Internacional

Desislamizar Gaza: la estrategia de Netanyahu para acabar con Hamás

Israel cree que si en la Franja permanece toda la población actual, Hamás podrá reconstruir sus estructuras fácilmente

Heridos del hospital bombardeado Al Ahli están trasladados al Hospital Al Shifa en Gaza.
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La respuesta de Israel al ataque de Hamás, a corto, medio y largo plazo, prevé la desislamización de la franja de Gaza, tarea que sólo podrá ejecutar si logra vaciar la zona de al menos una parte sustancial de la población, y esto es lo que el primer ministro Benjamin Netanyahu está empeñado en conseguir con el apoyo del presidente Joe Biden.

El miércoles un alto responsable egipcio confirmó que su país está sufriendo una fuerte presión de Washington para abrir la frontera de Rafah y permitir la entrada de una parte considerable de los refugiados que Israel está expulsando desde el norte hacia el sur. Simultáneamente, un responsable de Hamás reveló que Estados Unidos ha ofrecido al presidente Abdel Fattah al Sisi cancelar completamente la gigantesca deuda exterior de Egipto si acepta la entrada de palestinos.

De momento, Al Sisi está resistiendo esta presión, pero habrá que esperar para ver si el empuje de Israel y de Estados Unidos obtiene su objetivo. El planteamiento de EE.UU. e Israel no pasa por la expulsión de toda la población de la Franja: Israel quedaría satisfecha con la salida de aproximadamente la mitad de sus 2,3 millones de habitantes.

Netanyahu no ve otra forma de desislamizar a Gaza. Si en la Franja permanece toda la población actual, Hamás podrá reconstruir sus estructuras fácilmente, porque son tan básicas que casi es irrelevante que Israel las destruya en la guerra que está en curso.

Después de lo sorprendente ataque del 7 de octubre, Netanyahu es consciente de que el desmantelamiento de las estructuras islamistas sólo será posible si logra la expulsión de al menos una parte considerable de la población, lo que explica la presión de EEUU sobre el presidente Al Sisi. Por su parte, el rey Abdalá de Jordania ha dicho públicamente que se opone a una expulsión masiva de palestinos, y ha advertido que su país no acogerá a ningún refugiado.

Irak y Alemania

Algunos medios han indicado que lo que piensa hacer Netanyahu es iniciar un proceso de desislamización que se asemeje más a la desbaasificación de Irak de 2003 que a la desnazificación de Alemania de 1945. En Irak se prescindió completamente de los elementos baasistas, aunque esto tuvo un alto precio, mientras que en Alemania el canciller Adenauer respondió una vez a un periodista que le llamó la atención sobre el gran número de nazis que había en el estado durante la posguerra: "Mientras no tengamos agua limpia, deberemos utilizar el agua sucia".

Pero en Israel saben que todo es una operación complicada y delicada. Los hechos del 7 de octubre han provocado una gran popularidad del movimiento islamista en la Franja, en Cisjordania y en todo el mundo árabe, porque Hamás ha mostrado a los árabes que es, junto con Hezbolá, la única organización capaz de hacer frente al estado judío.

También han mostrado que la política de aislamiento total de la Franja que ha aplicado Netanyahu no ha servido para mantener a raya la resistencia de los islamistas, que casi son los únicos palestinos que no se resignan a aceptar el empleo.

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