Orbán consolida su hegemonía con un triunfo holgado

El líder ultraconservador consigue su cuarto mandato consecutivo

Ricard G. Samaranch
y Ricard G. Samaranch

BudapestEl primer ministro húngaro, el ultraconservador Viktor Orbán, ha conseguido su tercera reelección con un holgado triunfo en las elecciones de este domingo en Hungría, y podrá igualar a Angela Merkel como líder europeo más longevo del siglo XXI. A pesar de que estas elecciones se presentaban como las más disputadas, Orbán podría volver a disponer de una “supermayoría” (más de dos tercios del hemiciclo) que le permitiría enmendar la Constitución de forma unilateral. La participación ha sido del 67,8%, ligeramente inferior a la de hace cuatro años, 

Con el 75% escrutado, las proyecciones otorgan al partido de Orbán, Fidesz, 134 escaños, un resultado similar al del 2018, a pesar de que ha obtenido un 10% más en porcentaje de voto que entonces. El Parlamento cuenta con 199 diputados, y el umbral de la “supermayoría” son 132. Por su parte, Unidos por Hungría, una heterogénea coalición que incluye los seis principales partidos de la oposición, ha obtenido un resultado muy decepcionante, puesto que ni siquiera aumentaría sus escaños, y quedaría por debajo de los 65. Todo parece indicar que el partido neofascista Movimiento Nuestro Hogar entraría en el Parlamento, puesto que, de momento, supera el umbral mínimo del 5%. En cambio, el partido protesta El Perro con Dos Colas no conseguiría ningún escaño.

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Composición del parlamento de Hungría
En escaños
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Poco antes de las once de la noche, un Orbán eufórico ha comparecido ante sus seguidores. “¡Buenas noches! Las cosas pintan muy bien. Cada vez pintan mejor. Quizás nunca han pintado mejor que esta noche”, ha presumido. Varios líderes de la oposición han reconocido la derrota y, dado que el margen es mayor del previsto, es muy probable que no impugnen los comicios, tal como habían sugerido días antes ante las sospechas de fraude.

“Este resultado es un desastre para la oposición, que solo ha ganado en Budapest. Su futuro es imprevisible. Parece claro que Hungría tiene una cultura política diferente del resto de la Unión Europea”, sostiene el catedrático Ferenc Laczos. El líder opositor Peter Marki-Zay ni siquiera habría ganado en el distrito que incluye la ciudad de la cual es alcalde. La suma de partidos con ideologías antagónicas, como los socialistas y el derechista Jobbik, en lugar de sumar habría restado, y esto pone en entredicho que se repita la fórmula en próximos comicios.

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Una campaña marcada por la guerra en Ucrania

La campaña electoral ha estado marcada por la guerra de Ucrania, que ha centrado tanto los mensajes del gobierno como de la oposición. Orbán se presentó como el garante de la paz, y acusó a la oposición de querer arrastrar el país a la guerra enviando soldados, una suposición que su adversario, Marki-Zay, no se ha cansado de negar. Unidos por Hungría instó la población a elegir entre Occidente y Rusia. “Creo que Marki-Zay se precipitó con sus declaraciones justo después del estallido de la guerra. Permitió a Orbán manipular sus palabras”, dice Attila, un húngaro residente en Londres y que se ha desplazado a la capital unos días antes de los comicios para hacer campaña por la oposición.

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Con esta contundente victoria, Orbán verá reforzada su apuesta por una especie de neutralidad hacia el conflicto bélico en Ucrania. El líder húngaro, el más fiel aliado de Putin en la UE, se alejó del Kremlin al inicio de la guerra, pero solo hasta cierto punto. Si bien apoyó al régimen de sanciones preparado por Bruselas, se negó a permitir que el armamento dirigido al ejército ucraniano atravesara el territorio húngaro. Uno de sus argumentos para no alejarse de Putin es la dependencia del gas natural ruso, que supone más del 85% del gas consumido por los húngaros. 

Si se confirma que Fidesz ha superado el umbral de los 132 escaños, se teme que profundice en su deriva autoritaria. Amparado en sus “supermayorías” parlamentarias, desde el 2010, ha ido erosionando las instituciones independientes encargadas de supervisar o limitar los poderes del ejecutivo, como la judicatura, los medios independientes o la sociedad civil. “El modelo de Orbán encaja con el del populismo ultraconservador mundial, como el de Trump o Bolsonaro. Es una evolución del fascismo que renuncia a la violencia y mantiene formalmente la democracia, pero la vacía de sentido”, comenta Laczo.

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Entre las ventajas de Fidesz en estos comicios está un gasto electoral entre ocho y diez veces superior y un panorama mediático muy favorable. “La oposición ha tenido muchos problemas para hacer llegar sus mensajes porque Orbán ha ido estrangulando los medios independientes. Además de la televisión pública, que solo ha dedicado 5 minutos a Marki-Zay en toda la campaña, ahora controla el 80% de los medios privados”, afirma Andras Kadar, codirector del ONG Comité Helsinki de Hungría.

Además de las elecciones, el gobierno ha organizado un referéndum "para proteger a los niños" de lo que Orbán denomina “la locura de género”, toda una obsesión del líder húngaro. En concreto, se ha preguntado a la población si está de acuerdo con una ley ya aprobada que prohíbe la educación sexual en las escuelas sobre la homosexualidad y el cambio de sexo. La consulta tiene un carácter simbólico, y su objetivo era movilizar a los votantes más conservadores de Fidesz y mandar un mensaje a Bruselas. Debido a estas leyes, la Comisión ha iniciado un procedimiento legal para bloquear parte de los fondos que recibe Hungría.