De Lincoln a Reagan: una larga historia de violencia política

BarcelonaRecuperamos seis episodios de violencia política que han marcado la historia de Estados Unidos.

Abraham Lincoln fue el primer presidente de Estados Unidos en activo asesinado. El autor fue John Wilkes Booth, un famoso actor y simpatizante confederado. El 14 de abril de 1865, cuando todo parecía indicar que los esclavistas perderían la guerra, Booth entró en el Teatro Ford de Washington, donde Lincoln asistía a una obra, y le disparó en la cabeza. Booth se escondió dos semanas, hasta que le encontraron y lo mataron. Lincoln había firmado hacía dos años la Proclamación de Emancipación, que concedía la libertad a los esclavos de los estados confederados.

Después de Lincoln, otros dos presidentes fueron asesinados, James Garfield, en 1881, y William McKinley, en 1901. Unos años más tarde, en 1912, Theodore Roosevelt fue tiroteado en Milwaukee, pero parece que una funda metálica debilitó el impacto de la bala y el expresidente se negó a ir al hospital hasta que no pronunció - como Trump levantando el puño - el discurso que había preparado. Su primo lejano y presidente, Franklin Delano Roosevelt, salió ileso de un tiroteo en Miami en 1933.

El asesinato de John F. Kennedy es quizás el más famoso de todos los atentados políticos de la historia de Estados Unidos. Lee Harvey Oswald le disparó en la cabeza con un rifle en un desfile en Dallas, cuando Kennedy avanzaba en un descapotable en el que le acompañaba la primera dama, Jackie. La acción fue televisada y dio pie a todo tipo de teorías conspiratorias. Cinco años más tarde, Robert F. Kennedy, su hermano, era asesinado en el Ambassador Hotel de Los Ángeles. Robert era senador por el estado de Nueva York y estaba haciendo campaña para las primarias demócratas.

El 5 de septiembre de 1975, cuando el 38 presidente de EEUU, el republicano Gerald Ford, iba hacia una reunión en Sacramento, California, una de las seguidoras de la secta de Charles Manson, Lynette Squeaky Fromme, apuntó al sucesor de Richard Nixon tras el Watergate con una pistola y apretó el gatillo, pero la bala no se disparó. Sólo diecisiete días más tarde, Sara James Moore, ama de casa con una ideología de izquierda radical, se encaró a Ford y le volvió a disparar, pero un marine logró desviar el disparo.

En 1981 Ronald Reagan también sufrió un intento de asesinato, del que se salvó milagrosamente. El presidente republicano salía del Hotel Hilton de Washington cuando John Hinckley Jr., un hombre que estaba obsesionado con la actriz Jodie Foster, le disparó. Reagan recibió un disparo en el pulmón izquierdo, junto al corazón, y se dice que le comentó a su mujer que se había olvidado de agacharse.

Uno de los últimos episodios de violencia política en Estados Unidos es el asalto a Paul Pelosi, marido de la líder demócrata Nancy Pelosi, quien en el momento del ataque era todavía la presidenta de la Cámara de Representantes. David DePape, un seguidor de Donald Trump, entró en la casa de los Pelosi en San Francisco por la puerta trasera. Paul Pelosi, de 82 años, logró llamar a la policía e intentó defenderse. El atacante le dio un martillazo antes de que le pudieran detener. DePape había publicado varios contenidos de ultraderecha y conspiratorios.