pared. "Poco a poco, por suerte estamos bien", ha comentado mientras recogía los platos.

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Ibrahim, camarero del restaurante Gran Bazar, explica que está preocupado, pero que “aquí no nos ha afectado tanto como en las montañas”. A él el terremoto le sorprendió durmiendo. Acceder a la zona cercana al epicentro del terremoto es muy difícil ahora mismo. Mohammed, que lleva una empresa de excursiones, explica que han suspendido todas las rutas que pasan por las zonas afectadas: "Es demasiado peligroso". Él todavía lleva el susto en el cuerpo, especialmente porque tiene familia en la Tinghir, una región montañosa del este de Ouarzazate donde también se ha sentido con mucha fuerza el seísmo. “Por suerte están bien y de momento no tienen intención de marcharse”, explica.

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Pero el miedo a las réplicas persiste entre buena parte de la población. En los jardines de Agdal, un montón de familias siguen acampadas este sábado por la tarde porque no se atreven a regresar a su casa.

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El precedente de 1960

En 2004 otro gran terremoto asoló Marruecos, con un balance de más de 500 muertos. La magnitud registrada por el seísmo fue de 6,3. Para encontrar un balance de muertes superior hay que remontarse al año 1960, cuando un terremoto en Agadir, en el sur de Marruecos, dejó entre 12.000 y 15.000 muertes. Pero aquel fue un seísmo de menor intensidad: 5,8 grados en la escala de Richter.

Desde todo el mundo, los líderes políticos han ido expresando sus condolencias al pueblo marroquí, muchos de ellos desde la cumbre del G-20 en la India, que arrancaba justo ayer. El rey de Marruecos, Mohamed VI, ha declarado tres días de luto nacional.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha trasladado sus condolencias a Marruecos por el "estremecedor" terremoto y ha explicado a través de la red X ( antiguo Twitter) que el Gobierno ha puesto en marcha la ayuda humanitaria que tiene a su alcance "para paliar esa catástrofe". El departamento de Exteriores ha activado un teléfono de emergencias a través de la Delegación de la Generalitat en el Norte de África: el 0034 674 744 901 (a través de WhatsApp), el 00212 648 682 896 (teléfono marroquí) y el catalán 93 859 7 393.

También el gobierno español ha trasladado este sábado el pésame a Marruecos por el seísmo y ha expresado su solidaridad con las víctimas mortales y heridos. "Nuestros pensamientos están con las víctimas de este terrible terremoto y sus familiares. Toda la solidaridad con Marruecos y con sus gentes", ha escrito el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, a través de la red X.