Mattarella jura su segundo mandato como presidente de Italia

Se convierte en el segundo jefe de estado con más apoyo parlamentario de la historia del país

Soraya Melguizo
y Soraya Melguizo

RomaSergio Mattarella ha jurado este jueves su segundo mandato como jefe de estado, puesto que el Parlamento no consiguió encontrarle un sucesor la semana pasada después de siete votaciones. Durante su discurso de investidura en el Palacio de Montecitorio, sede de la cámara baja, donde los parlamentarios se han reunido en sesión conjunta, el reelegido presidente de la República ha hecho un llamamiento al “compromiso” de todas las fuerzas políticas para “reconstruir Italia después de la emergencia”. “No nos podemos permitir retrasos o incertidumbres”, ha dicho.

Mattarella lo tenía todo listo para marcharse del Palacio del Quirinal este jueves, cuando expiraba su mandato de siete años, y se proponía disfrutar de su jubilación -está a punto de cumplir 81 años-. Pero “un inesperado llamamiento a la responsabilidad, de la que no puedo ni pretendo escapar”, según ha justificado él mismo, le ha hecho cambiar de planes. El presidente italiano ha destacado que su reelección -a pesar de que había reiterado que no estaba dispuesto a seguir en el cargo- es la única salida posible al bloqueo institucional, puesto que “la prolongación de un estado de profunda incertidumbre y tensiones políticas” podría haber “comprometido” el relanzamiento del país.

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En Italia, la elección del presidente de la República no es directa, sino que depende del voto de un millar de diputados, senadores y representantes de las regiones, que suelen decidir en función de los acuerdos a los que llegan sus partidos. En esta ocasión, sin embargo, el bloqueo del Parlamento se alargó durante seis días caóticos e hizo que el primer ministro, Mario Draghi, pidiera a Mattarella que aceptara un segundo mandato para garantizar la estabilidad del país.

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Aplausos y ovaciones

En un discurso mucho más largo de lo que es habitual, interrumpido medio centenar a veces con aplausos, ovaciones e incluso con los parlamentarios de pie, Mattarella ha evitado reprender a los políticos, incapaces de ponerse de acuerdo para consensuar un nuevo jefe de estado, pero les ha recordado que hay que garantizar la estabilidad para hacer frente a los próximos desafíos, empezando por la recuperación económica, la sostenibilidad y la transición ecológica y digital. “Los tiempos difíciles que nos hemos visto obligados a vivir nos han dejado una lección: nos tenemos que dotar de nuevas herramientas para prevenir futuros posibles peligros globales y gestionar las consecuencias”, ha dicho. Y ha añadido: "Fortalecer Italia también significa permitir guiar el proceso de relanzamiento de Europa para que sea más eficiente y justa".

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Mattarella ha recordado la responsabilidad de Italia, como país fundacional de la Unión Europea, a la hora de garantizar una política de paz, de cooperación y de justicia, especialmente en un momento como el actual, donde soplan vientos de confrontación, en un continente que vivió dos guerras mundiales. "Tenemos que apelar a nuestros recursos y a los de nuestros países aliados y amigos para que las demostraciones de fuerza den paso al entendimiento mutuo, para que ningún pueblo tema la agresión de sus vecinos", ha dicho, aludiendo al desafío ruso en Ucrania.

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Mattarella ha conseguido 759 votos -eran necesarios 505- para ser elegido en la octava votación, de forma que se ha convertido en el segundo presidente con más apoyo después de Sandro Pertini, que consiguió 832 votos en 1978. Sin embargo, la carrera por el Palacio del Quirinal ha dejado malheridos a los partidos italianos, especialmente la coalición de centroderecha formada por la Liga, Fuerza Italia y Hermanos de Italia, y el Movimiento Cinco Estrellas por la gestión de sus respectivos líderes, Matteo Salvini y Giuseppe Conte, durante las negociaciones fallidas.