Europa

Un país ingobernable: Francia volverá a quedarse sin primer ministro

Bayrou se enfrenta el lunes a una cuestión de confianza en la Asamblea, que perderá con toda probabilidad

París"¿Quién podrá gobernar mañana un país ingobernable?", se preguntaba el editorialista del diario La Depêche, Jean-Claude Souléry, pocos días después de que el primer ministro francés, François Bayrou, anunciara por sorpresa, a finales de agosto, que se sometería a una cuestión de confianza en la Asamblea Nacional el 8 de septiembre. Si no hay una sorpresa mayúscula –altamente improbable–, Francia se quedará este lunes, de nuevo, sin gobierno ni primer ministro.

Bayrou no habrá estado en el cargo ni nueve meses. Su predecesor, Michel Barnier, solo duró tres, mientras que el anterior primer ministro, Gabriel Attal, no llegó a los nueve meses. El país habrá tenido cinco primeros ministros desde 2022, una cifra que ilustra la dificultad para gobernar con una Asamblea sin mayorías claras. Con la previsible caída de François Bayrou, la crisis política francesa se hace aún más profunda frente a la impotencia del presidente, Emmanuel Macron. La situación de ingobernabilidad no tiene precedentes en la V República y algunos partidos ya reclaman abiertamente la dimisión del presidente.

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Decisión suicida

Bayrou, de centroderecha, no había dado ninguna pista de la decisión suicida que acabaría tomando. El 10 de agosto presentaba su proyecto de presupuestos para 2026, que debía negociar con los grupos parlamentarios a partir de septiembre. Pero, sin esperar a unas conversaciones que se vislumbraban más que complicadas, tres semanas después anunciaba que se sometería a la moción de confianza, sabiendo desde el primer momento que tenía la votación perdida.

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Los partidos de izquierda y la extrema derecha de Marine Le Pen ya hace días que han anunciado que votarán en contra y sus votos son suficientes para derribar a Bayrou y su gobierno, formado por macronistas y por fuerzas de centro y de derecha. Las opciones del primer ministro de salir con vida son ínfimas.

Economía endeudada

¿Por qué ha tomado esta decisión? Según él mismo ha explicado, porque Francia vive "un momento preocupante que impone una clarificación" sobre el compromiso de los partidos por sacar adelante unos presupuestos destinados a sanear una economía muy endeudada. "La carga de la deuda se convertirá este año en la mayor partida de los presupuestos de la nación", advirtió. En suma, apelaba a la responsabilidad de los partidos políticos para evitar el descarrilamiento de los presupuestos.

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El argumento, sin embargo, no ha convencido a los partidos de la oposición, que lo interpretan como una dimisión encubierta. Tanto la izquierda como la extrema derecha habían amenazado a Bayrou con una moción de censura si no daba marcha atrás con algunas de las propuestas de los presupuestos, como la supresión de dos días festivos para todos los trabajadores. Ante la amenaza de una moción de censura, el primer ministro podría haber decidido ahorrarse el calvario de las negociaciones y adelantar su despedida. Otras teorías apuntan a que podría ser una maniobra para salir del gobierno para prepararse su candidatura a las presidenciales del 2027.

La ironía es que Bayrou, cuando fue nombrado, optó por no someterse a una moción de confianza en la Asamblea. La ley no obliga a los primeros ministros a hacerlo, pero es habitual que se sometan a ese voto cuando presentan las prioridades de gobierno en la declaración de política general. Bayrou lo evitó entonces porque tenía muchas opciones de perder.

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Ingobernabilidad

Para entender la actual crisis de gobernabilidad hay que remontarse a 2022. Ese año, en las legislativas, Emmanuel Macron pierde la mayoría absoluta y comienzan sus dificultades para gobernar. Sin mayoría parlamentaria, el Ejecutivo dependía del apoyo de otras fuerzas para aprobar cualquier ley. Dos años después, en el 2024, Macron decide por sorpresa –tras la victoria de Le Pen en las elecciones europeas con resultados históricos– disolver la Asamblea y convocar elecciones anticipadas.

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El resultado fue un parlamento fragmentado como nunca, sin ningún grupo político ni bloque con una mayoría clara, en un país poco acostumbrado a los pactos. Desde entonces, Macron ha ido nombrando a primeros ministros de diferentes partidos. Pero sin mayoría en la Asamblea, ninguno ha salido adelante. La gobernabilidad ha sido casi impracticable, y el fracaso de Bayrou es una prueba más.

En Francia todo el mundo da por hecho que este lunes el primer ministro perderá la votación. Incluso Macron, que ya ha empezado a realizar consultas discretas para encontrar un sustituto en Bayrou. ¿Pero quién, con la situación actual, podrá gobernar un país ingobernable? Según algunas informaciones filtradas en la prensa francesa, Macron podría dar finalmente una oportunidad a un primer ministro socialista. La incógnita es si tendría opciones de evitar la censura y aprobar los presupuestos.

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De hecho, el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, se mostró dispuesto a convertirse en el nuevo primer ministro si recibe el encargo de Macron, según afirmó este domingo en una entrevista en el canal de televisión France 3. No aclaró, sin embargo, con el apoyo de qué fuerzas gobernará. Simplemente se limitó a asegurar que su ejecutivo será sólo de izquierdas, que tiene asumido que no dispondrá de una mayoría parlamentaria, y que tendrá que negociar propuesta por propuesta. El principal problema es que la formación de izquierdas con mayor representación en la Asamblea Nacional, Francia Insumisa, ya ha dejado claro que no apoyará a un gobierno de este tipo. Su líder, Jean-Luc Mélenchon, lo que de hecho quiere es que se marche Macron.

Por su parte, la líder de extrema derecha, Marine Le Pen, ha vuelto a reclamar este domingo unas elecciones legislativas anticipadas y ha dicho que "Francia está en asfixia democrática".