Las claves del gobierno de Meloni en Italia
Responder a la emergencia económica y una profunda reforma constitucional, las prioridades
RomaUna transición pacífica. Este es el primer objetivo en la agenda de Giorgia Meloni. Tres días después de la apabullante victoria en las urnas de la coalición de derechas, que tendrá la mayoría en el Parlamento, la líder de Hermanos de Italia ha optado por mantener un perfil bajo, institucional, alejada de los micrófonos y de las celebraciones, mientras diseña la hoja de ruta de un gobierno que evite el enfrentamiento con la UE sin decepcionar a sus bases. No lo tendrá fácil. A pesar de que se mantiene en silencio, Meloni ya ha dejado claro cuáles serán las prioridades de su mandato a través de sus sherpas: responder a la emergencia económica y una profunda reforma constitucional.
UE, guerra y crisis energética
La primera preocupación de Meloni es la formación de un ejecutivo fuerte y creíble fuera de Italia para hacer frente a las turbulencias económicas que se acercan a la UE. "Respetaremos todos los compromisos: el primero será contrarrestar la inflación y el aumento de los precios de la energía –ha dicho Guido Crosetto, mano derecha de la próxima primera ministra–. Con nosotros, las cuentas públicas están seguras". La prioridad, aseguran desde su entorno, es un gobierno político, pero en el contexto actual, con la guerra en el corazón de Europa y una posible agravación de la crisis energética, no descartan confiar las carteras más delicadas a técnicos de reconocido prestigio.
El nombre que suena con más fuerza para una cartera económica es el de Fabio Panetta, miembro del comité ejecutivo del BCE, al que Meloni ha definido como una persona de "altísimo nivel". El currículum del economista, que trabajó codo con codo con el primer ministro saliente, Mario Draghi, en el Banco de Italia, lo convierte en uno de los mejores candidatos para garantizar estabilidad ante la UE en un periodo de gran incertidumbre.
La primera fecha marcada en rojo en el calendario es el 15 de octubre, cuando Roma tendrá que enviar a Bruselas el borrador de los próximos presupuestos. Desde Hermanos de Italia no ocultan que querrían que el primer ministro saliente les echara una mano, pero Draghi no parece tener ninguna intención. El diario La Repubblica publicó este martes que Meloni y el expresidente del BCE habrían llegado a un acuerdo para evitar una crisis entre el nuevo gobierno italiano y sus socios europeos. El "pacto" obligaría a Meloni a mantener su apoyo a Ucrania en la guerra con Rusia, la pertenencia a la OTAN y una continuidad en la política económica, a cambio que Súper Mario actuara de interlocutor y garante de las políticas de Hermanos de Italia ante la UE, una información que ha sido desmentida por los protagonistas.
Reforma constitucional
Internamiento, la prioridad del futuro gobierno italiano pasa por una profunda reforma de la Constitución que introduzca un régimen semipresidencialista. El objetivo de Hermanos de Italia es aprobar la elección directa del presidente de la República, al que se dotaría de poderes ejecutivos, como pasa en Francia, para garantizar la gobernabilidad. La aritmética electoral sugiere que no podrán hacerlo sin el apoyo del resto de fuerzas políticas del hemiciclo, pero el portavoz del partido en la Cámara de los diputados, Francesco Lollobrigida, se ha mostrado dispuesto a negociar. "No pretendemos tocar los valores fundacionales –avanzó en una entrevista–. Nuestra Constitución es bonita, pero tiene 70 años". Otras reformas que plantea Hermanos de Italia es "revisar" el principio de soberanía del derecho comunitario sobre el derecho nacional.
Veto a Salvini
A la espera de ser convocada en el Palacio del Quirinal por el presidente de la República, Sergio Mattarella, las fricciones entre los futuros socios no han tardado en salir a la luz. El amplio consenso electoral logrado por Hermanos de Italia por encima de la Liga y Fuerza Italia, sus socios en la coalición conservadora, da libertad a Meloni para formar el ejecutivo. Matteo Salvini y Silvio Berlusconi serán "protagonistas" en el futuro gobierno, como recordó el líder de la Liga después de reconocer los malos resultados de su formación, que obtuvo la mitad de los votos de hace cuatro años, pero será ella quien repartirá las cartas. Este miércoles Meloni y Salvini se reunieron para negociar la cuota de poder en el futuro gobierno italiano. Complacer a sus socios no será fácil.
"Es necesario alguien que vuelva a defender y proteger las fronteras, leyes, fuerzas del orden y seguridad en Italia", lanzó Matteo Salvini, reivindicando su currículum. El resultado electoral ha roto el equilibrio de poder en la coalición y obligará a rebajar las ambiciones del líder de la Liga, que aspiraba a ponerse otra vez al frente del ministerio del Interior, después de su paso fugaz durante el gobierno de coalición con el Movimiento Cinco Estrellas, un escaparate inmejorable para recuperar parte del consenso perdido. Con todo, Il Capitano no contaba con que las urnas le darían la espalda. Un regalo para Meloni, que podría vetar a Salvini y confiar la cartera de Interior a uno de los suyos.