Eslovaquia

La iniciativa civil eslovaca para enviar balas a Ucrania: "Si el gobierno no lo hace, lo haremos nosotros"

El regreso de Robert Fico al poder de Eslovaquia ha supuesto cortar el suministro de armas hacia Kiiv, uno de los motivos de polarización en el país

BratislavaCuando Robert Fico asumió el cargo de primer ministro de Eslovaquia por tercera vez en octubre del año pasado, prometió que no enviaría "ni un solo proyectil más" a Ucrania. Aunque en términos globales la interrupción de la ayuda militar eslovaca no suponga un gran impacto para Ucrania, sí se mira con preocupación desde Bruselas, puesto que implica un cambio muy destacable en la política exterior del país centroeuropeo, que hasta entonces había sido uno de los más activos en la defensa de su vecino. Y es también uno de los principales motivos de polarización política y social en Eslovaquia.

Desde que Rusia lanzó la invasión a gran escala y hasta el pasado otoño, Bratislava había enviado trece paquetes de asistencia militar a Kiiv, por valor de 671 millones de euros, lo que le situaba como uno de los países con la mayor aportación en relación a su PIB, sólo por detrás de Noruega, los estados bálticos, Dinamarca y Polonia. Eslovaquia fue, de hecho, el primer miembro de la OTAN que entregó aviones de combate en el país vecino en guerra con Rusia. En noviembre, sin embargo, el gobierno de Fico paralizó el decimocuarto paquete, que el anterior ejecutivo había puesto en marcha.

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Como respuesta al giro político, un grupo de activistas de Bratislava ha puesto en marcha una campaña de micromecenazgo con el objetivo de enviar munición al país vecino que, en sólo un mes, ha recaudado 4,2 millones de euros .

Fedor Blascak, director de la ONG Open Society Foundation, impulsó la iniciativa, junto al fotógrafo Vladímir Simicek. "Cuando Vladímir fue a Ucrania la última vez, en febrero, sintió, por primera vez, que lo que realmente hacía falta eran municiones. La idea vino directamente del frente", dice Blascak al ARA desde su oficina en Bratislava.

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El activista explica que el contexto propició que la campaña saliera adelante. A finales de febrero, el gobierno checo anunció una plataforma liderada por Praga para recolectar munición para Ucrania, a la que se han unido una veintena de países. Pero Eslovaquia se negó. Fue entonces cuando la organización Mier Ukrajine (Paz para Ucrania) empezó a trabajar con la idea del micromecenazgo y lanzó la campaña el 16 de abril. "El primer millón de euros lo logramos en 81 horas", recuerda Blascak. Hasta ahora han participado cerca de 67.000 donantes, que aportan, de media, unos 60 euros, según explican los impulsores.

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Protesta contra el gobierno

"Lo especial de esta iniciativa es que, como movimiento cívico, puedes interferir o corregir la política exterior del gobierno", dice Blascak. El proceso es el siguiente: la embajada ucraniana en Praga recibe la donación, que específicamente debe utilizarse para enviar munición. Entonces es la embajada la que firma un contrato con el fabricante de armas, una empresa checa, y el gobierno checo se encarga de la logística para enviar a los proyectiles al frente. Blascak resalta que, con la campaña de micromecenazgo, Eslovaquia ha contribuido a la plataforma checa con mayor cantidad que, por ejemplo, Eslovenia o Islandia, y que, proporcionalmente al tamaño del país, este dinero supone una contribución cuatro veces mayor que la que ha hecho Canadá.

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El eslogan de la campaña es "Si el gobierno no lo hace, lo haremos nosotros". "No se trata sólo de conseguir dinero para munición, sino que es una protesta contra nuestro gobierno; queremos dejar claro que formamos parte de Occidente y que no queremos que nuestro país se vea como prorruso", afirma Marian Kulich , uno de los activistas de Mier Ukrajine. Zuzana Izsakova también remarca que el momento de lanzar la iniciativa, justo después de una campaña "muy sucia" para las elecciones presidenciales, ayudó a impulsarla.

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El negocio sigue

Sin embargo, la postura del primer ministro en contra de enviar armas eslovacas a sus vecinos en guerra es, en parte, más retórica que efectiva, ya que la prohibición de enviar armas no se aplica a las compañías privadas. Tras ganar las elecciones, rebajó el tono. "Si alguna compañía quiere fabricar armas y exportarlas donde esté, evidentemente nadie se lo va a prohibir", dijo en noviembre. Por lo que el gobierno de Fico sólo se opone a las entregas de armas y municiones de las existencias del ejército eslovaco.

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"Los oligarcas del sector de la defensa que están detrás de Smer (el partido de Fico) ganan mucho dinero enviando sus productos a Ucrania, y siempre ha estado claro que podrían seguir haciéndolo", dijo a Politico el ministro de Defensa del anterior gobierno, Jaroslav Nad.

El fabricante de munición ZVS Holding (una joint venture entre la compañía privada checa MSM Group y la empresa pública eslovaca DMD Group, de la que el ministro de Defensa, Robert Kalinak, tiene acciones) prevé haber facturado el año pasado más de 88 millones de euros, más del doble que el año anterior. "El incremento en las ventas está principalmente relacionado con la agresión rusa en Ucrania, así como la situación de seguridad general en Europa y en el mundo", dijo el pasado septiembre el consejero delegado de DMD, Stefan Skultety.

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En contra de las sanciones

Aunque el negocio sigue funcionando, cara hacia fuera el mensaje de Fico va en la línea contraria. Ya desde la oposición, antes de tomar posesión de nuevo del cargo de primer ministro, anunció que detendría el envío de armas a Ucrania si gobernaba, con el argumento de que es contrario a la guerra, el mismo que utiliza su principal aliado, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán. De hecho, horas después del intento de asesinato de Fico, Orbán lamentó que Hungría debería "luchar sola por la paz".

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El primer ministro eslovaco también ha replicado mensajes propios del Kremlin, como que Estados Unidos está utilizando Ucrania como territorio para una guerra contra Rusia. Y también se ha posicionado contra las sanciones contra Moscú. "No votaré a favor de ninguna sanción contra Rusia a menos que veamos análisis sobre su impacto sobre Eslovaquia –dijo–. Si tiene que haber sanciones que nos perjudiquen, como ocurre con la mayoría de sanciones, no veo ninguna razón para dar -apoyo", argumentó.

Según los analistas eslovacos, Fico es un político que se amolda a las circunstancias. Y el caso es que Eslovaquia es uno de los países con una de las sociedades más pro-rusas de la Unión Europea, según el think tank eslovaco Globsec. En una encuesta realizada el pasado año, sólo el 40% de los participantes afirmaron que Rusia es responsable de la guerra en Ucrania, mientras que en la República Checa, por ejemplo, el porcentaje es superior al 70%.