Breivik pide la libertad condicional con proclamas nazis y sin remordimientos
El terrorista de extrema derecha noruego se exime de responsabilidad diez años después de los atentados y lo atribuye a un "lavado de cerebro"
BarcelonaCon gestos nazis, proclamas supremacistas y argumentos para eximirse de responsabilidad. Así se ha presentado este martes el terrorista de extrema derecha noruego Anders Breivik ante el juez que tiene que decidir si le otorga la libertad condicional que solicita. Breivik es el autor del peor atentado de la historia de Noruega, el del 22 de julio del 2011, en el que murieron 77 personas en dos ataques, el primero en el barrio gubernamental de Oslo y el segundo, el más mortífero, en la cercana isla de Utoya, donde se celebraba el tradicional campamento de verano de las juventudes del partido laborista y donde murieron 69 personas.
Breivik fue sentenciado a 21 años de prisión, el castigo más severo que existía entonces en el país escandinavo. Esta pena puede equivaler a una cadena perpetua porque se puede prorrogar de manera ilimitada si se considera que el condenado puede ser un peligro para la sociedad. Aun así, el recluso también tiene derecho a que la pena sea revisada periódicamente. La primera solicitud de libertad condicional se puede hacer al cabo de diez años. Ahora hace diez y medio de las atrocidades del 22 de julio, y Breivik, de 42 años, se ha acogido a su derecho.
En A la vista, celebrada en el gimnasio de la prisión de Skien, donde cumple condena en régimen de aislamiento por cuestiones de seguridad, Breivik se ha mostrado firme en sus ideas supremacistas y ha defendido la ideología nacionalsocialista. Ha entrado en la sala con varios carteles con proclamas como "Acabad con vuestro genocidio contra nuestras naciones blancas" y con un saludo nazi. A pesar de esto, ha asegurado que ahora condena la violencia.
"Yo no cometí el ataque"
Con todo, se ha mantenido impasible mientras la fiscal Hulda Karlsdottir repasaba el nombre y las causas de la muerte de cada una de las 77 víctimas. "¿Se arrepiente?", le ha preguntado Karlsdottir. Y Breivik ha contestado: "Yo no culminé los atentados del 22 de julio. No fui yo quién cometió el ataque. Yo estaba radicalizado". El terrorista noruego ha defendido que la responsabilidad es de Blood and Honour, una organización de extrema derecha británica que, según él, le "lavó el cerebro", pero de la cual todavía es miembro.
El tribunal de Telemark ha programado tres días para el proceso, pero las perspectivas de que Breivik sea liberado se consideran nulas. El grupo de apoyo de las familias de las víctimas (Den Nasjonale Støttegruppen) ha pedido hacerle el mínimo caso, tanto al terrorista como a su mensaje, argumentando que "cada referencia a este caso en general y al terrorista en particular es una carga enorme para los supervivientes, los padres y todos aquellos afectados por los ataques".