La guerra en Etiopía se acerca a Adís Abeba

El gobierno declara el estado de emergencia y pide a los ciudadanos de la capital que se preparen para luchar

BarcelonaHace un año, cuando el primer ministro etíope y Nobel de la paz Abiy Ahmed lanzó una dura ofensiva contra la región de Tigré, desde Adís Abeba el conflicto se veía bien lejos. Pero meses después –en un conflicto lleno de altibajos y de una inmensa campaña del gobierno para esconder y silenciar matanzas– la guerra se acerca a la capital del país, considerada por motivos históricos, políticos y diplomáticos la "capital política de África".

Estas últimas horas los combates entre el ejército federal etíope y el Frente Popular de Liberación de Tigré (TPLF) han llegado a las ciudades de Dessie y Kombolcha, en la región vecina de Amhara y a solo 380 kilómetros de Adís Abeba. El lunes, en un mensaje en Facebook, Abiy Ahmed ya hizo un llamamiento a los etíopes para que cogieran las armas para mirar de bloquear a los combatientes rebeldes de Tigré: pedía dejar "temporalmente de lado" los asuntos cotidianos y "organizarse" para que "cada arma sirva para prevenir, contrarrestar y enterrar las fuerzas terroristas". Este martes el gobierno etíope ha ido algo más allá y ha declarado el estado de emergencia en todo el país. Entre más cosas, la medida restringe la organización de protestas y prohíbe difundir información o propaganda sobre grupos considerados terroristas.

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Estas últimas semanas la guerra se ha intensificado. Como mínimo desde un punto de vista mediático, porque el intento del gobierno por esconder todo aquello que pasa ha hecho difícil informar de manera regular. En Mekele, la capital de la región de Tigré, se han vivido días de fuertes bombardeos de las fuerzas de Adís Abeba y sus aliados. Pero esto no ha parado la ofensiva rebelde hacia el sur del país, que continúa desde que en julio prometieron que llegarían hasta la misma capital de Etiopía. Por este motivo, muchos ciudadanos temen lo peor, y todavía más después de que fuentes anónimas hayan explicado que los combates de este fin de semana tanto en Dessie como Kombolcha han sido muy intensos, con bombardeos aéreos e intercambio de fuego de artillería. Los rebeldes de Tigré, de hecho, aseguran que controlan ambas localidades. "Los generales han salido a todo correr", ha dicho en Twitter Getachew Reda, portavoz del TPLF, que aseguraba que todas las tropas gubernamentales habían huido.

Prometidos de alto el fuego

La guerra en esta zona en el norte de Etiopía estalló hace justo un año, cuando el primer ministro lanzó una ofensiva militar a Tigré en represalia por un supuesto ataque contra una base federal y después de una escalada de la tensión política. La intención de Abiy, que hacía solo un año que había recibido el Nobel de la paz, era que fuera una "operación relámpago", pero derivó en una guerra civil de meses que ha causado miles de muertos y casi dos millones de desplazados. Además, unas siete millones de personas afrontan una "crisis de hambre" por la guerra, según ha advertido hace poco el Programa Mundial de Alimentos de la ONU.

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En este sentido, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha acusado al gobierno etíope de cometer "graves violaciones de los derechos humanos" y ha anunciado que retirará a Etiopía de un programa comercial clave con Washington, cosa que abre el camino a más sanciones económicas por no haber puesto fin, después de casi un año, a un conflicto oscuro en todos los sentidos.