Haley pierde en Carolina del Sur, su tierra natal, y facilita el camino de Trump hacia la Casa Blanca
El expresidente ha logrado el 60% de los votos y ha ganado la exgobernadora con 21 puntos de diferencia
BarcelonaLos malos augurios para Nikki Haley se han cumplido. Donald Trump ha ganado las elecciones primarias de Carolina del Sur con el 60% de los votos y ha derrotado a la candidata republicana en su tierra natal. Las encuestas llevaban semanas vaticinando ya unos resultados nefastos para Haley, que había puesto todas las esperanzas en este estado tras perder en New Hampshire y Nevada. La derrota de ayer la deja en una muy mala posición para seguir justificando su candidatura a las primarias republicanas y allana el camino de Trump hacia la Casa Blanca.
Desde 1980 quien ha ganado las primarias de Carolina del Sur acaba convirtiéndose en el candidato republicano a las elecciones presidenciales. La única excepción fue en el 2012, cuando Newt Gingrich quedó por delante de Mitt Romney, que finalmente acudió a las urnas contra Barack Obama. Pero no parece que Trump vaya a ser una segunda excepción, sino que está en el camino de repetir el patrón. Esta noche Trump se ha llevado a 44 de los 50 delegados que se repartían. Para ser elegido como candidato a las convenciones republicanas se necesitan un mínimo de 1.215, y ahora mismo Trump ya tiene 107. Haley sólo tiene 17.
El fracaso de Haley en cuyo estado fue gobernadora entre 2011 y 2017 tiene un fuerte peso simbólico y supone una derrota muy dolorosa. El martes Haley dio un giro en su discurso y aseguró que no se retiraría de la carrera electoral hasta que "vote a la última persona" y esta noche, tras los malos resultados, ha vuelto a defenderlo. "Soy una mujer de palabra", ha dicho desde Charleston a un grupo de seguidores que le aclamaban. Pese a haber perdido por 21 puntos de diferencia, se aferró a los números para decir que el 39% de los votos "no es una cifra pequeña" y "es un número significativo de republicanos que quieren una alternativa a Trump". La exgobernadora, aunque no atacó a Trump con la misma agresividad de los últimos días, sí avisó de que "América se destruirá si se toman malas decisiones". Ya no solo se dibuja como la alternativa sensata de Trump, sino que quiere presentarse como la opción para evitar que el país continúe "hundiéndose".
Por mucho que Haley tuviera la esperanza de que jugar en casa le sería favorable, el escenario que se dibujaba de un principio era otro. Carolina del Sur ya no es el lugar que era cuando dejó su despacho, en el 2017, para convertirse en la embajadora de Trump en Naciones Unidas. Según el New York Times, desde 2017 hay 372.000 nuevos residentes con edad de votar, es decir, un 10% del electorado que no ha vivido bajo el gobierno de Haley. La realidad sociodemográfica ha caído por su propio peso: Carolina del Sur es un estado de mayoría blanca (un 68%) con un marcado perfil conservador y que ha demostrado ser mucho más proclive a los discursos incendiarios del expresidente que a las ideas moderadas de su ex gobernadora. En las elecciones del 2020 y el 2016, Trump ya había ganado en ese estado.
Las primarias de Michigan, que se celebran el 27 de febrero, son la última oportunidad de Haley para intentar enderezar su candidatura antes del Supermartes, que se celebrará el 5 de marzo. Ese día votan 15 estados y en total se reparten 847 de los 2.429 delegados republicanos que están en juego. Cuando acabe el Supermartes ya se habrán repartido 1.511 delegados, superando los 1.215 mínimos que deben conseguirse para poder ser elegido candidato.
Si Haley salva los muebles en Michigan y en el Supermartes obtiene un buen resultado, podría encontrar argumentos para seguir con su candidatura. La mayoría de los estados llamados en las urnas el Supermartes lo hacen con primarias abiertas, en las que también pueden participar electores independientes. Dentro del Partido Republicano, Haley no ha parado de tropezar con el muro que es la gran masa de seguidores de Trump, pero fuera, entre los votantes independientes, puede recoger el apoyo de los indecisos a los que no les gusta ni Trump ni Joe Biden. Con su perfil moderado, Haley tiene más fácil robar electores a Biden que a Trump.
Pero en caso de que Haley pierda también a Michigan, lo tendrá muy difícil para poder seguir mostrándose como una rival real para Trump y lo más probable es que después del Supermartes el expresidente ya tenga prácticamente garantizada la nominación como a candidato presidenciable. Cierto que aún no habrá conseguido los delegados necesarios, pero con Haley debilitada el exmandatario quedará como único candidato con posibilidades para competir por la Casa Blanca. Si acaba siendo así, Estados Unidos volvería a vivir una especie de déjà-vu del 2020, con Trump y Biden enfrentándose a las urnas, con el pequeño matiz que buena parte del país vive con desidia la idea de tener que volver a elegir a uno de los dos candidatos.