Europa

La candidata proeuropea gana las elecciones en Moldavia

La injerencia rusa y la compra de votos ha marcado la campaña electoral

Beatriz Juez
y Beatriz Juez

BerlínLa presidenta saliente Maya Sandu, proeuropea, se ha declarado ganadora de las elecciones en Moldavia, tras una tensa campaña electoral marcada por la injerencia rusa y la compra de votos. Con todos los votos escrutados, Sandu obtiene el 55,33% de los votos, frente al candidato pro-ruso Alexandr Stoianoglo, que ha logrado el 44,67% de apoyos en las urnas, según los datos de la Comisión Electoral Central (CEC) .

Los moldavos se han movilizado más en la segunda vuelta, conscientes de que se jugaban el futuro de su país en las urnas. El índice de participación ha sido del 54,8% del censo electoral, mayor que el de la primera vuelta, celebrada el 20 de octubre, cuando acudieron a las urnas el 51,74% de los moldavos con derecho a voto.

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En esta segunda jornada electoral, se han registrado varios incidentes: desde amenazas de bomba falsas en consulados en el exterior, hasta compra de votos, pasando por ciberataques, según han informado los medios locales.

En la primera vuelta, Sandu, candidata prooccidental del Partido de Acción y Solidaridad (PAS), había obtenido el 42% de los votos, frente a Stoianoglo, partidario de apretar lazos con Moscú, que logró el 26% de apoyos . Los demás candidatos se repartieron el resto de votos. Como ningún candidato logró la mayoría, se convocó una segunda vuelta.

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Coincidiendo con la primera vuelta, los moldavos votaron en referéndum por un margen estrecho a favor de cambiar la Constitución para blindar sus aspiraciones a formar parte de la Unión Europea. Ganó el en la UE con un 50,4%, frente al 49,6% que se pronunció en contra. La diferencia entre el y el no fue de sólo unos 11.400 votos. El voto exterior hizo inclinar la balanza del lado europeo.

La Unión Europea ha felicitado este lunes a Maya Sandu, pese a las "injerencias inéditas de Rusia", como "la compra de votos o desinformaciones", según ha afirmado el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, en un comunicado.

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Pese a partir como favorita en los comicios, Sandu, de 52 años, era consciente de que no lo tenía fácil en la segunda vuelta. La presidenta saliente, en el cargo desde diciembre del 2020, temía que Moscú manipulara los comicios, tal y como ocurrió en la primera vuelta y en el referéndum europeísta.

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Tras la primera vuelta, Chisinau y Bruselas denunciaron injerencias de Moscú. La policía moldava acusó al oligarca exiliado moldavo-israelí Ilan Shor, que vive en Rusia, de comprar el voto de 130.000 moldavos a través de cuentas del banco estatal ruso PSB. Los votantes habrían recibido unos 100 euros a cambio de votar a favor del candidato pro-ruso y contra la adhesión de Moldavia a la UE. Tanto Shor como Moscú han negado cualquier injerencia en los comicios y en el referendo.

Durante el debate presidencial entre las dos vueltas, Sandu acusó a Stoianoglo de ser el “caballo de Troya” del Kremlin. Stoianoglo boicoteó al referéndum europeísta en “señal de protesta” contra el afán de Sandu de cambiar la Constitución moldava.

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El ex fiscal general abogó durante la campaña electoral por una política exterior “equilibrada”. Stoianoglo aseguró que apuesta por la integración de Moldavia en la UE y al mismo tiempo por estrechar lazos con Rusia por interés nacional.

Descontento con el gobierno saliente

Stoianoglo intentó sacar provecho durante la campaña electoral del descontento de muchos moldavos con el gobierno saliente. El mandato de Sandu, execonomista del Banco Mundial, ha estado marcado por sucesivas crisis, desde la crisis de la cóvido hasta el estallido de la guerra de Ucrania y la afluencia de refugiados ucranianos, pasando por la crisis del gas.

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Rusia ha utilizado el gas como instrumento para presionar al gobierno moldavo. Sandu desvinculó a Moldavia del gas ruso, lo que repercutió en el bolsillo de los moldavos. La inflación llegó a dispararse a más del 30% en uno de los países más pobres de Europa. Su electricidad sigue dependiendo en gran medida de la central eléctrica de Cuciurgan, de propiedad rusa, en la región separatista de Transnístria.

Moldavia, país fronterizo con Ucrania y Rumanía, solicitó el ingreso en la UE en marzo del 2022, un mes después del inicio de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania. En diciembre de 2023 Bruselas abrió las negociaciones de adhesión de Moldavia, que se independizó en 1991 de la Unión Soviética.