Iglesia Católica

Irlanda se enfrenta a su pasado religioso más oscuro y comienza la excavación de una fosa con 800 bebés

El objetivo es localizar, exhumar, analizar e identificar a 796 niños muertos entre 1925 y 1961 en las instituciones de castigo a las madres solteras

LondresOnce años después de que la historiadora local Catherine Corless revelara que 796 bebés y niños murieron entre 1925 y 1961 en la institución de madres y bebés de Tuam, en la localidad irlandesa de Galway, este lunes se ha iniciado formalmente la excavación forense del solar. El proceso, que se prevé que dure dos años, tiene como objetivo localizar, exhumar, analizar y –si es posible– identificar los restos humanos enterrados en el lugar, así como dignificarlos con una nueva inhumación y un memorial permanente.

El inicio de las tareas de exhumación, que ha sido a las 10.30 h bajo una fuerte vigilancia, marca un hito en la lucha larga y dolorosa de los supervivientes y las familias de las víctimas. La Oficina del Director de Intervención Autorizada, dirigida por Daniel MacSweeney, ha cerrado completamente el acceso al público con vallas de 2,4 metros y vigilancia las 24 horas para garantizar la integridad forense del sitio. La semana pasada los familiares pudieron visitar el espacio por última vez antes del cierre definitivo.

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La tragedia de Tuam es sólo un episodio más en un patrón recurrente de abusos institucionales en Irlanda. Durante décadas, hasta bien entrados los años noventa, el estado derivó a las madres solteras ya sus hijos a instituciones dirigidas por órdenes religiosas, conocidas como "chimeneas y bebés" o "lavanderías de Magdalena". Con el apoyo financiero del gobierno irlandés, estas instituciones operaban bajo un modelo que criminalizaba a la maternidad fuera del matrimonio en nombre de un ideal nacionalcatólico. Los bebés, considerados una mancha para la sociedad, fueron víctimas de negligencia y enfermedades evitables y, según diferentes estudios, objeto de experimentos médicos y pruebas de vacunas.

Las primeras excavaciones realizadas en 2016 y 2017 ya habían revelado una gran cantidad de restos en una fosa común improvisada en lo que parecía una antigua fosa séptica, situada detrás de un edificio que había sido gestionado por las monjas del orden del Bon Secours. Sólo dos de los niños que se tienen por muertos constan oficialmente enterrados en cementerios locales. El resto, según se cree, podrían haber sido abandonados clandestinamente en ese espacio.

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Varias investigaciones, incluida la Comisión Ryan sobre los abusos a menores, han documentado tasas de mortalidad infantil de hasta el 50% en algunas de estas instituciones. La Adoption Rights Alliance ha calificado el trato recibido por los niños de "inhumano" y señala que muchos murieron por infanticidio o por desatención médica grave.

Demanda de responsabilidad

Anna Corrigan, que cree que dos de sus hermanos, John y William, están entre las víctimas, declaró a la prensa irlandesa que el momento es "a la vez bienvenido y doloroso". Corrigan exige responsabilidades: "No descansaré hasta que mis hermanos reciban sepultura cristiana como es debido, y hasta que se haga justicia con todo el peso de la ley, tanto nacional como internacional. Lo que ocurrió en Tuam fue criminal. La Iglesia y el estado deben rendir cuentas".

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Pese a la magnitud del escándalo, la respuesta de las autoridades irlandesas ha sido tibia. El gobierno ha demorado las actuaciones y las fuerzas del orden no han impulsado ninguna investigación criminal en profundidad. El arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, ha reconocido públicamente la gravedad del caso, pero la justicia no ha llegado todavía. En 2021 el entonces taoiseach Micheál Martin pidió disculpas oficiales a las víctimas y la congregación del Bon Secours también emitió una disculpa y reconoció haber fallado a las mujeres ya los niños de Tuam.

Con el inicio de las excavaciones, Irlanda vuelve a mirar de cara a un pasado oscuro, pero los supervivientes y los observadores internacionales exigen mucho más que exhumaciones y memoriales: quieren verdad, responsabilidades penales y una reparación digna. Si no se toman una serie de medidas al respecto, la historia de Tuam volverá a quedar enterrada otra vez.