Estados Unidos

Las renuncias para evitar ‘in extremis’ la suspensión de pagos de EE.UU.

Biden cede a las demandas de los republicanos a cambio de la ampliación del techo de deuda, que ahora tendrá que aprobar el Congreso

BarcelonaEstados Unidos y la economía internacional respiran más tranquilos después de un fin de semana que ha concluido con el acuerdo entre el máximo mandatario, Joe Biden, y el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, para ampliar el techo de deuda hasta el 1 de enero del 2025 a cambio de recortes en el gasto público. Después de semanas de negociaciones, los dos líderes llegaron el sábado a un principio de acuerdo, que se ha cerrado definitivamente durante la noche del domingo, con la publicación del proyecto de ley de 99 páginas que se enviará al Congreso.

Si el poder legislativo suscribe el acuerdo, pondrá punto final a la serie del mes de mayo, que ha puesto al país al precipicio de la suspensión de pagos, un escenario que habría sido catastrófico y que no se ha dado en toda la historia del país. Está previsto que la Cámara de Representantes vote el miércoles la ampliación del techo de deuda, que está actualmente en 31,4 mil millones de dólares, y después lo tendrá que hacer el Senado, que puede introducir enmiendas y alargar el proceso hasta después de esta semana. Si no aprobara la ampliación, el gobierno estadounidense se quedaría sin dinero para pagar sus deudas a partir del 5 de junio, según la fecha fijada por la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.

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Un Congreso dividido: el último escollo del techo de deuda

El proyecto de ley supone un punto medio entre las dos partes: eleva el techo de deuda hasta de aquí a dos años, satisfaciendo la demanda demócrata, e implica recortes en el gasto social, como pedían los republicanos. Pero, a la práctica, supone una cesión de Biden, que había prometido mantenerse firme en la inversión pública, y también de McCarthy, que acepta recortes menores de los deseados.

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Y a pesar de que los mercados respiran tranquilos –con un aumento generalizado de las bolsas–, no tienen, ni de lejos, asegurada la aprobación de la ley en el Congreso, que está dividido entre demócratas y republicanos en las dos cámaras. Por un lado, los republicanos tienen una estrecha mayoría en la cámara baja, sustentada por el ala dura, que ya complicó la elección de McCarthy como presidente y ahora podría retomar su protagonismo. Los miembros más radicales del partido se han mostrado muy contrarios a la ampliación del techo de deuda y consideran insuficientes los recortes acordados.

"Este acuerdo es una locura. Un aumento del techo de la deuda de 4.000 millones de dólares sin prácticamente recortes no es lo que acordamos. No votaremos a favor de la quiebra de nuestro país. El pueblo norteamericano se merece algo mejor", ha tuiteado el congresista republicano Ralph Norman, miembro del ultraconservador Freedom Caucus de la Cámara de Representantes.

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Diversos congresistas demócratas han reiterado que no aceptarán ningún tipo de recorte del gasto público, algo que se prevé en el texto acordado entre los equipos de Biden y McCarthy. La congresista Pramila Jayapal, presidenta de el Caucus Progresista del Congreso, que cuenta con más de 100 miembros, dijo el domingo que el líder demócrata no tendría que contar con los votos de su grupo. "Sí, tiene que preocuparse", dijo a la CNN.

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"Insto efusivamente a las dos cámaras que aprueben este acuerdo", dijo Biden desde la Casa Blanca el domingo por la noche, después de su llamada de hora y media con McCarthy. "Es una buena noticia para el pueblo norteamericano, puesto que elimina la amenaza de un impago catastrófico y protege nuestra histórica recuperación económica".

Las cesiones de Biden en gasto social

"El acuerdo representa un compromiso, cosa que significa que no todo el mundo consigue lo que quiere. Esta es la responsabilidad de gobernar". Así es como ha definido Biden el acuerdo conseguido, que supone a la práctica la renuncia a su promesa de mantener la inversión pública.

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En el texto publicado durante la noche de este domingo se incluye la supresión de 28.000 millones de dólares de fondos proveídos durante la pandemia, que iban a ser destinados a ayudas sociales, pero finalmente no se utilizaron. También se rescinden 1.400 millones de dólares de los fondos asignados al Servicio de Impuestos Internos como parte de la ley de reducción de la inflación, aprobada el verano pasado por los demócratas.

Los republicanos también han conseguido la cesión de Biden en otra de las carpetas más tensas durante las negociaciones: el proyecto de ley prevé ajustes en los requisitos para la Asistencia Temporal para Familias Necesitadas y el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria. Es decir, se hacen más estrictos los requisitos laborales para que los beneficiarios puedan acceder a subvenciones y a los cupones de alimentos.

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Otra de las renuncias de Biden tiene que ver con la carpeta medioambiental. En el proyecto de ley, se incluye una medida para acelerar la finalización del gasoducto Mountain Valley Pipeline, un proyecto que está paralizado por problemas medioambientales.

Después del acuerdo conseguido durante el fin de semana, el tiempo para la aprobación definitiva en el Congreso apremia, y el límite está puesto en el el próximo lunes si se quiere evitar la primera suspensión de pagos de la historia de EE.UU.. Con la negativa del ala ultraderechista del partido republicano y de la más izquierdista del demócrata, los votos de los moderados devienen claves para aumentar el techo de deuda, cosa que ha pasado hasta 78 veces desde la década de 1960.