El precedente de espionaje a Macron apunta a Marruecos

Las autoridades españolas pueden saber si la huella del cliente de Pegasus es la misma que la de Cembrero y Lmrabet, dos periodistas espiados

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El presidente francés Emmanuel Macron saluda el rey del Marruecos Mohammed VI durante una visita en París a finales del 2018

BarcelonaEl gobierno español no es el primer ejecutivo europeo que habría sido espiado con el programa Pegasus, de fabricación israelí, que permite escuchar las llamadas, leer los mensajes de Whatsapp, conocer las ubicaciones de un teléfono móvil e incluso controlar la cámara y la grabadora para convertirlo en un aparato de espionaje. El diario Le Monde, en colaboración con otros grandes medios internacionales y el consorcio de investigación Forbidden Stories y Amnistía Internacional, destapó el verano pasado que un teléfono privado del presidente francés de Emmanuel Macron, el del primer ministro Edouard Philippe y el de 14 ministros más de su gobierno habían sido seleccionados por los servicios secretos del Marruecos para un potencial espionaje. En aquella lista, donde constaban 50.000 números de teléfono, había también los números españoles de los periodistas Ignacio Cembrero y Ali Lmrabet, que fueron sometidos a análisis forense por Forbidden Stories y se comprobó que, efectivamente, habían sido infiltrados por el programa troyano.

El Elíseo no confirmó que el teléfono de Macron y los de sus ministros acabaron siendo efectivamente espiados, pero sí que tuvieron acceso a los teléfonos de Cembrero y Lmrabet para poder afirmar que se había instalado Pegasus. Los dos periodistas supieron gracias a una llamada de Forbidden Stories, que su móvil estaba en la lista del espionaje marroquí: Cembrero en julio y Lmrabet en agosto del año pasado, poco después de que Pegasus accediera a los móviles de Pedro Sánchez y Margarita Robles en mayo y en junio del 2021, en plena crisis de España con Marruecos por la entrada a la Península del líder del Frente Polisario Brahim Gali y en pleno debate sobre los indultos a los dirigentes independentistas.

"Me dijeron que mi teléfono constaba en el listado y me pidieron autorización para hacer un análisis informático, que reveló que efectivamente habían entrado los servicios secretos marroquíes porque hay una marca que corresponde a cada país", explica al ARA Lmrabet. Lo corrobora la periodista e investigadora del Proyecto Pegasus coordinado por Forbidden Stories Paloma Dinechin en una conversación con este diario. "Cuando haces el análisis forense puedes determinar el dominio que utiliza el cliente, y con el teléfono de Lmrabet lo pudimos hacer. En el caso de los ministros franceses fueron los servicios secretos de Francia quienes hicieron el análisis forense y pudieron concluir que el dominio también correspondía a Marruecos", dice Dinechin. "El gobierno español tiene los medios para saber quién ha infiltrado los teléfonos, a menos que sea un dominio que no se ha utilizado nunca. Si no es que tienen algún motivo político para no revelarlo", afirma.

Posible camino para averiguar el autor

El gobierno español ha dicho que no tiene manera de saber el origen del espionaje "exterior" a través del programa troyano Pegasus de los teléfonos móviles del presidente Pedro Sánchez y su ministra de Defensa, Margarita Robles, pero técnicamente es posible saberlo, porque el programa deja un rastro, una huella, en cada uno de los teléfonos infectados, que contiene el número de licencia o dominio. Los precedentes dejan, pues, una información valiosa: se puede comparar esta huella con la dejada en otros móviles españoles que han sido espiados por el mismo programa. Cembrero denunció el caso, pero el juez concluyó que no había manera de saber el origen de la infiltración: "El caso en España quedó archivado, pero estoy siguiendo el proceso judicial en Francia, con una estrategia diferente, que es denunciar NSO por el uso malicioso de su programa".

Lmrabet no lo hizo, según explica al ARA, "por pereza". "Ya hace 50 años que Marruecos me espía", dice el periodista, que asegura que está dispuesto a facilidad el teléfono al juez. "Si quieren saber cuál es la marca que deja Marruecos con Pegasus pueden compararla con la mía", dice Lmrabet. En el caso del espionaje a Macron, Cembrero y Lmrabet se destapó también que los servicios marroquíes querían pinchar también el teléfono del rey Mohamed VI y su exmujer. "En España se me hace difícil creer que los mismos servicios secretos espíen al presidente del gobierno y la ministra de Defensa. Es mucho más plausible que esta infiltración provenga de Marruecos", asegura Lmrabet.

Los servicios secretos marroquíes quisieron demostrar su eficacia el abril del año pasado, cuando descubrieron y filtraron que el líder del Frente Polisario Brahim Ghali, había volado a España para tratarse el covid-19 en un hospital de Logroño, pretendidamente bajo una identidad falsa. Nunca se supo cómo se había obtenido aquella información y entonces nadie mencionó el programa Pegasus. Pero en junio del 2020 Amnistía Internacional había denunciado que Marruecos lo había usado para espiar al periodista crítico Omar Radi, que justamente en julio del 2021 fue condenado a 6 años de prisión por una acusación de violación que él denuncia como un montaje, y también por espionaje.

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