Migraciones

Decathlon para la venta de kayaks en Calais para que los migrantes no los usen para adentrarse en el canal de la Mancha

La empresa dice que quiere evitar que usen material deportivo para la peligrosa travesía

BarcelonaDecathlon ha dejado de vender barcas y kayaks en sus tiendas del norte de Francia después de la muerte de varios migrantes en el canal de la Mancha cuando intentaban llegar a Inglaterra en embarcaciones precarias.

En las últimas semanas, siete personas que se habían adentrado en el mar han desaparecido en las aguas que separan Calais de Dunkerque; las últimas, el pasado jueves en un kayak. La prensa local se ha hecho eco de cómo los migrantes intentaban comprar chalecos salvavidas, remos o incluso una embarcación ligera en los establecimientos de la multinacional de equipación deportiva. A principios de este mes un socorrista con experiencia de rescates en la zona denunció en las redes sociales que había visto refugiados comprando "canoas hinchables y chalecos" en Decathlon.

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El diario local La Voix du Nord pidió explicaciones a las autoridades y a la compañía. La jefatura explicó que no tenía previsto prohibir la venta presencial ni online de estos productos, a diferencia del criterio que ha seguido en el caso del combustible, ya que sí se ha prohibido a las gasolineras llenar bidones. Fuentes policiales apuntaban que hay obstáculos jurídicos a la hora de prohibir la venta de embarcaciones ligeras y que, además, la medida tendría una dudosa eficacia, puesto que este tipo de material se encuentra fácilmente en plataformas de venta online.

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La respuesta de la empresa ha sido inédita: "El aumento reciente de los intentos de travesía ha llevado efectivamente a nuestros equipos de Decathlon Calais a plantearse qué postura tenemos que tener sobre la venta de productos que pueden ser desviados de su uso deportivo y utilizarse como embarcaciones para cruzar la Mancha. De acuerdo con nuestros equipos, a partir de ahora procuraremos no permitir la compra de embarcaciones –sobre todo kayaks– que podrían poner en peligro la vida de las personas que las usaran para la travesía", ha argumentado la empresa a los servicios de prensa. "Siempre hemos estado comprometidos con evitar que nuestros clientes corran riesgos en el uso de nuestros productos, sean cuales sean las circunstancias". Los kayaks fueron retirados el viernes de la tienda de Calais, pero la empresa seguirá ofreciendo chalecos, remos y protecciones térmicas.

Barcas de juguete, neumáticos y kayaks: los recursos de los más pobres

Los migrantes que no tienen dinero o no pueden esperar a reunirlo para pagar a las mafias se ven abocados a lanzarse en el mar con casi cualquier cosa que flote: kayaks, barcas neumáticas de juguete, motos de agua o incluso planchas de pádel. Un kayak hinchable de tres plazas puede costar unos 300 euros. Pasa lo mismo en las aguas que separan España de Marruecos, entre los migrantes que intentan llegar por mar a Ceuta o Melilla o incluso a la Península cruzando los 14 kilómetros del estrecho de Gibraltar. Es el caso de Dembo Fathy, entrevistado por este diario en Barcelona hace dos años, que fue rescatado en el Estrecho en una barca de juguete.

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Si en general localizar las pateras en el agua es muy difícil para los equipos de rescate, cuando se trata de este tipo de embarcaciones tan pequeñas es como encontrar una aguja en un pajar. En zonas con corrientes marinas, además, es muy fácil que acaben en zonas alejadas de las rutas de los barcos comerciales o de pesca.

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La medida coincide con un repunte de las llegadas: según el ministerio del Interior británico, el jueves se detectaron 1.185 personas en pequeñas embarcaciones, una cifra récord. Según el prefecto marítimo francés, entre enero y agosto 15.400 personas han intentado cruzar el canal, y 3.500 de ellas han sido interceptadas y devueltas a Francia. En 2020 fueron en todo el año 9.500 los que se echaron al mar, y en 2019 fueron 2.300.

Campamento desmantelado

El martes la policía francesa desmanteló el principal campo desde donde los migrantes esperan la oportunidad de cruzar el canal, en plena escalada de la tensión con Londres por quién tiene que hacer el control, que se mezcla con la disputa sobre la pesca. El ministro del Interior francés, Gérald Darmarin, habló el lunes con su homóloga británica, Priti Patel, después de advertirla públicamente de que dejen de utilizarlos "como saco de boxeo en sus disputas interiores".