Guerra en Ucrania

Polonia comunica a la OTAN que el misil era ucraniano y no invocará el artículo 4

Stoltenberg también lo confirma a pesar de que asegura que "la responsabilidad última es de Rusia"

Barcelona / BruselasPolonia ha comunicado este miércoles a sus socios de la OTAN que el misil que ayer impactó en su territorio y provocó dos muertos fue disparado por el ejército ucraniano. Así, Varsovia no invocará finalmente el artículo cuatro del Tratado de la Alianza Atlántica, que prevé "consultas" entre los aliados cuando se vea amenazada "la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de las partes". En la misma línea, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha subrayado en una rueda de prensa este miércoles a mediodía en Bruselas que la Alianza Atlántica "no tiene indicios" de que sea "un ataque deliberado" ni de que Rusia esté preparando una "ofensiva militar" contra territorio de la OTAN. Aún así, aunque el misil haya sido lanzado por el ejército ucraniano, Stoltenberg ha remarcado que el incidente "no es culpa de Ucrania", sino que "la responsabilidad última es de Rusia" por "continuar con esta guerra ilegal".

A primera hora de la mañana, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ya había apuntado que había "indicios de que el cohete que ha golpeado Polonia sea un misil antiaéreo de Ucrania". Biden lo había dicho a sus homólogos políticos durante la reunión de emergencia sobre el impacto en Polonia celebrada por los líderes de la OTAN y el G-7 presentes en Bali, donde se encontraban por la cumbre del G-20. Ante la prensa, sin embargo, había sido más contenido y simplemente ha apuntado que era "poco probable" que el misil se disparara desde Rusia. El presidente norteamericano ha dicho que no quería hacer más comentarios hasta que no acabara la investigación y ha tendido la mano al gobierno polaco asegurando que el G-7 y la OTAN apoyarían la investigación en el terreno antes de dar "más pasos".

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Un S-300 ucraniano, dice Rusia

Analistas militares ya señalaban ayer que, por las imágenes publicadas del impacto, se trataría de un misil antiaéreo S-300, un tipo de armamento que utilizan tanto Ucrania como Rusia. La agencia Associated Press, la primera que habló de "misiles rusos" el martes por la noche, citaba esta mañana a tres fuentes anónimas del gobierno norteamericano que sugieren que el misil fue lanzado por Ucrania para interceptar un ataque ruso, una hipótesis que también se contemplaba ya el martes por la noche. Hasta esta mañana, sin embargo, Polonia solo había dicho que era "un proyectil de fabricación rusa", sin dar más detalles.

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El ministerio de Defensa ruso también ha emitido un comunicado este miércoles que asegura que el cohete caído en Polonia es ucraniano. "Las fotografías publicadas la noche del 15 de noviembre con restos encontrados en el pueblo de Przewodow han sido identificadas inequívocamente como elementos del sistema guiado de antimisiles S-300 de defensa aérea de las fuerzas aéreas de Ucrania", decía el ministerio ruso a la agencia RIA.

Comunicado de la OTAN y el G-7

Después del impacto el martes al atardecer en una secadora de granos en Przewodow, una localidad polaca a seis kilómetros de la frontera con Ucrania, que dejó dos muertos, los líderes políticos de la OTAN y el G-7 han emitido este miércoles una declaración conjunta desde Bali para remarcar su "apoyo y asistencia a Polonia para llevar a cabo una investigación" a fondo, sin ir más allá.

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En varias comparecencias de prensa, los líderes políticos han ido saliendo a expresar su solidaridad con Polonia, pero han evitado señalar a ningún responsable, en un intento de rebajar la tensión generada el martes por la noche ante las informaciones que apuntaban a misiles rusos caídos en territorio de un estado miembro de la OTAN. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, también miembro de la OTAN y erigido mediador en el conflicto, ha salido a intentar calmar los ánimos y ha hablado de un posible "error técnico" que habría llevado los misiles a territorio polaco.

