33 años de cárcel por un crimen que no había cometido: la justicia italiana reconoce el mayor error
El cambio de versión del principal testigo de la masacre de Sinnai deja al condenado en libertad
Varios disparos en un redil de ovejas en Sinnai –una zona montañosa de la provincia de Cagliari, en Cerdeña– matan a tres ganaderos: Gesuino Fadda, de 56 años; Giuseppe Fadda, su hijo, de 24 años; e Ignazio Pusceddu, un empleado, de 55 años. En el lugar de los hechos sólo queda un superviviente, Luigi Pinna, yerno de Gesuino Fanna, de 29, que resulta herido grave y es el único testimonio de los hechos, que ocurren el 8 de enero de 1991. La policía tiene un sospechoso principal: el pastor Beniamino Zuncheddu, que en el pasado ya había asaltado otros cledes de ovejas. Termina condenado y se pasa 33 años en prisión, hasta que se descubre el error conocido más grave de la justicia italiana: resulta inocente.
Pero, ¿cómo se ha llegado hasta aquí? De entrada, aunque los agentes no tenían muchas más pruebas contra el pastor, echaron por el derecho y le detuvieron. Cuando ya estaba en prisión preventiva, Luigi Pinna aseguró que Zuncheddu era quien disparó. El testigo del superviviente sirvió para condenarle a cadena perpetua por el triple homicidio. En 1992 le sentenciaron a pasar el resto de sus días entre rejas, pese a que él repetía que era inocente y que no sabía nada de la muerte de los tres ganaderos. El triple crimen se dio a conocer bajo el nombre de la masacre de Sinnai.
"El final de una pesadilla"
Los años fueron pasando y la historia poco a poco se olvidó. Pero todo cambió en el 2017 cuando el abogado Mauro Trogu decidió revisar de nuevo el caso. El letrado no tardó en averiguar que muchos puntos no acababan de cuadrar y que Zuncheddu podría ser inocente. Esto supuso que en el 2020 se reabriera el caso a los tribunales. Y dio un giro de 180 grados cuando el único superviviente reconoció que su testigo era falso: Pinna admitió que no había podido ver la cara del atacante porque iba cubierto. El superviviente explicó que un policía le había enseñado el rostro de Zuncheddu e le insistió en que él había sido el asesino. "Cometí un error haciendo caso a la persona equivocada", reconoció.
Este sábado, finalmente, el Tribunal de Apelación de Roma absolvió al pastor de Cagliari después de que se haya pasado 33 años entre rejas. En noviembre, Beniamino ya quedó en libertad después de que el tribunal suspendiera la sentencia. Pero este sábado se ha puesto el punto y final al error de la justicia italiana. "Es el fin de una pesadilla", aseguró Zuncheddu. Ahora queda por ver si el pastor recibirá una indemnización por todo el tiempo que ha pasado condenado injustamente. También falta decidir qué pasará con el policía que insistió en Pinna para que le incriminara.