"Serán encontrados y castigados": desconcierto en Francia por una ola de ataques coordinados contra las prisiones
La Fiscalía Antiterrorista ha abierto una investigación para saber quién está detrás de los asaltos en los centros penitenciarios, que ha reivindicado el misterioso grupo DDPF
BarcelonaIncendios, pintadas e incluso tiroteos. Desde este domingo las prisiones francesas han sufrido una serie de ataques coordinados, especialmente graves en la noche del lunes al martes, que han desconcertado a las autoridades. A estas alturas, se desconoce quién puede estar detrás de los hechos y cuál podría ser su motivación. ¿Una insurrección en apoyo de los presos? ¿Una acción de las bandas de narcotráfico? Por el momento, la Fiscalía Antiterrorista (PNAT) ha abierto una investigación para sacar el entramado de los hechos, que han ocurrido principalmente en la Isla de Francia y en la mitad sur del país.
"Serán hallados, juzgados y castigados", aseguró este miércoles el presidente francés, Emmanuel Macron, tras lamentar que haya "gente que pretende intimidar al personal penitenciario y atacar a los establecimientos con una violencia inaceptable". Horas antes, el ministro de Justicia, Gérald Darmanin, se había desplazado hasta la cárcel de Tolón, en el sureste del país, donde unos hombres encapuchados abrieron fuego con armas semiautomáticas contra la entrada del centro la madrugada del martes. "Es evidente que hay gente que está intentando desestabilizar el estado con intimidaciones", declaró.
Los ataques comenzaron la noche del 13 de abril, cuando se incendiaron siete vehículos en la Escuela Nacional de Administración Penitenciaria de Agen. La madrugada del 14 de abril varios coches de funcionarios de prisiones se quemaron en centros penitenciarios de Melun, Valença y Nimes. Pero no fue hasta el día siguiente en que la policía empezó a pensar que se trataba de un ataque coordinado, cuando se produjeron incidentes simultáneos en seis prisiones y se disparó contra el centro de Tolón. Esta madrugada se ha añadido un nuevo episodio: tres vehículos del personal penitenciario han sido incendiados a primera hora frente a la cárcel de Tarascó, en el sureste.
En casi todos los incidentes, los atacantes han dejado atrás una firma en los coches o en las paredes quemadas: "DDPF". Las siglas se corresponden con las iniciales de "Defensa de los Derechos de los Presos Franceses", el nombre de un misterioso grupo de Telegram. En un vídeo publicado en su canal, aparece un grupo de encapuchados utilizando unas latas de spray negro para realizar estas pintadas. Pero nadie sabe quién se esconde detrás. "Son grupos que no conocemos", afirmaba una fuente penitenciaria en el diario Le Monde.
Las autoridades francesas admiten que, de momento, no saben nada. La hipótesis inicial era que podría tratarse de un grupo militante. De hecho, la Fiscalía Antiterrorista justificó este martes que se había hecho cargo del caso amparándose en los "objetivos escogidos", el "carácter concertado" de los ataques y "la finalidad [perseguida] de perturbar gravemente el orden público", tal y como reclamaba el grupo DDPF a través de Telegram. Ahora bien, expertos apuntan al diario Le Monde que existen "elementos habituales de la vida penitenciaria" que hacen pensar en "el ámbito del narcotráfico". Y el propio ministro de Justicia vinculó la violencia al narcotráfico en una publicación de X: "Las prisiones han sufrido intentos de intimidación que van desde la quema de vehículos hasta disparos automáticos con armas. [...] La República se enfrenta al narcotráfico y está tomando medidas que trastornarán profundamente las redes criminales".
En otra publicación, el grupo Defensa de los Derechos de los Presos Franceses publicaba: "No somos terroristas, estamos aquí para defender los derechos humanos dentro de las cárceles".
Ley para liberar a Francia del peligro del narcotráfico
Lo cierto es que los ataques se producen mientras el Parlamento francés se prepara para votar una nueva ley contra el narcotráfico, que el Senado aprobó casi por unanimidad en febrero. El texto, que lleva el nombre de "ley para liberar a Francia de la trampa del narcotráfico", prevé crear una fiscalía especializada en el crimen organizado, medidas contra el blanqueo de capitales, facilitar el intercambio de información entre la justicia y los servicios de inteligencia, aumentar el poder de la policía que investiga a los traficantes de drogas, y llevar. Concretamente, se podría incidir en los regímenes de aislamiento de los presos condenados por narcotráfico y se autorizaría al ministro de Justicia a aplicar órdenes de aislamiento de hasta cuatro años (actualmente, estas órdenes deben renovarse cada tres meses).
Ya hace tiempo que el gobierno francés brega por reducir la violencia derivada del tráfico de drogas en el país, donde las incautaciones han alcanzado máximos históricos. Un total de 110 personas fallecieron y 341 resultaron heridas en Francia en el 2024 por violencia relacionada con las drogas, según los datos que el ministerio del Interior hizo públicos en febrero. Si bien la cifra supone un bajón respecto al año anterior (ya que coincide con el fin de los enfrentamientos entre dos grandes grupos criminales rivales en Marsella), destaca la gran proporción de jóvenes implicados. Una cuarta parte de los asesinatos e intentos de homicidio los han realizado menores de veinte años. El epicentro de esta violencia es el sudeste de Francia, principalmente Marsella. Pero últimamente, las bandas de narcotraficantes se han expandido en ciudades regionales más pequeñas que no están acostumbradas a la violencia de las drogas.