Internacional

Familiares de israelíes secuestrados por Hamás piden ayuda para rescatarlos en una gira europea

Cinco testigos piden a Madrid "la ayuda del mundo" ante "un claro caso de crimen de guerra"

MadridEl pasado jueves fue el turno de Madrid. El día anterior se había realizado un acto similar en París y el siguiente sería en Bruselas. Varias delegaciones de familiares de israelíes secuestrados por Hamás el 7 de octubre han emprendido una gira europea para pedir la implicación de la comunidad internacional en la liberación de los al menos 229 rehenes. No son siempre las mismas caras, pero se repite la misma petición en ruedas de prensa hechas también en Berlín, Roma y que se replicarán en Copenhague, La Haya y Viena. "He venido hasta aquí para pedir que España y el resto del mundo no se callen. Estoy muy preocupada y angustiada y solo quiero ayuda para que mis familiares vuelvan sanos y salvos". Fue el ruego de Maayan Sigal-Horen, que tiene a su madre retenida junto a otros familiares.

Cinco testigos, parientes de secuestrados de varios kibutz, relataron, en castellano o en inglés, cómo vivieron la mañana de la ofensiva de Hamás, hace cuatro sábados. Relatos con rasgos en común: intercambio de mensajes con sus parientes escondidos en refugios que se interrumpen cuando logran entrar los miembros de las milicias palestinas; descripciones de la destrucción y violencia sufridas en las poblaciones junto a la franja de Gaza que hasta hace poco más de veinte días consideraban su casa. "No tengo un hogar al que volver", decía Yulie Ben-Ami, que tiene a sus padres desaparecidos.

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La misión para difundir su situación está organizada por miembros de la sociedad civil en colaboración con el ministerio de Exteriores israelí, en plena confrontación con la ONU y con tensiones diplomáticas con el gobierno español. Intervino la embajadora israelí en el Estado, Rodica Radian-Gordon, quien reclamó que el ejecutivo de Pedro Sánchez "se una" a su causa. En ningún momento del acto se mencionaron las consecuencias de los bombardeos israelíes contra población civil en Gaza, que dejan un panorama de muerte y destrucción que Naciones Unidas ha calificado de crimen de guerra.

"No somos políticos ni diplomáticos. Somos ciudadanos que se despertaron un día con esta pesadilla. No soy quien debe decir la solución. He venido a contar mi historia y la verdad. Esto es la verdad y no el resto de cosas que Hamás muestra en televisión", defendió otra familiar de rehenes, Merav Mor Raviv, quien argumentó que "no hay precedentes en el mundo de un secuestro en masa tan grande de civiles: se trata de un caso claro de crimen de guerra". También cuestionó la versión de una de las dos liberadas sobre el presunto buen trato recibido por parte de Hamás.

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Sin seguridad en Israel

Mor Raviv alertó de que las historias que se han difundido de la entrada de Hamás en los kibutz "son como las del Holocausto". En este sentido, Sigal-Horen lamentó que su madre, ahora hecha rehén, migró de Argentina a Israel porque "por ser judía, en otros lugares no se podía sentir segura". "Para los judíos el mejor sitio para estar seguros es Israel. Ahora, tras lo ocurrido, ya no es seguro estar en su casa", lamentó, visiblemente afectada.

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Esta necesidad de seguridad se trasladó al acto celebrado en la sede de la Comunidad Judía de Madrid. La Policía Nacional bloqueó el paso de la calle sin salida en la que está situada con una furgoneta de antidisturbios. El despliegue policial se extendía también a las calles adyacentes. La comunidad judía en el Estado alerta desde el inicio de la ofensiva del peligro de ser blanco de ataques como reacción a la guerra.

Antes de la rueda de prensa, los familiares se reunieron con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y junto a la vicepresidenta primera del gobierno español, Nadia Calviño. "Esperamos que hagan todo lo posible para ayudar en el rescate de los secuestrados", dijo Mor Raviv, quien también instó a Cruz Roja a implicarse en la búsqueda de sus familiares. "Ellos no han hecho nada, no tienen ninguna culpa. Queremos la ayuda del mundo para que vuelvan", insistió Ben-Ami, que criticó que las personas que se manifiestan a favor del pueblo palestino "no entienden lo horrible que fue" el ataque de Hamás: "El mundo tiene que abrir los ojos".