El comunicado del G-7 y la OTAN condena también el ataque masivo que Rusia lanzó ayer martes sobre Ucrania, con misiles a varias localidades del país, coincidiendo con la reunión del G-20. El bombardeo de este martes, de hecho, es el más numeroso hasta ahora y ha dejado a al menos 10 millones de ucranianos sin electricidad.

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¿Qué dice Ucrania?

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, salió la misma noche del martes y acusó a Rusia de estar detrás del impacto que había matado a dos personas en Polonia. Zelenski remarcó que un suceso como este demuestra que "Rusia es una amenaza para la seguridad colectiva" y lo definió como "una escalada significativa" que pedía "una respuesta contundente" por parte de la OTAN. Al presidente ucraniano no se le escapa que esta podría ser la ocasión que propiciara una implicación directa de la OTAN en el conflicto junto a su ejército, puesto que Polonia es un miembro de la Alianza.

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Un miembro del Parlamento ucraniano, Oleskí Goncharenko, negaba el martes por la noche a la televisión polaca que se trate de un artefacto ucraniano, a pesar de que su país también usa el tipo de armamento que se cree que ha impactado en territorio polaco.

¿Qué ha hecho Polonia?

Polonia anunció el martes por la noche su intención de activar el artículo 4 de la OTAN, que es el que convoca a todos los miembros de la Alianza a una reunión para iniciar "consultas" y determinar los pasos a seguir. Pero la conclusión final de que no se trata de un misil ruso los ha llevado a descartar finalmente esta vía. La noche del martes, Varsovia también puso en alerta a su ejército en todo el país y convocó al embajador ruso en el país, a pesar de que insistía en que hacía falta todavía aclarar del todo los hechos.

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Rusia acusa a Occidente

Rusia ya negaba el martes al atardecer su implicación en los hechos y decía que se trata de "una provocación deliberada con el objetivo de escalar la situación", según la agencia rusa Interfax. Este miércoles, el expresidente ruso Dmitri Medvedev ha ido más allá y ha afirmado que "el incidente con el ataque con misiles presuntamente de Ucrania sobre una granja polaca solo prueba una cosa: que están llevando a cabo una guerra híbrida contra Rusia, que Occidente se está moviendo hacia la guerra mundial". El líder ruso sugiere así una posible operación ucraniana de falsa bandera en Polonia para forzar la participación de la OTAN en el conflicto.

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¿Qué dice China?

Y uno de los escasos aliados de Putin, China, ha salido ya este miércoles a pedir "contención" a la comunidad internacional a la hora de hablar y especular sobre los misiles que han caído en Polonia. "Hay que mantener la calma y ejercer contención bajo las circunstancias actuales", ha dicho un portavoz del ministerio de Exteriores chino, Mao Ning. "Es imperativo iniciar diálogos y negociaciones pacíficas para resolver la crisis", añadía.

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La reunión del G-20 en Bali, de hecho, ha servido para acercar a Estados Unidos y China con la primera reunión presencial de sus dos líderes, Joe Biden y Xi Jinping, el pasado lunes, en la que coincidieron en rechazar la amenaza del uso de armas nucleares, otro elemento que sobrevuela el conflicto ucraniano.

Pedro Sánchez, desde Bali

También el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha comparecido este miércoles desde Bali y ha expresado su apoyo a Polonia para investigar los hechos. Sánchez ha remarcado "la unidad total de la Alianza" ante acontecimientos como este y ante los nuevos bombardeos rusos en Ucrania, dirigidos especialmente a las infraestructuras energéticas, pero que también llegaron a zonas residenciales. Unos ataques que han "alterado todo el segundo día de la cumbre del G-20" y que demuestran, según Sánchez, "el desprecio de Putin a los organismos internacionales y el sistema multilateral".

A la reunión de urgencia a Bali para debatir lo que había sucedido en Polonia han asistido los jefes de estado y de gobierno que estaban presentes, entre ellos la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el presidente francés, Emmanuel Macron; el presidente español, Pedro Sánchez; el canciller alemán, Olaf Scholz; el primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak; el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni; el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte; y el primer ministro de Japón, Fumio Kishida.