Sally Rooney desafía al Reino Unido y acepta ser una "simpatizante del terrorismo" por su apoyo a Palestina
La autora de 'Gente normal' o 'Intermezzo' destinará los beneficios generados por la BBC al grupo proscrito por el gobierno Starmer Palestine Action
LondresLa escritora irlandesa Sally Rooney, autora de novelas de gran éxito internacional como Gente Normal,Conversaciones entre amigos o Intermezzo, ha encendido una nueva polémica política y cultural en Reino Unido al declarar que utilizará el dinero proveniente de la BBC y de la venta de sus libros para financiar Palestine Action, el grupo político proscrito recientemente por el gobierno británico.
En un artículo publicado este fin de semana en The Irish Times, Rooney asegura que se siente "compelida" a expresar públicamente su apoyo después de que más de 500 personas fueran detenidas en un solo día, el 9 de agosto, por haber manifestado su adhesión a la organización. "Si esto me convierte en una simpatizante del terrorismo según la ley británica, pues así sea", escribió. La autora recuerda que, pese a la proscripción, sus libros siguen a la venta en librerías y supermercados del Reino Unido y que la televisión pública ha emitido adaptaciones de sus obras, generando ingresos en concepto de derechos de autor.
Rooney, muy conocida y popular en todo el mundo, ha lanzado una advertencia directa a las autoridades de Londres: "Si la policía cree que estoy cometiendo un acto terrorista, que investigue a las empresas e instituciones que me financian y promocionan, como WH Smith [una cadena de librerías] o la BBC". Tanto la emisora pública como la red de establecimientos se han limitado a subrayar que cualquier decisión relacionada con grupos prohibidos corresponde a los organismos competentes.
Persecución política
El conflicto se enmarca en la decisión del gobierno británico de situar a Palestine Action al mismo nivel legal que organizaciones como Al Qaeda o Estado Islámico. El ejecutivo ha justificado una medida muy criticada por entidades defensoras de los derechos civiles y políticos recordando que activistas de la organización irrumpieron en la base militar de la RAF Brize Norton, en Oxfordshire, donde dañaron a dos aviones de transporte con pintadas de pintura roja y causaron desperfectos por valor de siete millones de libras. Según Cooper, el grupo dispone incluso de un "manual clandestino" para identificar objetivos y esquivar a la policía, motivos que le descalifican como "movimiento legítimo de protesta".
Desde que se aprobó la proscripción, la policía metropolitana ha detenido a más de 700 personas y ha acusado a 60 formalmente. En Norwich, la policía del condado de Norfolk arrestó a trece manifestantes en una sola jornada. Para Rooney, estas acciones equivalen a "un estado policial" y son un ataque directo a la libertad de expresión. La autora denuncia, además, la doble vara de medir: "Mientras murales que celebran el grupo armado lealista UVF, responsable de cientos de asesinatos, se mantienen intactas en Belfast, personas que sólo llevan una camiseta de Palestine Action son encarceladas".
El debate llega en medio de un contexto especialmente tenso por la guerra en Gaza. El conflicto, desatado por el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, ha causado según la ONU más de 61.000 víctimas, una cifra que alimenta las acusaciones de genocidio contra Israel por parte de organizaciones de derechos humanos. Irlanda ha sido uno de los estados europeos más críticos con la ofensiva israelí, pero Rooney ha reprochado a su gobierno que haya mantenido el silencio ante las detenciones de ciudadanos irlandeses en Reino Unido.
La autora deDónde estás, mundo hermoso ya había defendido la causa palestina en el pasado. En 2021 se negó a autorizar la traducción de la novela en el hebreo de una editorial israelí, Modan, que no compartía su oposición a las políticas del estado judío. Ahora, en su nueva tribuna, avisa que las consecuencias de la prohibición de Palestine Action son "profundas" y que cada vez más artistas y escritores evitarán viajar al Reino Unido por miedo a represalias.
Su voz política se expresa desde la tranquilidad del oeste de Irlanda. Rooney vive en el campo, a tan sólo quince minutos en coche de Castlebar, en el condado de Mayo. Después de haber pasado temporadas en Dublín y en Nueva York, se instaló con su marido, John Prasifka, a quien había conocido en los años de estudiante en el Trinity College de la capital de la república. Criada en Castlebar, el regreso al entorno rural le ha permitido mantener una vida discreta, lejos del foco mediático, mientras su obra sigue traduciéndose en todo el mundo y sus opiniones políticas sacuden el debate británico.
"El actual gobierno británico ha decidido recortar los derechos básicos de su ciudadanía, incluido el derecho a leer y expresar opiniones disidentes, para proteger su relación con Israel", concluye Rooney en su artículo. Su postura ha abierto un intenso debate sobre los límites de la libertad de expresión, el papel de las instituciones culturales y la propia definición de terrorismo en un momento en el que también existe política británica en el terreno de las ideas y de las palabras.