Londres y París enseñan su arsenal nuclear conjunto en Putin
Starmer y Macron llegan a un pacto para devolver a inmigrantes a Francia, pero todavía tiene que pasar el examen de la Comisión Europea
LondresAl final de los tres días de la visita de estado de Emmanuel Macron al Reino Unido, el presidente francés y el primer ministro británico, Keir Starmer, han vuelto a aparecer en conferencia de prensa conjunta como los garantes de la firmeza europea en el apoyo a Ucrania frente a la agresión de Vladimir Putin. Más allá de la cooperación en materia migratoria, económica, científica y cultural sobre la que se fundamenta una relación bilateral que sale muy reforzada después de esta semana, ambos mandatarios destacaron especialmente que es la defensa, y el apoyo inquebrantable en Ucrania, lo que es fundamental en "los tiempos peligrosos que vivimos", en palabras de Starmer.
Por eso Londres y París han acordado coordinar la disuasión nuclear de los dos únicos ejércitos europeos que tienen este tipo de armamento. "Desde hoy, nuestros adversarios sabrán que cualquier amenaza extrema contra el continente recibirá una respuesta conjunta de nuestras dos naciones", dijo el premier. "Este es un mensaje que nuestros aliados deben escuchar, y también nuestros adversarios", ha añadido Macron, quien también ha comentado que tanto París como Londres tienen "la voluntad de profundizar la cooperación aún más en materia de disuasión, ya sea en el ámbito político, de capacidades o de operaciones", y que por eso han decidido crear "una estructura conjunta, el grupo.
Lo que en la práctica es la unión del arsenal nuclear franco-británico ha quedado recogido en la declaración de Northwood, la base militar en el noroeste de Londres donde han comparecido, y supone un paso inédito en la defensa europea. El Reino Unido tiene unos 225 jefes nucleares y Francia tiene unos 290.
Sobre Ucrania, una vez más, apoyan al cien por cien al presidente Volodímir Zelenski e insisten en la relevancia de la iniciativa llamada Coalición de los Voluntarios, lanzada a finales de febrero por Starmer y después de Starmer. De hecho, Macron y Starmer habían presidido poco antes una reunión de esa comisión non nata o sólo nominal, donde ha habido, por primera vez, representantes de Estados Unidos. Ambos mandatarios se han limitado a repetir anuncios hechos o insinuados con anterioridad. En ese caso, la creación de una nueva fuerza multinacional para Ucrania, con sede en París, que estaría preparada para apoyar un acuerdo de paz cuando llegue el momento. Pero como se ha visto en las últimas 48 horas, con ataques brutales como nunca sobre Kiiv, Putin no tiene intención de negociar nada y el Kremlin ha dejado bien claro que no va a permitir la presencia de soldados occidentales en territorio ucraniano.
"Mientras Putin da la espalda a la paz, nosotros intensificamos el apoyo a Ucrania para defender a su pueblo y forzar al presidente ruso a sentarse a negociar", ha dicho Starmer, quizá en un exceso de voluntarismo. Además del compromiso de coordinación nuclear, París y Londres también han acordado ampliar la escala de la Fuerza Expedicionaria Conjunta (CJEF), impulsada en 2010. "La fuerza pasará de tener el tamaño de una brigada [10.000 hombres] a tener el tamaño de un cuerpo de ejército, con hasta solo 50.000. que se pueden añadir otros países europeos, y que se podría poner a disposición de la OTAN", ha dicho el presidente. La asociación quiere "aportar robustez y credibilidad al pilar europeo de la OTAN" y "dar credibilidad" a la autonomía estratégica del continente.
