Francia y Alemania apuestan por el diálogo con Rusia mientras que Biden amenaza a Putin
Borrell alerta de que "vivimos el momento más peligroso del periodo post Guerra Fría"
DortmundUnidad. Solidaridad. Diálogo. Desescalada. Sanciones. Estos son algunos de los conceptos que más destacaron el canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente francés, Emmanuel Macron, en su aparición conjunta de este martes en Berlín. Pero a las palabras tienen que sucederlas los hechos, como convinieron los dos. Y es hora de llamar a Rusia a la mesa de negociación y de reclamarle adelantos claros en la pacificación del conflicto que mantiene con Ucrania. Este miércoles París acoge una reunión en el llamado formato Normandía, con altos representantes diplomáticos de Moscú y Kiev bajo mediación franco-alemana. El esfuerzo diplomático va en paralelo a un lenguaje cada vez más duro: esta madrugada el presidente norteamericano Joe Biden ha amenazado al ruso Vladímir Putin con sanciones personales si finalmente ataca a Ucrania.
Scholz y Macron están convencidos de tener el remedio para evitar una gran crisis en Europa: mantener todos los canales de diálogo abiertos con Rusia, sea a través de conversaciones entre Moscú y Berlín, entre Moscú y París, entre Moscú y Washington, entre el Kremlin y la OTAN, entre el Kremlin y la OCDE o entre representantes de Rusia y de Ucrania, con Alemania y Francia de mediadores: el formato de Normandía estaba inoperante desde diciembre de 2019.
“Esperamos de Rusia pasos inequívocos que contribuyan a la desescalada”, remarcó Scholz junto a Macron. Los dos líderes han insistido, como los últimos días, en que una invasión rusa en territorio ucraniano comportaría “graves consecuencias y altos costes” a Moscú. “Nos tenemos que mantener alerta y unidos” para garantizar la seguridad de Europa y la integridad de Ucrania, ha asegurado Macron, para quien Rusia se está convirtiendo, de manera alarmante, “en un poder de desequilibrio” en el Cáucaso y en otras regiones, sobre todo en estados exsoviéticos, a través de ciberataques, maniobras militares y amenazas migratorias. Desde Bruselas, el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha dicho que está convencido de que "vivimos el momento más peligroso del periodo post Guerra Fría”.
La lista de temas que han abordado el canciller alemán y el presidente francés durante su reunión era larga. Al fin y al cabo, Alemania asume este año la presidencia del G-7 y Francia la de la Unión Europea. El eje franco-alemán necesita, más que nunca, fortalecer su coordinación y su liderazgo. Y más para demostrar que, ante Rusia, Scholz y Macron pueden aportar una solución.
“Que se produzca este encuentro a cuatro ya es un éxito”, ha sintetizado Macron, que ha admitido que “una conversación con Rusia siempre es difícil”. “Pero no nos rendimos nunca a la hora de intentar un diálogo exigente con Rusia”, ha remarcado el presidente francés, que también ha anunciado que el viernes mantendrá personalmente una conversación telefónica con el presidente ruso, Vladímir Putin, para proponerle un camino hacia la desescalada.
Cada vez hay más tropas rusas estacionadas en la frontera con Ucrania. A su vez, algunos países de la OTAN envían armas a Ucrania para garantizar su derecho a defenderse. Es necesario que “esta situación evolucione hacia otra diferente de la actual, que es temible”, ha indicado Scholz, que ha vuelto a desatender la insistente demanda del embajador ucraniano en Berlín, Andrij Melnik, para que suministre armas a Kiev. Por razones históricas, “Alemania no enviará ningún arma letal”, ha precisado el canciller. “Pero Ucrania sabe que puede confiar en nosotros”, ha destacado Scholz, y ha añadido que Berlín seguirá apoyando a Kiev con formación militar, con medios financieros y con garantías de que Ucrania seguirá siendo país de tránsito del gas hacia Europa.
Petición ucraniana a la UE
Melnik ha exigido este martes a la televisión pública alemana ARD que Alemania se involucre más en el interés de Ucrania de formar parte de la Unión Europea. “Esto no provocaría a Putin, esto es una alianza económica”, ha evaluado el diplomático.
Justament, diplomacia es lo que exigen Scholz y Macron en vigilias del encuentro con el formato Normandía de este miércoles. La reunión tiene que girar, entre otros puntos, alrededor de la negociación de medidas humanitarias en la zona de conflicto y de la fijación de una fecha para que ucranianos y separatistas rusos debatan sobre una ley que regule el estatus de la región del Donbass. Igualmente, se tiene que plantear cómo Ucrania podría avanzar en la reintegración de las zonas disidentes en el este del país.
La reunión con formato Normandía tiene lugar a la espera de que Bruselas termine un paquete de sanciones para el caso en que Rusia agreda militarmente a Ucrania. En este mismo sentido Joe Biden ha dicho que considerará sanciones personales contra Vladimir Putin en caso de invasión, mientras que la OTAN sigue su despliegue militar en la frontera este. Mientras crecen estos temores, funcionarios de la administración de los Estados Unidos han expuesto este martes que habían estado negociando con proveedores mundiales para preparar el desvío de suministros de gas natural de todo el mundo hacia Europa para la eventualidad de que se corte el flujo desde Rusia. Esto representa un esfuerzo para estropear el arma económica más poderosa que tiene Moscú. Washington confía en que Europa no sufra una pérdida repentina de energía para la calefacción en pleno invierno.