Negociaciones para la paz en Gaza: éstos son los puntos críticos de las conversaciones en Egipto
El calendario, la presencia de tropas israelíes y la autoridad transitoria deben discutirse en Sharm al-Sheij
BarcelonaLas delegaciones de Israel y Hamás vuelven a reunirse en la ciudad egipcia de Sharm al-Sheij para mantener conversaciones indirectas sobre el plan propuesto por Donald Trump. El objetivo de la reunión, auspiciada por Estados Unidos, es concretar los detalles de la primera fase del plan, en la que debería producirse un alto el fuego y la liberación de todos los rehenes israelíes retenidos por Hamás, a cambio de la liberación de cientos de prisioneros palestinos en Israel.
El plan de Trump ha tenido un amplio apoyo internacional, pero deja en alto muchas incertidumbres que hacen temer que los palestinos se queden sin garantías. ¿Israel se retirará de Gaza? ¿Se desarmará a Hamás? ¿Quién liderará la reconstrucción de la Franja? Esto es lo que sabemos hasta ahora:
¿Quiénes son los negociadores?
El equipo negociador estadounidense está encabezado por Steve Witkoff, enviado especial de la Casa Blanca, y Jared Kushner, yerno de Trump y promotor inmobiliario. Por parte de Hamás, los representantes son Jalil al Hayya y Zaher Jabarin, que sobrevivieron hace un mes a un bombardeo israelí en Doha que causó cinco muertos, entre ellos el hijo del líder negociador palestino.
La delegación israelí es más ambigua: primero el gobierno anunció que el principal negociador sería Ron Dermer, ministro de Asuntos Estratégicos; después dijo que Ophir Falk, asesor de política exterior, estaba en Egipto para sentarse en la mesa. Por último, Netanyahu sólo ha enviado una delegación técnica sin poder de decisión, lo que pone en duda su voluntad real de negociar.
Los puntos clave del plan
1. Fin de las hostilidades e intercambio de prisioneros
Una vez firmado el acuerdo, los combates se detendrían de inmediato. Hamás debería liberar a los 48 rehenes que quedan bajo cautiverio –vivos y muertos– en un plazo de 72 horas, mientras que Israel liberaría a 250 presos palestinos condenados a cadena perpetua y 1.700 detenidos, incluidas mujeres y criaturas. También devolvería los cadáveres de 15 palestinos por cada rehén muerto librado.
2. Desarme de Hamás y retirada israelí de Gaza
En una segunda fase, Hamás debería entregar las armas. Los miembros que se avengan recibirían la amnistía y podrían abandonar Gaza de forma segura. Tras el desarme, Israel retiraría a sus tropas y una fuerza internacional se desplegaría para garantizar la seguridad. Y organismos como la ONU y la Media Luna Roja distribuirían ayuda humanitaria.
3. La administración futura de la Franja
Gaza quedaría bajo gobernanza internacional, supervisada por Trump y el ex primer ministro británico Tony Blair. Una administración provisional de tecnócratas palestinos gestionaría el día a día, sin participación de Hamás. El plan prevé impulsar un programa económico que convierta a Gaza en una zona económica especial con tarifas preferenciales e incentivos para atraer inversiones. A cambio, los palestinos no serían expulsados.
Los puntos críticos
1. El calendario
Para Netanyahu, alargar el proceso puede ser políticamente útil para contener la presión del ala más ultra de su gobierno. Pero el principal acelerador de ese pacto ha sido el presidente de Estados Unidos. "Trump está harto, y tiene una evaluación diferente de los beneficios de poner fin al genocidio. Presiona a Netanyahu para que haya resultados", dice el analista Fathi Nimer, del think tank palestino Al Shabaka.
Pero Hamás no quiere precipitarse. Una vez haya devuelto a los rehenes en cumplimiento de la primera parte del pacto, no tendrá poder de negociación. Por eso antes de firmar se quiere asegurar tener garantías de que Israel no podrá volver a ocupar Gaza.
2. La presencia de Israel en Gaza
El plan detalla que, tras su retirada, las fuerzas israelíes podrán mantener una "presencia perimetral de seguridad" en Gaza. "Eso es peligroso porque no hay ninguna garantía de que Israel respete los parámetros del acuerdo", sostiene Nimer. Los palestinos temen que bajo esta expresión huelga se esconda en realidad una ocupación parcial del territorio. "Presencia perimetral" puede significar bases fijas, patrullas, zonas de control de acceso o pasillos cerrados dentro mismo de Gaza; es decir, que Hamás teme que firmando el acuerdo esté institucionalizando la presencia de Israel en Gaza. En este sentido, se habla de una fuerza internacional, que Egipto ha anunciado que se discutirá a finales de semana en un país europeo por determinar.
El Arab American Institute (AAI), uno think tank con sede en Washington, estudió varios analistas de la prensa árabe, israelí y estadounidense, y concluyó que el plan genera esperanza en las tres regiones, aunque "un grupo significativo" le ven defectuoso y peligroso por distintas razones. Una es esa falta de definición de los términos y de un mecanismo que garantice que se cumple el plan. Apunta, por ejemplo, a que no se define cómo debe ser el "comité palestino apolítico y tecnocrático": "¿Sus miembros serán examinados por el consejo liderado por Trump? ¿Los israelíes podrán vetar a los miembros? Y sin ninguna claridad sobre estos puntos, ¿los palestinos considerarán este comité como legitimado?" think tank.
3. El lenguaje
Los analistas inciden en la importancia del lenguaje vago que utiliza Israel en sus acuerdos. Por eso el redactado del acuerdo será clave. Netanyahu puede utilizar esta indeterminación para encontrar rendijas que favorezcan los intereses de Israel.
El Arab American Institute también señala que uno de los factores más problemáticos es la "imprecisión" del lenguaje. Apunta que los israelíes de línea más dura, por ejemplo, se preocupan por la mención a una retirada israelí, la presencia de fuerzas de paz árabes y policía palestina y el posible retorno de la Autoridad Palestina. Los palestinos, en cambio, "ven que ninguna de estas disposiciones está garantizada" y consideran que el plan "está demasiado centrado en la seguridad israelí, con poca consideración por la justicia y la seguridad palestina".
¿Quién gana con la paz?
Con un acuerdo de paz inmediato, Donald Trump podría colgarse una medalla importante en el primer año de su mandato. Israel también saldría ganando políticamente porque habría logrado el regreso de los rehenes y desmantelar a Hamás. Pero los palestinos lo tienen más difícil: "El plan parece un intento de dejar a los palestinos en un limbo permanente, sin reconocerles de pie ni horizonte de autodeterminación", opina este analista.