Así es como Netanyahu alarga la guerra en Gaza por mantenerse en el poder

Jerusalén/ Tel-AvivCuando Hamás atacó a Israel el 7 de octubre del 2023, lo que desató la guerra en la Franja de Gaza, la carrera política del primer ministro, Benjamin Netanyahu, parecía condenada. Casi dos años después, la guerra sigue y Netanyahu ha alcanzado una posición de fuerza interna poco habitual.

Nuestra investigación de seis meses, que contiene detalles nunca revelados, cuenta la historia entre bastidores de cómo Netanyahu sobrevivió e, incluso, prosperó a medida que la guerra se alargaba. El artículo lleva a los lectores a la sala de hospital de Netanyahu en julio del 2023, en su casa pocos minutos después de que empezara el ataque del 7 de octubre, al cuartel general militar israelí en los días posteriores, y dentro de varias negociaciones sobre el alto el fuego y discusiones del gabinete israelí a lo largo del 20 Después de haber entrevistado a más de 110 funcionarios de Israel, Estados Unidos y el mundo árabe, y haber revisado decenas de documentos oficiales, revelamos cómo las acciones de Netanyahu hicieron, primero, Israel más vulnerable al desastre del 7 de octubre y, después, contribuyeron a alargar y expandir la guerra que resultó. De forma inesperada, la expansión de la guerra permitió a Israel derrotar a Hezbollah y golpear a Irán. Pero en Gaza, ha supuesto un sufrimiento sin freno para los palestinos, la muerte de rehenes israelíes y ha permitido a Netanyahu aplazar la asunción de responsabilidades. Éstas son las cinco conclusiones de la investigación.

Netanyahu ignoró las alertas de un ataque inminente

Mientras Netanyahu se recuperaba en pijama en el hospital en julio del 2023, un veterano general le llevó un informe de inteligencia preocupante.

Netanyahu ignoró estas y otras advertencias, y su gobierno continuó con la reforma, con la aprobación, unas horas más tarde, de una ley que recortaba la independencia del poder judicial, que desató más protestas Dos días después, los líderes de Hamás volvieron a señalar la inestabilidad en Israel y que volvieron a señalar la inestabilidad en Israel y mucho tiempo.

Netanyahu rehuyó responsabilidades del ataque del 7 de octubre

Minutos después de que empezara el ataque de octubre del 2023, en el peor momento de su carrera política, Netanyahu ya sembraba las semillas para su supervivencia personal. "No veo nada en la información de inteligencia", dijo en una de las primeras llamadas que hizo ese día. Fue su primera maniobra para esquivar la culpa y un atisbo de cómo intentaría prolongar su carrera política culpando a los jefes de seguridad e inteligencia.

Mientras todavía había combates en el sur de Israel, el equipo de Netanyahu informó influencers afines, diciéndoles que la culpa de la peor quiebra defensiva de Israel era de los generales. Paralelamente, intentaron evitar la filtración de conversaciones que podían comprometer al primer ministro, impidieron que los militares registraran oficialmente sus reuniones con él e, incluso, ordenaron que cachearan a los generales –incluido Herzi Halevi, el jefe del estado mayor– buscando micrófonos escondidos.

Más adelante, el equipo de Netanyahu ordenó a los archiveros que alteraran los registros oficiales de sus primeras llamadas el 7 de octubre. Luego filtraron un documento confidencial a un diario extranjero –saltándose la censura militar israelí– para desacreditar las voces críticas, incluidos familiares de los rehenes secuestrados en Gaza.

Alargar las negociaciones de la tregua para mantener la coalición de gobierno

En las primeras horas de la guerra, Netanyahu rechazó una oferta del líder de la oposición para formar un gobierno de unidad, y prefirió mantener la coalición de gobierno con sus aliados de ultraderecha, dispuestos a mantenerlo al poder una vez terminada la guerra.

Cuando parecía que había condiciones para un alto el fuego, Netanyahu señalaba nuevos objetivos militares a los que antes no había dado importancia y que según los altos mandos militares no merecían el coste de conseguirlos.

Descuidar el acuerdo histórico con Arabia Saudita

En negociaciones con EEUU en mayo del 2024, el régimen saudí dio un paso arriesgado y señaló que estaba dispuesto a establecer relaciones formales con Israel –siempre que terminara la guerra en Gaza, Washington hiciera concesiones a Arabia Saudí e Israel iniciara el proceso de reconocimiento de un estado palestino–. "Acabamos con esto", dijo el príncipe heredero Mohammed bin Salman en una reunión nocturna.

La resistencia de Netanyahu a seguir este camino fue uno de los muchos motivos de tensión con el gobierno de Joe Biden. A medida que el número de fallecidos en Gaza aumentaba, en diciembre del 2023, Biden se frustró tanto en una llamada con Netanyahu que colgó abruptamente. Cuando meses después, las negociaciones de tregua se estancaron, los funcionarios estadounidenses citaron encuestas que mostraban que más del 50% de los israelíes preferían un acuerdo para liberar a rehenes antes que continuar la guerra. "No el 50% de mis votantes", respondió Netanyahu.

Las guerras en Líbano, Siria e Irán consolidan a Netanyahu

Al inicio de la guerra, Netanyahu evitó medidas que pudieran escalar el conflicto hacia una guerra total con Hezbollah e Irán, aliados clave de Hamás. Canceló un ataque importante a Hezbollah en los primeros días de guerra y evitó escaladas incontroladas con Teherán.

Pero casi un año después, una serie de éxitos inesperados de inteligencia permitieron a Israel matar a varios altos mandos de Hezbolá. Envalentonado, Netanyahu ordenó el asesinato del líder de Hezbollah y la invasión de su bastión en el sur del Líbano, y destruyó gran parte de su arsenal. Israel también logró eliminar gran parte del sistema de defensa aérea iraní –minando significativamente la amenaza que representaba a Teherán–. Ni Irán ni Hezbolá pudieron proteger al presidente sirio Bashar el Asad de un avance rebelde, lo que llevó a la caída de otro enemigo de Israel.

Con Teherán inusitadamente vulnerable, Netanyahu lanzó un ataque contra Irán, que se convirtió en el hito principal de su carrera política. Celebrada como una victoria en Israel, la campaña militar dejó el partido de Netanyahu en una posición en las encuestas más fuerte que en ningún momento desde octubre de 2023.