Combatientes sirios para luchar con el ejército de Putin en Ucrania

Enviada especial a Odessa (Ucrania)La invasión rusa de Ucrania se vuelve cada vez más cruenta y también aumentan las bajas en el bando del Kremlin. Este viernes el presidente ruso, Vladímir Putin, ha llamado al alistamiento de voluntarios del Próximo Oriente y ya ha obtenido respuesta desde Siria. No en vano el régimen de Bashar al-Ásad es su gran aliado a la región y, además, le debe la supervivencia por la intervención decisiva de la aviación rusa en la sangrienta revolución aplastada de 2011.

Hace semanas que hay rumores sobre el reclutamiento de combatientes sirios que apoyan al ejército ruso, pero ahora han emergido las pruebas. En Facebook se han publicado anuncios para reclutar "combatientes sirios con experiencia en roles de combate" para una "misión en el extranjero". Se ofrece una retribución de hasta 3.000 euros –el equivalente a 7,5 millones de libras sirias, una suma muy elevada en un país que sufre un durísimo invierno en plena devastación económica– "en función de las habilidades y experiencia", y se especifica que es un "desplegamiento para Ucrania". El mensaje se ha difundido en grupos de soldados de la Cuarta División Armada, una de las más importantes del ejército sirio.

En una reunión televisada con su ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, Putin le ha ordenado: "Si crees que hay gente que quiere ayudar a la población del Donbás, por voluntad propia, no por dinero, les tenemos que dar lo que necesitan y ayudarlos a llegar a la zona de conflicto". Shoigú ha dicho que cuentan con 16.000 voluntarios del Próximo Oriente preparados para enrolarse, sin especificar en qué país están. Curiosamente, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha dado la misma cifra de efectivos en lo que él denomina la "Legión Internacional".

No sería la primera vez. El grupo Wagner, un contratista militar privado asociado con el Kremlin, ya ha reclutado combatientes sirios para luchar en la guerra de Libia. Tampoco se trata de una operación que el Kremlin quiera esconder: este mismo viernes el ministerio de Defensa ruso ha publicado un vídeo donde se ven combatientes armados con banderas rusas y del régimen sirio gritando que darán la sangre por al-Ásad y llevando carteles con la letra Z, que lucen muchos vehículos militares que participan en la invasión de Ucrania, en referencia al lema "Za pobedu" (Por la victoria).

El reclutamiento de extranjeros es otra evidencia de como los planes del Kremlin de una guerra relámpago en Ucrania no se están cumpliendo y de hasta qué punto tiene un precio para Putin la muerte de muchos soldados rusos en Ucrania (unos 4.000 en dos semanas de ofensiva, según las estimaciones más conservadoras). El régimen de Bashar al-Ásad fue uno de los primeros en reconocer la independencia de las autoproclamadas repúblicas del Donbás, al este de Ucrania, y también ha apoyado la invasión como una "corrección de la historia". A la vez Damasco ha escenificado manifestaciones en la calle en apoyo al Kremlin.

No queda claro hasta qué punto el envío de soldados o mercenarios sirios a Ucrania puede debilitar el régimen de Bashar al-Ásad ahora que el país teme especialmente el aumento de precios de productos básicos, como la harina, y ha visto caer en picado su producción de bellota, un 60% solo el año pasado. En medio de la terrible crisis humanitaria que vive Siria hundida en la dictadura y la guerra con la que el régimen de al-Ásad respondió a la reivindicación de un cambio democrático, el peor enemigo de los sirios puede ser ahora el hambre.