Israel: un laboratorio para comprobar la eficacia de Pfizer/BioNTech

Pese a que tiene que confirmarse, el país dice que las dosis ya reducen los contagios

TONI POU
y TONI POU

BarcelonaIsrael, con el ritmo de vacunación más alto de todo el mundo, se ha convertido en un laboratorio internacional para comprobar la eficacia de las vacunas del covid-19. Después de haber administrado la primera dosis de la vacuna de Pfizer/Biontech a la mitad de sus 9,3 millones de habitantes en un mes y medio, varias instituciones del país han publicado datos de reducción de los contagios que ellas mismas han calificado de muy alentadoras.

En uno de los comunicados, el ministerio de Sanidad ha anunciado que de 428.000 personas que han recibido la segunda dosis, una semana más tarde solo se han infectado 63, es decir, el 0,015%, cuando en estos momentos en una semana se infecta más de un 0,5% de la población general. Paralelamente, el servicio de salud Maccabi ha comunicado que, entre los días 13 y 21 después de la primera dosis, también ha observado un descenso del riesgo de contraer la enfermedad en un grupo de 430.000 personas.

Cargando
No hay anuncios

La historia de las vacunas es exitosa y se hace difícil no ver otro en estos datos. De todos modos, hay que tener en cuenta que estas cifras se han obtenido en muy poco tiempo y fuera del marco de estudios clínicos, lo que reduce su fiabilidad. De hecho, se han obtenido con una metodología que los expertos conocen como "estudios ecológicos". Estos estudios se limitan a recoger datos sobre la población, en este caso de vacunación y contagios. Otro tipo de estudios más precisos son los observacionales, en los que se hace un seguimiento de los pacientes divididos por grupos de interés en función de la edad u otras características. Los estudios de más calidad, sin embargo, son los ensayos clínicos en los que se administra o bien la vacuna o un placebo a dos grupos similares de personas y se compara la evolución.

 "Hay que tener cuidado de no caer en la falacia ecológica", advierte Daniel Prieto-Alhambra, catedrático de farmacoepidemiología de la Universidad de Oxford, experto en diseñar los protocolos de recogida y análisis de este tipo de datos. Con el concepto de falacia ecológica, Prieto-Alhambra se refiere a la dificultad de atribuir causas concretas a ciertos efectos cuando se producen al mismo tiempo muchas causas diferentes que pueden tener efectos similares. "En este caso, yo sería reticente a atribuir la reducción de infecciones a la vacunación, porque en Israel también ha habido un confinamiento domiciliario", explica. A juicio del investigador, "las vacunas tardan en hacer efecto y todavía no está demostrado que detengan la transmisión de la enfermedad". "Si me tuviera que mojar, diría que es más probable que el descenso de contagios sea consecuencia del confinamiento", sostiene, "porque estos datos son muy difíciles de interpretar".

Cargando
No hay anuncios

 Según Prieto-Alhambra, se necesitan más datos y más tiempo para poder comparar países con niveles de vacunación diferentes y sacar conclusiones más fiables sobre los efectos de las vacunas en la evolución de la pandemia. En este sentido, confirma que la Agencia Europea del Medicamento pondrá en marcha algunos estudios de tipo observacional en breve. Además de obtener datos de la eficacia de las vacunas, estos estudios deberían permitir investigar posibles efectos secundarios que hayan pasado desapercibidos en los ensayos clínicos y analizar la seguridad y eficacia de las vacunas en poblaciones que no estaban suficientemente representadas, como los menores de edad.

Estudios en Catalunya

En Catalunya también se han empezado a hacer estudios sobre la eficacia de la primera dosis de la vacuna de Pfizer/Biontech en las residencias. En un análisis preliminar, hecho en 36.562 residentes y 32.278 trabajadores, el departamento de Salud ha observado un cierto efecto protector al cabo de 10 o 12 días de recibir la primera inyección. Más concretamente, se ha observado una reducción en la tasa de casos del 21% en los residentes y del 43% en los trabajadores. Aunque el análisis tiene limitaciones, como el propio departamento ha reconocido, se trata de un resultado esperable que se tendrá que confirmar a medida que se vacune a más personas.