Reino Unido

Farage quiere eliminar el derecho a residencia permanente a los extranjeros en Reino Unido

El líder de Reform UK propone sustituirle por un visado de trabajo de cinco años con requisitos mucho más estrictos

LondresEl populista y xenófobo Nigel Farage ha vuelto a poner la inmigración en el centro de su último embate político. De hecho, es el único tema del que habla, y va calando poco a poco, consolidando sus expectativas de llegar a Downing Street, aunque faltan todavía cuatro años para las elecciones generales. Sin embargo, este lunes ha ido aún más allá de su habitual demonización de los extranjeros.

Porque un mes después de abrir el curso político británico con la promesa de "deportaciones masivas" de refugiados y solicitantes de asilo llegados a través del canal de la Manga en las islas, el líder de Reform UK ha anunciado en una conferencia de prensa en Londres que quiere eliminar el estatus de residencia permanente para los extranjeros (indefinite leave to remain, ILR) y sustituirlo por un visado de trabajo de cinco años con requisitos mucho más estrictos: un mayor umbral salarial, prohibición de llevar familiares, controles de antecedentes penales y un test reforzado de inglés.

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El objetivo es cortar de pura cepa lo que Farage ha llamado "la Boriswave": los 3,8 millones de personas que llegaron tras el Brexit y la salida efectiva del país de la Unión Europea, en enero del 2021, bajo normas más laxas establecidas por el gobierno de Boris Johnson. "Es la mayor traición a la voluntad democrática de los británicos en época reciente", aseguró.

El líder extremista, sin embargo, ha olvidado que lo que él llama Boriswave (la ola de Boris) fue posible en buena parte por el divorcio con la Unión Europea, del que Farage fue uno de los grandes motores. Según su versión, buena parte de estos 3,8 millones de migrantes son jóvenes de baja calificación que "acabarán dependiendo del contribuyente". "No somos el banco de alimentos del mundo", ha remarcado. Asimismo, dejó claro que no habrá excepciones para ucranianos ni ciudadanos de Hong Kong, que en los próximos años podrían acceder al ILR.

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Ahorrar o quiebra

Y sobre los más de 3,3 millones de ciudadanos de la Unión Europea que en virtud de los acuerdos con Bruselas alcanzaron su ILR, si bien ha dicho que "no son la prioridad", ha insinuado que renegociaría con la UE las condiciones de acceso a beneficios sociales y pensiones. "Somos el partido que hará recortes masivos en el gasto en bienestar. Los beneficios serán sólo para los ciudadanos del Reino Unido."

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Farage y su jefe de política, Zia Yusuf, han justificado la medida alegando que la exclusión de los migrantes legales del sistema de bienestar podría ahorrar 234.000 millones de libras. Pero la cifra ha sido desmentida por lo mismo think tank del que provenía, el Centro for Policy Studies, que advirtió de que sus cálculos han quedado obsoletos. Sin embargo, Reform UK insiste en que el coste real es incluso superior. Según Yusuf, "el desastre fiscal que nos espera es enorme y sólo Reform UK tiene el coraje de afrontarlo", ha dicho.

La nueva ofensiva llega en un momento en que Reform UK encabeza las encuestas con un 31% de intención de voto, por delante del laborismo (20,5%) y de los conservadores (17,6%). La inmigración, especialmente la legal, sigue siendo la primera preocupación de los británicos, y Farage confía en capitalizarla con propuestas drásticas: "No decepcionaremos a nuestros votantes. Si no detenemos este modelo, el coste para el bienestar en cinco o diez años nos hundirá económicamente". La estrategia, en todo caso, está clara. Señalar día sí día también a los migrantes, con o sin papeles, como responsables de todos los males del país. El resultado es efectivo: el veneno de Farage crea un clima racista, xenófobo y nada tolerante, y hace nueve días así se demostró con una gran manifestación ultra en el centro de Londres.