Reino Unido

Guerra cultural en Reino Unido por los militares caídos en el campo de batalla

La celebración anual del Remembrance Sunday se ve condicionada por un debate sobre la verdadera identidad británica

08/11/2025

LondresHace tres semanas muy buenas, desde el 23 de octubre, que Rudolph Champagnie, de 67 años, planta su mesa de la Royal British Legion en el vestíbulo de la estación de Liverpool Street, la de mayor tráfico de Londres: pasan al menos 260.000 personas diarias. Desde las 06.30 horas, y hasta las 18.00, él y las voluntarias que le acompañan aprovechan el alud de los pasavolantes para vender su producto. Se trata de la red poppy (la amapola roja) en todo tipo de formatos imaginables: pinos, puntos de libro, cruces, pulseras o la amapola de papel más tradicional. El pasado año el Rudolph, excaporal del ejército británico, hizo lo mismo. Y también el anterior. Hace tantos que lo hace que, de hecho, le cuesta recordar cuántos. "¡Más de quince, seguro!", dice al ARA.

Este domingo el Reino Unido celebra lo que se conoce como Remembrance Sunday (Domingo del Recuerdo), la jornada en la que se honoran a los veteranos de las fuerzas armadas británicas, y en la que se recuerdan a las víctimas de sus ejércitos en todas las guerras. El acto tiene su origen en el armisticio de la Primera Guerra Mundial (11 de noviembre de 1918). Y el símbolo de la red poppy arranca del poema In Flanders fields (1915), del médico canadiense John McCrae, que describía las amapolas que crecían sobre las tumbas de los soldados muertos. Inspirada por estos versos, la estadounidense Moina Michael empezó a llevar una como símbolo de recuerdo. Y en 1921 la Royal British Legion (RBL) adoptó la amapola roja para recaudar fondos para los veteranos. El pasado año se distribuyeron más de 30 millones, según datos de la RBL. Y en el 2023 la llamada recaudó casi 50 millones de libras.

Cargando
No hay anuncios

Pero el Domingo del Recuerdo se ha convertido en los últimos años en el Domingo del Reproche, un episodio más de una guerra cultural entre posiciones progresistas e inclusivas y otras conservadoras y ultraconservadoras en relación con la historia del Imperio Británico. "Hay que descolonizarlo", dicen unos; decir esto es un "insulto a nuestros caídos", dicen los demás. Todo ello, un síntoma del debate político latente y caliente sobre cuál es la verdadera identidad nacional británica.

Este año el detonante de la periódica polémica ha sido la fotografía que el actor Mark Rylance –Oscar al mejor secundario por El puente de los espías (Steven Spielberg, 2016)– subió hace unos días a su cuenta de Instagram luciendo una amapola blanca (white poppy), el símbolo con el que la organización Peace Pledge Union (PPU) promueve una expresión de homenaje distinta a la tradicional. Las amapolas blancas, campaña que empezó en 1933, quieren representar el recuerdo de todas las víctimas de las guerras, tanto civiles como militares, así como la oposición a los conflictos armados y el compromiso con la paz.

Cargando
No hay anuncios

¿Una provocación de color blanco?

Al difundirse la imagen del actor en las redes, los medios más conservadores –desde GB News hasta el Daily Telegraph o el Daily Mail– empezaron a publicar una serie de artículos para denunciar la supuesta ofensa e hipocresía de Rylance. "La amapola blanca es un puñetazo en el estómago, que desprecia el recuerdo de las tropas que pagaron el sacrificio supremo", se leía en un texto muy duro al Telegraph, del coronel Hamish de Bretton-Gordon. Y seguía: "Mark está muy contento de aceptar dinero para actuar en una película [bélica] como Dunkerque, pero después escupe en la cara de los veteranos que aún sirven llevando una amapola blanca".

Cargando
No hay anuncios

¿Es realmente una provocación llevarla? Otra de las voluntarias del tenderete de Liverpool Street, Pauline Corrigan, dice que no: "Yo no lo veo así, es otra forma de recordar. Y mientras se recuerde, basta".

Llevar la amapola blanca –o no llevar la roja– no sale gratis. No hay ningún presentador de televisión de la BBC que no la exhiba, y cuando no lo han hecho les llovieron los insultos y los reproches, como es el caso de Jonathan Ro. que no llevan ninguna destacan delante de las cámaras, ya que lucirla es la normalidad. sufrir en el 2013. El último, el 3 de noviembre, poco después de intervenir en el programa Loose women. Durante más de una década ha mantenido el mismo principio pese a los insultos, que también se han mantenido.

Cargando
No hay anuncios

La presión social sobre las personalidades públicas ha puesto en problemas, esta misma semana, al ministro de Justicia y viceprimer ministro, David Lammy. No llevaba la amapola al inicio del debate del pasado miércoles en los Comunes, y las redes se lo recordaron, aunque también, desde algunos perfiles, se defendió que no hay ninguna obligación de aparecer con la red poppy. Pero si el número dos del gobierno no lo lleva en esta época del año, es como si pasease desnudo por Westminster.

Apropiación del símbolo

¿Por qué existe tanta presión social? La socióloga Katy Sian, de la Universidad de York, sostiene que "no llevar la amapola roja se ha llegado a equiparar con rechazar los valores británicos", sobre todo en el caso de las personas de color negro. Y Lammy y Charlene White lo son. El símbolo se le ha apropiado de la extrema derecha de Gran Bretaña Primero o del Partido Reformista, de Nigel Farage, y lo han convertido en un emblema de su idea de estos valores, que se oponen a todo lo que consideran "una amenaza cultural o identitaria": desde la inmigración hasta movimientos como el Black Lives Matter. Y cuando el grupo Peace Pledge Union distribuye sus amapolas blancas –poco más de 200.000 el año pasado: en el centro de Londres cuesta mucho ver una parada para comprar una– y denuncia que la conmemoración oficial “blanquea” el pasado colonial del Reino Unido y excluye a las víctimas de las guerras imperiales, se le sobre.

Cargando
No hay anuncios

La misma apropiación denuncia al historiador David Olusoga, de la Universidad de Manchester, que habla de la "memoria selectiva" que promueve la poppy roja: "Recuerda a los muertos británicos, pero olvida a los millones de combatientes de las colonias que lucharon bajo la Union Jack". De acuerdo con sus palabras, la campaña del Remembrance Day se ha convertido en "una liturgia cívica del Imperio", donde el sufrimiento de los demás "queda silenciado". Y el escritor Kenan Malik añade que la red poppy ha pasado de ser un símbolo de luto a "una prueba de lealtad nacional", especialmente después de la Guerra de Irak, cuando criticarle equivalía a ser antipatriota.

El último veterano superviviente de la Primera Guerra Mundial, Harry Patch, fallecido en el 2009, no sentía mucha conexión con el Domingo del Recuerdo. "Es sólo espectáculo", escribió en sus memorias. Quizá por eso, todos los espectadores de los partidos de la Premier League de este fin de semana verán el símbolo en las camisetas de sus equipos. En 2000, era impensable.