El despliegue de la Guardia Nacional en el metro de Nueva York no frena la inseguridad
A principios de año se disparó un 45% la criminalidad en el medio de transporte de la ciudad
WashingtonJusto cuando debía cumplirse una semana del despliegue de la Guardia Nacional en el metro de Nueva York para mejorar la seguridad, los pasajeros de uno de los vagones de la estación de Brooklyn vivieron un tiroteo. El jueves de la semana pasada una de las muchas peleas que se producen en el metro entre desconocidos escaló de los insultos a los puñetazos, a un cuchillo y, finalmente, a los disparos de un arma de fuego. En las redes sociales el vídeo del incidente corrió como la pólvora, y puso de relieve una vez más el problema endémico de la inseguridad en la ciudad y en el transporte público.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, anunció a principios de marzo que 750 agentes de la Guarida Nacional empezarían a patrullar los andenes del metro de la ciudad para aumentar la sensación de seguridad. Desde el pasado fin de semana que los neoyorquinos se han estado cruzando con guardias armados con metralletas y uniformes militares. Hochul también envió un refuerzo de 250 policías y agentes de seguridad en el metro. Se trata de un despliegue que se suma al refuerzo de 1.000 agentes de policía que envió el alcalde de la ciudad, Eric Adams, después de que en enero se dispararan un 45% los crímenes en comparación con el año anterior.
Más allá de aumentar la percepción de seguridad, el objetivo de este millar de nuevos agentes que patrullan por el metro desde el 10 de marzo es el de registrar aleatoriamente las bolsas de los pasajeros. Cualquier persona puede negarse, pero si no lo hace, los guardias pueden vetarle el acceso al metro. Aún así, ni la fuerte presencia policial ni la de los soldados parecen haber sido suficientes para impedir un tiroteo como el del pasado jueves en uno de los vagones en la estación de Brooklyn.
El metro de Nueva York vive un problema con el crimen y la inseguridad que se acentuó especialmente durante el año de la pandemia, en el 2020. A mediados del 2022 empezó a caer la criminalidad y sólo había aproximadamente un delito violento por cada millón de viajes en metro, según un análisis del New York Times. A principios de 2024 esta tendencia se estancó y desde entonces los crímenes han vuelto a aumentar.
La base de datos Compstat 2.0 del departamento de Policía de Nueva York con fecha del 18 de marzo de 2024 muestra cómo los robos y los delitos graves de agresión en toda la ciudad han aumentado un 5,4% y un 1,8% en comparación en el año pasado. En cuanto a las violaciones, existe un aumento del 9,8% si se comparan los últimos 28 días de este año con los del 2023. En la diferencia anual, eso sí, existe un descenso del 8,4%.
En el metro ya ha habido 2 asesinatos este año, mientras que en el mismo período del año pasado sólo se había registrado uno. Asimismo, las víctimas de tiroteos han aumentado de una a 7, muchas de las cuales proceden del mismo tiroteo que tuvo lugar en la estación del Bronx a principios de febrero.
La sensación de aleatoriedad de los crímenes, y de no saber nunca cuándo podrán pasar, es lo que está generando más inseguridad entre los ciudadanos y usuarios del metro. En abril del 2022, durante la hora punta de la mañana, un hombre armado perpetró un tiroteo masivo dentro de un vagón. En enero de este año, un padre y un abuelo que trabajaba como guardia de tráfico fueron asesinados a bordo de un tren en Brooklyn, y el pasado febrero tuvo lugar el citado tiroteo del Bronx, que mató a un hombre y va dejar cinco heridos.
Tanto el Ayuntamiento como la Autoritat del Transport Metropolità se han fijado como objetivo prioritario restaurar la seguridad en el metro. Para intentar aumentar la sensación de seguridad, más allá de realizar el despliegue de cuerpos de seguridad, también se han instalado cientos de cámaras de vigilancia adicionales a las ya existentes, algunas de ellas dentro de los mismos vagones. También se ha iniciado una campaña (no exenta de polémica) para sacar de las calles y del metro a las personas sin techo con enfermedades mentales. Asimismo, la gobernadora de Nueva York está trabajando para que se pueda prohibir por ley el acceso al metro a aquellas personas que hayan sido condenadas por delitos violentos.
Mientras tanto, las encuestas hechas por la Autoritat del Transport Metropolità muestran cómo la mayoría de usuarios se sienten inseguros en el metro. Asimismo, casi un 20% de los encuestados decían que utilizarían más el medio de transporte si hubiera menos gente "comportándose de forma errática". Aunque ahora los ciudadanos aseguran sentirse más protegidos con la Guardia Nacional patrullando por las estaciones, la realidad es que su presencia no ha impedido que volviera a haber un tiroteo, lo que plantea una vieja cuestión: si más policía es garantía de mayor seguridad.