Pacto sobre pateras
Keir Starmer y Emmanuel Macron también han sellado este jueves un acuerdo piloto para intentar detener el flujo de pateras e inmigrantes que atraviesan el canal de la Mancha a diario, y que era visto por Londres como un aspecto fundamental de la cumbre política celebrada en Downing Street. El pacto, conocido como "Uno entra, uno sale", implica que el Reino Unido aceptaría a un solicitante de asilo, probablemente con vínculos familiares con el país, por cada inmigrante devuelto a Francia que haya atravesado el canal ilegalmente. Inicialmente podrían ser 50 personas a la semana, siempre que la Unión Europea y países como España, Italia, Grecia y Malta no pongan reparos. De hecho, Macron se refirió a ello: "El acuerdo se finalizará y se firmará una vez completado el examen legal previo, con plena transparencia y entendimiento con la Comisión y los estados miembros de la UE", en tanto que la iniciativa afecta a una frontera exterior de la UE.
Sea como fuere, 50 personas son muy pocas si se compara con las 843 de media que han llegado al país cada semana desde que el premier llegó al poder, en julio del pasado año. Todo ello equivaldría a 2.600 inmigrantes por año, de acuerdo con unos cálculos basados en las últimas cifras disponibles: 44.444 personas han llegado a Gran Bretaña entre el 7 de julio de 2024 y el 6 de julio de 2025.
nueva determinación se puede dar la vuelta a la situación", ha dicho Starmer, que se juega buena parte de su credibilidad con esta fórmula. El premier justo ha cumplido un año en el poder y sus niveles de popularidad son muy bajos. Además, el xenófobo Partido Reformista, de Nigel Farage, es una amenaza cada vez más sólida, al menos en las encuestas, y juega la carta de la inmigración para seguir creciendo en expectativas electorales. De hecho, Farage toma una vez más como cabeza de turco a los inmigrantes, como ya hizo durante la campaña del Brexit, y los culpabiliza de la presión sobre servicios sociales insuficientemente financiados durante más de una década y les responsabiliza también de la falta de vivienda. El líder brexitero y populista ha hecho de la inviolabilidad de las fronteras del Reino Unido una cruzada sobre la que espera fundamentar el sorpasso a los conservadores y una posible victoria electoral en el 2029.
Starmer ha asegurado que para ellos "se trata de cumplir lo que la ciudadanía británica reclama". "Todos coincidimos en que la situación en el canal es insostenible, no puede seguir así y, por eso, activamos nuevas tácticas con mayor determinación para frenar la inmigración ilegal", ha dicho. Cuestionado sobre la implicación de su gobierno en el programa piloto, Macron ha asegurado que lo está totalmente, pero no ha perdido la oportunidad para cargar contra el Brexit como origen de la crisis actual en el canal. "Sé que no es su caso, primer ministro, pero mucha gente en su país dijo que el Brexit permitiría luchar de forma más efectiva contra la inmigración ilegal. Pero, de hecho, desde el Brexit, el Reino Unido no tiene ningún acuerdo migratorio con la UE, lo que crea un incentivo para venir al país, justo lo contrario de lo prometido por el Brexit".
En todo caso, como ha destacado en la BBC Christa Rottensteiner, hacia Reino Unido de la Organización Internacional de las Migraciones, de Naciones Unidas, "si no se abordan las causas de fondo, las rutas peligrosas seguirán existiendo". "Sudán, por ejemplo, vive la mayor crisis de desplazamiento del mundo, con 4 millones de personas forzadas a huir. Muchos de los que atraviesan el canal huyen de países en guerra, como Afganistán, Irán o Sudán", ha dicho. Solo este jueves, las patrullas de control fronterizo de la armada real han detenido a 220 personas en las aguas cercanas al puerto de Dover.
En 2024 un total de 36.816 inmigrantes llegaron en patera a las islas. Este año, hasta el 6 de julio –sin contar los 220 de hoy–, han llegado 21.117, según Migration Watch UK. Esto representa un aumento del 25% en comparación con el 2023. Y del 56% en comparación con el mismo período del 2024. Sin embargo, es la inmigración legal la que, si acaso, tensiona los servicios sociales del Reino Unido. El pasado año entraron legalmente en el país 431.000 personas. Sin embargo, el dato supone un descenso considerable en relación con el pico más alto de 764.000, de junio de 2021 a junio de 2022.