China confina una ciudad de once millones de personas por 117 positivos de covid-19

Se ha prohibido salir del municipio y se prevé hacer tests a todos los habitantes

Albert Castellví Roca
y Albert Castellví Roca

SabadellLas autoridades de la ciudad china de Shijiazhuang han prohibido desde este jueves a sus más de once millones de habitantes que abandonen el municipio. La medida pretende evitar que se extienda el nuevo brote de covid-19 que se detectó el fin de semana y que desde entonces ha afectado 117 personas. Entre las medidas adoptadas está la prohibición de salir de la ciudad por carretera, el cierre de las estaciones de tren, la suspensión de los servicios de autobús de larga distancia y la cancelación de más del 80% de los vuelos. A pesar de que no se ha impuesto el confinamiento domiciliario, las escuelas están cerradas y se han restringido los encuentros, y los habitantes del distrito de Gaocheng, donde se concentran la mayor parte de los contagios, no podrán salir de esta zona. La ciudad ha liberado cinco hospitales para que se puedan dedicar exclusivamente a tratar pacientes de covid-19, según informa la prensa local.

En paralelo a estas restricciones, la ciudad ha puesto en marcha un estricto programa de rastreo de los contactos estrechos de las personas contagiadas y ha iniciado una campaña de tests masivos que prevé llegar a todos los habitantes de Shijiazhuang. Según informa el diario chino Global Times, desde el miércoles, cuando empezó este cribaje masivo, hasta este jueves al mediodía, ya se habían recogido muestras a 6,11 millones de personas. De estas, 2,4 millones ya habían sido analizadas y habían permitido detectar 11 positivos más.

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Shijiazhuang es la capital de la provincia de Hebei, que rodea la ciudad de Pekín y que concentra ahora mismo la gran mayoría de casos de coronavirus activos en China: este miércoles el país reportó 63 nuevas infecciones, 52 de las cuales corresponden a esta provincia (y 51 a la ciudad). A pesar de que se trata de cifras muy bajas en comparación con la mayoría de países occidentales (en Catalunya, por ejemplo, este jueves se han registrado 2.308 nuevos positivos), estos 63 casos han generado preocupación en China, puesto que hacía más de cinco meses, desde el 30 de julio (cuando se registraron 127 nuevos positivos) que no se detectaba una cifra de contagios tan elevada. Esto ha provocado la destitución de tres funcionarios del distrito de Gaocheng, que han sido acusados de negligencia en el cumplimiento de sus tareas de control de la pandemia, según el diario China Daily.

China, el país donde se inició la pandemia a finales del 2019, consiguió superar la primera oleada a finales de febrero, siempre según la versión del gobierno de Xi Jinping. Desde entonces ha impuesto controles muy severos para evitar nuevos rebrotes y esto le ha permitido esquivar la segunda oleada: desde principios de marzo el número más alto de casos nuevos registrados en un solo día fueron los 351 del 16 de abril, y esto en un país con más de 1.400 millones de habitantes. Antes de Shijiazhuang, ciudades como Qingdao, con 9 millones de habitantes, y Kashgar, con 4,7, también han sometido a toda la población a pruebas PCR. En el primer caso se habían detectado 12 casos positivos, pero en el segundo tan solo uno.

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Estado de emergencia en Tokyo

Sin llegar a las cifras que se registran en Europa, en Japón la pandemia está mucho menos controlada que en China: el miércoles se diagnosticaron 6.004 casos de covid-19, la cifra más alta hasta ahora, y este jueves se ha llegado a 7.048 contagios. De estos, 2.447 se concentran en la capital del país, Tokyo, que por tercer día consecutivo ha superado el millar de infecciones. Ante esta situación, el gobierno ha decretado este jueves el estado de emergencia en la ciudad y tres jefaturas adyacentes (un territorio donde vive el 30% de la población del país), "debido a la grave sensación de peligro ante la rápida expansión del coronavirus", según ha argumentado el primer ministro, Yoshihide Suga.

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La medida, que entrará en vigor el viernes y se mantendrá, en principio, hasta el 7 de febrero, se basa mayoritariamente en recomendaciones a la población, puesto que el gobierno no dispone de las herramientas necesarias para cerrar establecimientos u obligar a la población a confinarse. Así, se pide a los ciudadanos que no salgan de casa por las noches, se incentivará económicamente a los bares y restaurantes para que cierren a las 20h, se limitará a un máximo de 5.000 personas el aforo en estadios deportivos y grandes acontecimientos, y se promoverá el teletrabajo, con la intención que un 70% de la población opte por esta modalidad. A diferencia de la primavera, cuando se decretó un primer estado de emergencia más duro y de alcance estatal, ahora las escuelas se mantendrán abiertas.