Asamblea de la ONU

Guterres alerta de que el "ruido de sables nucleares" en Ucrania agrava la inestabilidad global

La crisis energética y de los alimentos y la emergencia climática dominarán la primera Asamblea de la ONU pospandemia

Barcelona"El mundo está en peligro y paralizado". Con esta advertencia clara, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha abierto este martes la Asamblea General de las Naciones Unidas, que se celebra en Nueva York con la presencia de gran parte de los principales líderes mundiales. Guterres les ha exigido cooperación y medidas urgentes para hacer frente a los grandes problemas globales: las guerras, la crisis alimentaria y la emergencia climática. El dirigente ha alertado de que la guerra en Ucrania está intensificando la fractura internacional y ha lamentado que hay "inmensos peligros para la paz y la seguridad globales". Además, ha subrayado que el "ruido de sables nucleares" agrava la inestabilidad global.

El funeral de la reina Isabel II de Inglaterra no ha eclipsado la Asamblea, que arrancó este martes en Nueva York, pero sí proyecta su sombra. Muchos de los líderes mundiales que estaban el lunes en Londres viajaron desde ahí hasta Nueva York para asistir al encuentro anual de las Naciones Unidas, que este 2022 por fin recupera la presencialidad total después de dos años de pandemia –en 2020 fue toda virtual y el año pasado todavía híbrida–. Es por esta coincidencia de calendario, de hecho, que el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, no cumplirá la tradición de ser el segundo líder en hablar, después del de Brasil, y no intervendrá en la Asamblea hasta el segundo día, el miércoles. Jair Bolsonaro, que también estaba en Londres en el funeral real, sí se ha apresurado a llegar a Nueva York a tiempo para mantener su posición inicial en los discursos políticos, motivado probablemente por su propia campaña electoral (las elecciones en Brasil son el 2 de octubre).

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Pero el tema que dominará la gran semana de la diplomacia global no será la muerte de la reina de Inglaterra, al menos en los discursos oficiales, sino la guerra de Ucrania. La invasión rusa de un estado soberano europeo como Ucrania amenaza la estabilidad del frágil orden político global y la Asamblea de la ONU es el lugar donde tratar de poner los puntos sobre las íes, al menos de cara a la galería –y más allá de lo que pueda pasar en los pasillos-. Las crisis energética y de precios que se derivan de este conflicto, la recesión económica, y la cada vez más palpable emergencia climática también centrarán el debate en la sede de la ONU a partir de este martes.

Aún así, como prueba de su creciente arrinconamiento internacional, el presidente ruso, Vladímir Putin, no asistirá al encuentro. Ha enviado en nombre suyo al ministro de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, que será quien hable en la Asamblea. Lavrov participará también el jueves en una reunión ministerial del Consejo de Seguridad donde se debatirá la situación en Ucrania. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, sí intervendrá en la Asamblea, pero telemáticamente, con un vídeo grabado previamente; es una deferencia que no se permite a ningún otro líder político ausente, pero que tiene en cuenta la excepcionalidad que supone un país en guerra.

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La Asamblea de la ONU llega, de hecho, en un momento en el que la contraofensiva ucraniana en el campo de batalla empieza a tener éxito y ha conseguido hacer recular al poderoso ejército ruso en varias localidades. Una posición de fuerza que puede ayudar a las potencias occidentales que estarán en Nueva York estos días, y que van también con el objetivo de convencer a algunas potencias internacionales como la India para que abandonen su posición de neutralidad. Los gobiernos europeos y los aliados de la OTAN han dejado clara su intención de seguir ayudando a Ucrania, con dinero y armamento, a luchar contra las tropas rusas que invadieron el país el 24 de febrero. Aún así, un portavoz del gobierno alemán aseguró ayer a Reuters que no hay prevista ninguna reunión en los pasillos de la ONU para hablar de nuevos envíos de armas.

Irán no descarta debatir el acuerdo nuclear en encuentros informales

El que sí espera poder tener encuentros informales es Irán, que este lunes mismo ha apuntado la posibilidad de que la Asamblea sirva también para debatir sobre el acuerdo nuclear, que sigue congelado después de que Donald Trump se retirara. Ese pacto de 2015, que ahora se está intentando reformar, comprometía a Teherán a no desarrollar armas nucleares a cambio de la retirada de sanciones internacionales.

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Otro tema que centrará el debate internacional estos días es la crisis energética provocada por la disminución del suministro de gas ruso en Europa a raíz de la guerra de Ucrania, y que hace prever un invierno complicado en Europa. Otro punto en discusión será la crisis derivada del aumento de precios de los alimentos, otro efecto directo de la guerra, puesto que Ucrania era uno de los principales exportadores de grano del mundo. La inseguridad alimentaria que esto está generando en muchos países pobres se suma a los impactos de la crisis climática, que deja sequías y tormentas devastadoras para las cosechas, como una tormenta perfecta que está haciendo crecer el hambre en el mundo a pasos de gigante.

Una situación que hace peligrar todavía más la consecución de la Agenda 2030 de la ONU, formada por 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) que parecen cada vez más imposibles de lograr. "La Asamblea General se reúne en un momento de gran peligro. Nuestro mundo está arruinado por la guerra, golpeado por el caos climático, marcado por el odio y avergonzado por la pobreza, el hambre y la desigualdad", ha dicho el secretario general de la ONU, António Guterres. En estos días previos a la Asamblea de líderes políticos, la ONU ha celebrado otras reuniones, como la Cumbre para Transformar la Educación, y una sesión el lunes para dar un nuevo impulso a los ODS en los que participaron varias celebrities.