Los misiles que Trump ha utilizado por primera vez en Irán para destruir plantas nucleares enterradas

BarcelonaEl ataque de Estados Unidos a Irán se ha centrado en tres instalaciones nucleares –las de Fordow, Natanz y Esfahán– donde, según Tel-Aviv y Washington, el régimen de los ayatolás trabajaba para desarrollar la bomba atómica, aunque informes de la misma inteligencia estadounidense lo negabanIsrael ya había lanzado ataques sobre Natanz y Esfahán, pero no en Fordow, porque su ubicación totalmente enterrada la hacía impenetrable en las bombas israelíes.

Para atravesar los ochenta metros de roca y tierra que protegen la planta de Fordow, era necesario un misil GBU-57, un tipo de bomba antibúnker que sólo tiene Estados Unidos y que, de hecho, se ha utilizado por primera vez en combate en este ataque.

En la operación Martillo de Medianoche, como lo ha bautizado el Pentágono, se han lanzado un total de 14 bombas antibúnker GBU-57, según ha explicado el general Dan Caine. Este tipo de bombas están diseñadas para explotar en dos ocasiones: la primera para romper la superficie y la segunda cuando la bomba ya está a cierta profundidad. Pueden penetrar hasta 60 metros en el hormigón armado y después se pueden ir arrojando más encima para conseguir una mayor penetración. En la operación se han utilizado siete cazas B-2, unos aviones que solo tienen Estados Unidos y que son los únicos desde los que se pueden lanzar las GBU-57, que pesan 13.000 kilos.

Las dos primeras bombas GBU-57 cayeron sobre Fordow a las 2.40 horas del domingo (hora iraní), mientras que la central de Esfahán, mucho más al sur y mucho menos impenetrable, era atacada con misiles crucero Tomahawk lanzados desde un submarino. Según el New York Times, dos bombas GBU-57 se han lanzado sobre Natanz, que también tenía una parte enterrada. Con sus ataques de la última semana, Israel ya había logrado destruir toda la superficie de la planta de Natanz, pero no se sabía si había afectado. la parte subterránea, donde estaban las centrifugadoras que enriquecían el uranio. Este domingo, tras el ataque, Estados Unidos aseguraba que tanto ésta como las otras dos plantas nucleares habían quedado completamente "arrasadas".

Las tres plantas se utilizaban para enriquecer uranio, y Estados Unidos e Israel denunciaban que ese enriquecimiento había superado el 60%, una cifra a partir de la cual comienza a ser apto para fabricar bombas atómicas. A ochenta metros bajo tierra, la planta de Fordow tenía 3.000 centrifugadoras de uranio en dieciséis cascadas y allí la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) había obtenido muestras de uranio enriquecido del 83%. Estas muestras se utilizaban como prueba de la voluntad de Irán de obtener la bomba atómica, aunque la Agencia de la Energía Atómica lo negaba y lo atribuía a "fluctuaciones no deseadas".

Según decía hace unos días el Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS, siglas en inglés), "la instalación [de Fordow] podría aumentar el enriquecimiento de un 60 % al 90 % necesario para armas nucleares" La AIEA fue responsable entre el 2016 y el 2019 desde que Trump rompió el acuerdo en su primer mandato, la información que les llegaba era progresivamente menor. el inicio de los ataques, varios medios estadounidenses habían especulado sobre el interés del presidente en desmantelar esta planta. CBS News publicaba esta misma semana que fuentes cercanas al presidente decían que "está considerando bombardear la planta" y que considera que era la única manera de "terminar el trabajo" Israel lo tenía claro: "Toda esta operación... el embajador de Israel en Estados Unidos en una entrevista en Fox News el pasado viernes.