Coronavirus

Italia inicia la desescalada

El primer ministro, Mario Draghi, presenta en el Parlamento el plan de 248.000 millones para recuperar al país de la pandemia

MilàItalia vuelve a la normalidad. El país transalpino inicia la desescalada en la mayor parte de su territorio después de casi dos meses de cerrojazo. Desde este lunes, bares y restaurantes abrirán al público, pero solo podrán servir en el exterior; la mayoría de los estudiantes recuperarán las clases presenciales; y los cines, teatros y museos abrirán sus puertas después de meses cerrados. El toque de queda -fijado a las 22 horas- se mantiene a pesar de las protestas de la oposición y de la Liga de Matteo Salvini.

La reapertura del país transalpino ha coincidido con la presentación en la Cámara de los Diputados del plan de recuperación aprobado por el ejecutivo de Mario Draghi --que Roma deberá enviar a Bruselas antes del 30 de abril--, que permitirá impulsar la reconstrucción post-pandémica. Una hoja de ruta por valor de 248.000 millones de euros, de los que cerca de 200.000 llegarán desde la Unión Europea en forma de préstamos y subvenciones, y a los que se añaden otros 36.000 millones de recursos nacionales. Un programa con el que “está en juego el destino de Italia, su credibilidad como país fundador de la UE”, dijo Draghi.  

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Digitalización, transición ecológica, infraestructuras, educación o sanidad son los principales ejes del plan italiano que tiene como objetivo “reparar el daño económico y social” causado por la pandemia y llevar a cabo las inversiones y reformas necesarias para dejar un país mejor a las futuras generaciones. “Los retrasos e ineficiencias pesarán sobre la vida de nuestros hijos y nietos, y quizás no haya posibilidad de remediarlo”, subrayó el primer ministro.

Las terrazas recuperan el ritmo

Mientras Mario Draghi hablaba en la Cámara de los Diputados, fuera, las terrazas del centro de Roma trataban de recuperar su ritmo. En la capital, 9 de cada 10 bares y restaurantes han abierto sus puertas, aunque muchos hosteleros confiesan que sólo será posible recuperar la normalidad cuando los turistas que solían invadir la ciudad en esta época del año regresen a la capital italiana. Hasta entonces son los italianos quienes este lunes han salido a la calle en 14 de las 20 regiones del país.  

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En Milán, donde se ha vivido con restricciones de movilidad prácticamente ininterrumpidas desde hace seis meses, los ciudadanos han vuelto a salir de casa con cautela. A mediodía, las terrazas del centro de la ciudad aparecían prácticamente vacías. Hasta el 1 de junio sólo se podrá consumir al aire libre, mientras que a partir de esa fecha será posible hacerlo hasta las 18 horas en el interior de los locales.

Según una encuesta, el 50% de los italianos asegura que volverá a un restaurante en los próximos días frente a casi un 29% que prefiere esperar algo más antes de volver a comer fuera de casa.  Además de la apertura de la hostelería, este lunes retomaron las clases presenciales la mayoría de los alumnos de la enseñanza secundaria y de las universidades. También abrieron sus puertas con aforos limitados cines, teatros y museos, que permanecían cerrados desde hace casi un año. Y para impulsar el turismo interior a las puertas del verano, a partir de esta semana los italianos pueden desplazarse sin motivo justificado entre regiones con menor incidencia del virus ('amarillas', según la clasificación italiana).

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Los desplazamientos por turismo entre las regiones con mayor incidencia ('naranjas' y 'rojas') serán posibles presentado un test de antígenos o PCR, o bien un documento que certifique haber sido vacunado o haber pasado la enfermedad en los últimos seis meses.  

Las autoridades temen ahora que la desescalada desemboque en una relajación general de las medidas necesarias para limitar los contagios, que este lunes superaron los 8.400 en todo el país, mientras los fallecidos ascendieron a 301. El objetivo es evitar las aglomeraciones, especialmente durante la tarde, por lo que en Roma y otras ciudades del país se han reforzado los controles policiales en las zonas de ocio. El toque de queda se mantiene a las 22 horas, lo que ha provocado la indignación de los ultraderechistas de Hermanos de Italia, el único partido en la oposición, y de Matteo Salvini, quien, a pesar de formar parte del heterogéneo Ejecutivo de Mario Draghi, ha impulsado una petición online para abolirlo.