Invadir Ucrania: una aventura arriesgada para Putin

Rusia se arriesga a más sanciones sobre una economía y una moneda ya debilitadas

MoscúSuenan tambores de guerra en Europa Oriental que hacen sufrir a Kíev y Bruselas. Rusia ha movilizado hacia su frontera oeste misiles, tanques y soldados. Pero un conflicto en Ucrania también perjudicaría duramente a Moscú y podría poner en riesgo su economía y su estabilidad interna. Las desavenencias de Occidente con el Kremlin han comportado una consecuencia recurrente: sanciones europeas y estadounidenses.

Las más duras hasta ahora han sido las posteriores a la anexión de Crimea, un hecho que alejó a Moscú del resto de Europa. Fue la señal de un regreso a la tensión Moscú-Occidente, que había empezado unos años antes con la intervención de la OTAN en Libia o en la guerra entre Georgia y Rusia del 2008. Poco tiempo después, el ya expresidente Dmitri Medvédev admitió que las pérdidas derivadas de las primeras sanciones supusieron como mínimo decenas de miles de millones de euros para la economía rusa y la obligaron a centrarse en su propio mercado.

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Afirma Oleg Ignatov, del Crisis Group, que “unas sanciones duras tendrán unas consecuencias duras”. Rusia es un socio comercial destacado para la Unión Europea, el quinto. Y es un socio importante para países como Alemania e Italia. “Será muy difícil para Occidente aplicar medidas muy estrictas, porque se perjudicaría a sí mismo, especialmente Europa”, recuerda Ignatov. Pero Rusia depende más de los 27 países de la UE, que son su principal socio comercial. Un conflicto con Ucrania dificultaría las importaciones y exportaciones, que podrían ser directamente afectadas también por las sanciones, igual que el sistema bancario.

Razona el analista que las sanciones “podrían afectar tanto al presupuesto del estado ruso como a los bolsillos de los ciudadanos y su día a día”. Entre las medidas planteadas por Occidente está la expulsión de los bancos rusos del sistema SWIFT de tarjetas de crédito o el veto a sectores como el aeroespacial y el armamentístico, dos grandes fuentes de ingresos para Rusia.

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El rublo podría verse también afectado, como pasó en 2014, cuando las sanciones por la anexión de Crimea depreciaron la divisa rusa, que en enero se cambiaba a 45 rublos el euro y llegó a los 75. Ahora el cambio es a 86.

Problemas domésticos

Y la bajada económica iría acompañada de un aumento del descontento de los ciudadanos rusos, castigados todavía por las sanciones post-Crimea, y también por la crisis global y el impacto económico de la pandemia. Asegura Ignatov que la combinación de guerra y sanciones, “especialmente las que duren mucho tiempo, puede tener un impacto negativo en la sociedad respecto a las autoridades y la estabilidad política del país”. Recuerda que “diez años de estancamiento económico ya han llevado a una acumulación de fatiga y frustración”. Pero matiza que el impacto social “es un proceso que llevará tiempo y que dependerá de múltiples factores”. Actualmente, un 39% de los rusos ven seguro o probable que se produzca un conflicto armado con Kiev. El director del independiente Centro de Estudios Levada asegura a medios rusos que la sensación es que les "están arrastrando a una guerra".

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Rusia participa abiertamente en la guerra de Siria con apoyo aéreo al régimen de Bachar el Asad. Su última operación terrestre, sin contar la ocupación de Crimea, fue en 2008 en la guerra de Georgia. Tbilisi quiso recuperar el territorio controlado por Osetia del Sur y Abjasia, y atacó durante la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín. Rusia salió a proteger a sus aliados, atacando en territorio georgiano en una guerra que acabó en solo 12 días. Georgia no contó con el apoyo de ningún país, y tenía cerca de 10.000 soldados. Invadir Ucrania sería más largo y duro, tiene cerca de 200.000 efectivos, que hace años que se preparan para este conflicto –desde el 2014 se enfrenta a milicias pro-rusas–, ha recibido equipación militar moderna y apoyo económico de Occidente... Si estallara un conflicto militar directo, lo más probable es que duraría más de 12 días. Con todo el desgaste económico y social que comportaría.