Próximo Oriente

La muerte de la chica detenida por no llevar bien el velo enciende la protesta en Irán

Es la expresión más contundente de las iraníes contra la obligatoriedad del hiyab en cuatro décadas

Zahida Membrado
y Zahida Membrado

BarcelonaKosar, estudiante de bellas artes, volvía el lunes a su casa, en Teherán, después de haber participado en las protestas contra la muerte el viernes de la joven Mahsa Amini, cuando estaba detenida por no llevar el velo islámico bien puesto. “Nos matan solo por ser mujeres. El hecho de que la policía nos arreste y no salgamos vivas es una barbarie”, lamenta, y asegura: “Mañana volveré a las calles. La lucha es contra el régimen. El velo ha sido el detonante”, explica en una conversación telefónica con el ARA. Llevaba el velo envuelto en el cuello y un hombre mayor le dijo: "Póntelo o te mataré". Pero ya no está dispuesta a callar.

La muerte de Mahsa Amini, de 22 años, mientras estaba bajo custodia policial después de haber sido arrestada, ha desatado una oleada de protestas masivas en el conjunto del país de una dimensión histórica. “La situación en Irán está al límite. Se están gestando cambios importantes y profundos”, dice una activista de derechos humanos iraní exiliada en España desde el establecimiento de la República Islámica en 1979. Las protestas siguen desde el sábado, cuando desde diferentes perfiles de las redes sociales se empezó a informar de que una chica curda había muerto después de ser detenida en Teherán por la policía de la moral, que vigila la implementación del código de vestimenta islámico.

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Las primeras imágenes, que corrieron como la pólvora por un país extremadamente activo en las redes sociales, mostraban, con el hasthag #MahsaAmini, el funeral de la joven en su ciudad natal, Saqqez, en el Curdistán iraní. En las imágenes, la familia, rota de dolor, denunciaba que Mahsa había sido asesinada por la policía durante su detención. Pocas horas después, la modesta ceremonia derivó en protestas por las calles de la ciudad, protagonizadas por mujeres curdas que, haciendo volar el hiyab y dejando el pelo al descubierto, gritaban “Muerte al dictador”, “Derrotemos el régimen”. Muchos hombres también se sumaron.

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Miles de mujeres sin velo

Pero desde el domingo la rabia y la indignación han llegado a Teherán y otras grandes ciudades como Isfahan o Shiraz. Las manifestaciones multitudinarias por el centro de la capital, parques y los alrededores de la Universidad de Teherán están siendo reprimidas por la policía, que desde camiones blindados rocía a los manifestantes con cañones de agua y gases lacrimógenos. Miles de mujeres y hombres recorren juntos las calles elevando pañuelos y quemándolos públicamente. El gesto es la expresión más contundente de las iraníes en contra del velo en cuatro décadas. El hecho de que también haya tantos hombres evidencia el sentimiento masivo de una sociedad que exige de manera unitaria libertad.

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Los gritos en contra del líder supremo, Alí Jamenei, y a favor de la caída del régimen teocrático no son nuevos. El profundo malestar por la crisis económica y la pobreza cada día más devastadora son a menudo fuente de protestas en diferentes puntos del país, donde la población vive situaciones de extrema precariedad. Pero las imágenes viralizadas dentro y fuera de Irán de Mahsa Amini tumbada en la cama de un hospital en estado de coma han encendido la cólera de una sociedad que ha dicho basta.

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Mahsa Amini fue arrestada el martes en Teherán porque presumiblemente llevaba el pañuelo demasiado hacia atrás. Fue trasladada de la comisaría al hospital inconsciente, y el viernes moría por causas que todavía se desconocen. El gobierno iraní asegura que la joven sufrió un infarto. Para demostrarlo, la agencia IRNA ha hecho públicas unas imágenes en las que se ve a una chica, supuestamente Mahsa Amini, desfalleciendo mientras espera en pie en la sala de detenidos. La policía afirma que intentaron reanimarla y que la trasladaron al hospital. Pero nadie da credibilidad a la versión oficial y la familia de Mahsa defiende que era una mujer sana que murió debido a las brutales agresiones de la policía, que supuestamente habría golpeado a la chica en la cabeza hasta ocasionarle una contusión cerebral. El gobierno niega los hechos y el presidente, Ebrahim Raisi, ha anunciado una investigación.

La muerte de Mahsa Amini ha estallado en la cara de un régimen que hace 43 años que reprime y encarcela a la población disidente y a todos aquellos que cuestionan el sistema. “¡Sois nuestra vergüenza!”, “¡Policía estúpida!”, “Este es el último aviso: nuestro objetivo es vuestra derrota”, gritaban este martes miles de hombres y mujeres de todas las edades por las calles de Teherán. Centenares de policías armados y con escudos les hacían frente. La policía ha disparado contra los manifestantes y en las redes se han viralizado varios vídeos en los que se ve a gente corriendo y ruidos de disparos de fondo. En el Curdistán, la población también sigue en pie de guerra y algunas zonas están sufriendo cortes eléctricos y de internet. Algunos usuarios de Twitter denuncian que la policía ha arrestado a ciudadanos en diferentes ciudades de la región curda y que se les ha perdido el rastro. Otras cuentas de Instagram, como la de la periodista iraní de la BBC Rana Rahimpour, afirman que varias activistas por los derechos de las mujeres han sido arrestadas en las últimas horas, incluida la directora de cine y activista Mahnaz Mohammadi.