¿Se han destruido realmente las instalaciones nucleares en Irán?

Informes de inteligencia estiman que los ataques de EEUU sólo aplazarán varios meses el programa nuclear de Teherán

BarcelonaCon el fin de la guerra que Donald Trump se ha apresurado a bautizar como "la de los doce días", todos los países se han reivindicado ganadores del conflicto y tanto Estados Unidos como Israel se han enorgullecido de haber logrado el objetivo por el que justificaron los ataques contra Irán: impedir que Teherán tenga la bomba nuclear. ¿Pero hasta qué punto ha quedado dañado el programa nuclear iraní? ¿Se puede dar por destruido cómo presume el presidente estadounidense?

Horas después de que siete aviones B-2 de Estados Unidos lanzaran proyectiles GBU-57a contra las plantas iraníes de Fordow, Natanz e Isfahán en una intervención inédita, Donald Trump celebraba que las instalaciones nucleares de Irán habían sido "destruidas por completo" en lo que calificó de "éxito militar espectacular". El secretario de Estado, Marco Rubio, rebajaba al día siguiente las estimaciones de los daños a "graves" en una rueda de prensa el domingo por la mañana, mientras que, por su parte, Irán confirmaba el ataque, pero aseguraba que no detendría su programa nuclear.

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Pero una evaluación inicial de los servicios de inteligencia de EEUU indicaba que los ataques sobre las instalaciones nucleares de Irán sólo han retrasado varios meses el desarrollo de su programa. Según los informes, que han dado a conocer a medios estadounidenses como el New York Times y la CNN, el impacto de los proyectiles sólo habría bloqueado las entradas a dos de las instalaciones, pero no habría causado el derrumbe de los edificios subterráneos y, por tanto, la destrucción de las plantas. Así, antes del ataque, las agencias de inteligencia estadounidenses estimaban que, en caso de que Irán intentara precipitarse a fabricar una bomba, tardaría unos tres meses en tenerla. Ahora, tras los bombardeos y días de ataques del ejército israelí antes del golpe final de Washington, la agencia de inteligencia de Defensa solo añade seis meses a estas estimaciones.

La Casa Blanca ha calificado estos informes de "completamente erróneos". De hecho, durante la cumbre de la OTAN en Países Bajos, Donald Trump ha vuelto a insistir en que el programa nuclear de Irán había quedado "destruido" y ha cargado contra la CNN y el New York Times, a los que acusaba de "mentir".

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Esta misma madrugada del jueves, la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, salía a reafirmar a Trump y aseguraba que "nuevos datos de inteligencia" confirmaban la destrucción total de las tres plantas nucleares atacadas. "Las instalaciones nucleares iraníes han sido destruidas. Si los iraníes optaran por reconstruirlas, deberían reconstruir las tres instalaciones (Natanz, Fordow, Isfahan) completamente, lo que probablemente tardaría años", decía Gabbard a X, y el director de la CIA, John Ratcliffe, informa también de fiable" indicaba que "varias instalaciones nucleares iraníes clave fueron destruidas y deberían ser reconstruidas a lo largo de los años".

Durante la cumbre de la OTAN del miércoles, el presidente Trump había ido aún mucho más allá y había comparado la contundencia de los ataques estadounidenses con las bombas de Hiroshima y Nagasaki, que "pusieron fin a la guerra". En la misma línea se expresó el secretario de Estado, Marco Rubio, que reiteró en declaraciones a Politico que Irán está "mucho más lejos de un arma nuclear" tras "que el presidente tomara la acción audaz" de bombardear sus instalaciones.

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Además, la administración Trump aplazó el martes la sesión informativa en el Congreso sobre información clasificada de los ataques de EEUU contra Irán, en una decisión que ha indignado a los demócratas.

¿Qué dicen las pruebas?

Las instalaciones de Fordow se han considerado durante mucho tiempo el objetivo militar más impenetrable de Irán, porque su emplazamiento totalmente enterrado la hacía inalcanzable en las bombas israelíes. Supuestamente, sólo Estados Unidos posee el armamento indicado para impactar. En esta central, Irán enriquecía el uranio necesario para construir la bomba atómica. Pero poco después de que una docena de proyectiles de artillería estadounidenses de 13.600 kg, conocidos como proyectiles antibúnker, cayesen, el organismo de control nuclear de la ONU negaba que hubiera ningún signo de contaminación radiactiva en torno a ésta u otras instalaciones.

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Las imágenes de satélite posteriores al ataque mostraban signos de un incendio, pero no eran concluyentes. El edificio principal del complejo no parecía haber sufrido daños, pero la topografía de una zona próxima parecía haberse alterado y allanado, apareciendo seis cráteres resultantes del impacto de las bombas.

El jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica, Rafael Grossi, tampoco se atrevió a evaluar el alcance de los daños en un primer momento: "En cuanto a la evaluación del grado de daños bajo tierra, no podemos pronunciarnos. Podría ser importante, podría ser significativo, pero ni nosotros ni nadie más podría decir". Esta mañana, el director de la agencia afirmó que su "prioridad número uno" era devolver a las instalaciones nucleares para evaluar sobre el terreno el impacto radiológico. Además, Grossi ha dejado claro que "el conocimiento tecnológico y la capacidad industrial siguen existiendo en Irán" y que la cuestión no es si los bombardeos han retrasado el programa "dos o tres meses", sino si se conseguirá una solución diplomática "que resista el paso del tiempo".

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Los organismos internacionales especializados optan por la prudencia, pero hay varios factores que explicarían que el impacto no ha sido lo que dice Trump. Por un lado, Irán afirmó que había evacuado las instalaciones un par de días antes del ataque y trasladado materiales sensibles. "Las reservas de uranio enriquecido se han transferido de los centros nucleares y no existen materiales que, de ser atacados, puedan emitir radiación ni sean perjudiciales para nuestros compatriotas", dijo Hassan Abedini, el subdirector político de la emisora ​​estatal iraní. Tres días antes de los ataques estadounidenses se vieron dieciséis camiones de carga junto al túnel de entrada de Fordow. Además, la Media Luna Roja Iraní tampoco registró muerte alguna por los ataques estadounidenses, de acuerdo con las afirmaciones de las autoridades iraníes.

Por otro lado, algunos expertos apuntan a que los proyectiles estadounidenses están diseñados con cálculos en relación con un hormigón armado resistente a 5.000 psi. Pero Irán pudo utilizar un hormigón más resistente para proteger su tesoro nuclear, por lo que el impacto de las bombas antibúnker no habría sido tan grave como se preveía.