Diplomáticos rusos abandonan Corea del Norte a pie y empujando una vagoneta
El régimen de Kim Jong-un ha bloqueado la mayor parte del transporte de pasajeros para contener el coronavirus
BarcelonaMarcharse de Corea del Norte en la era del coronavirus no es coser y cantar, ni siquiera si eres un diplomático ruso. Después de 32 horas en tren y dos en autobús, te puede tocar hacer el tramo final a pie y empujando una rudimentaria vagoneta sobre las remotas vías de ferrocarril que hacen frontera con Rusia. La imagen recuerda a la de un mozo de equipaje transportando las pertenencias de unos huéspedes que abandonan el hotel. Pero cuando el hotel es Corea del Norte en invierno, con una temperatura media de 2 grados en febrero, y cuando los huéspedes son diplomáticos rusos con sus familias, la imagen cobra un fuerte surrealismo y da la vuelta al mundo.
El país liderado por Kim Jong-un ha aplicado medidas muy estrictas para contener la propagación del coronavirus. Desde el inicio de la pandemia está prohibido, sin excepciones, que los trenes entren o salgan del país, y los vuelos internacionales de pasajeros se han cancelado. Con estas restricciones, la mejor opción que encontró el grupo de ocho personas para volver a Rusia desde Pyongyang es este periplo de un día y medio de duración, con la sorpresa de un kilómetro final a pie que recordarán para siempre.
El ministerio de Asuntos Exteriores ruso ha compartido en Facebook estas fotografías, de las que se han hecho eco medios de todo el mundo. “Dado que las fronteras llevan cerradas desde hace más de un año y el tráfico de pasajeros se ha detenido, ha sido necesario un viaje largo y difícil para llegar a casa”, explican desde el ministerio en un tono distendido. Esto incluye “preparar un carro, ponerlo sobre las vías, colocar tus cosas, poner a los niños y seguir adelante”. Finalmente, unos funcionarios recibieron al grupo en una estación en el lado ruso y los transportaron en autobús hacia el aeropuerto de Vladivostok.
¿Una tierra libre de coronavirus?
Las limitaciones de movilidad han ayudado a Corea del Norte, tradicionalmente aislada del mundo, a prevenir la expansión del virus dentro de sus fronteras. El país sostiene que no se ha registrado ningún caso de covid-19, pero los observadores dudan de la veracidad de esta información. El régimen de Kim Jong-un se caracteriza por un fuerte secretismo, especialmente cuando se trata de ser transparente con las propias debilidades. Aun así, todo apunta a que el país norcoreano, como el resto de países del mundo, también ha sufrido algunos brotes de contagios desde que hace un año la OMS alertó de una pandemia mundial. La agencia de inteligencia de Corea del Sur apunta que es probable que el virus esté circulando por el país vecino, dado que tiene vínculos con China, lugar de origen de la pandemia.
De hecho, hace un mes el DailyNK -un medio ubicado en Corea del Sur que informa sobre el país vecino del norte- afirmó que el régimen había empezado a desarrollar su propia vacuna utilizando datos hackeados de científicos extranjeros. Así lo dijo al diario digital una fuente norcoreana, asegurando que el Partido de los Trabajadores había creado una unidad especializada, llamada Bureau 325 y dedicada a piratear inteligencia sobre covid-19. Esta información no ha sido confirmada, pero iría en la línea de unas sospechas que pesan sobre el país desde finales del año pasado, cuando Microsoft vinculó en noviembre al país comunista con una serie de intentos de ciberataques.