La Unión Europea podrá bloquear la exportación de vacunas para evitar el desabastecimiento
Bruselas impulsa un mecanismo para controlar la salida de dosis fuera del bloque
BruselasLa guerra abierta entre la Comisión Europea y la farmacéutica anglo-sueca AstraZeneca por el retraso anunciado en la entrega de dosis pactadas por parte de la farmacéutica ha empujado a la Unión Europea a adoptar una medida al límite del proteccionismo para asegurarse las vacunas necesarias. Bruselas propone un mecanismo de control que obligue a las farmacéuticas que producen en Europa a notificar su voluntad de exportar dosis y, sobre todo, que requiera una autorización previa. En la práctica, pues, implica que un gobierno pueda bloquear la venta fuera de la Unión de vacunas si lo considera necesario para garantizar que Europa tiene la cantidad suficiente de vacunas. Países como España y Alemania ya han empezado a tener problemas de desabastecimiento que, según el ministro de Salud alemán, Jens Spahn, se pueden alargar durante semanas.
La Comisión Europea prevé presentar la propuesta legislativa este mismo viernes y, como se trata de un mecanismo de urgencia, entrará en aplicación tan rápido como sea adoptado por los miembros del ejecutivo comunitario. Eso sí, solo tiene la intención de mantenerlo en vigor durante el primer trimestre del año, justamente el trimestre en el que AstraZeneca dice que no puede cumplir el compromiso firmado. Bruselas es especialmente cuidadoso con el lenguaje e insiste en no denominarlo un mecanismo para "bloquear" exportaciones, sino para requerir la "transparencia" que considera clave para garantizar el cumplimiento de los acuerdos adquiridos y para asegurar que "el dinero que se ha invertido sirve para fabricar vacunas para los ciudadanos", como reiteran fuentes comunitarias. "Algunos estados están actuando restringiendo exportaciones, incluso prohibiéndolas, tenemos que reaccionar", han dicho fuentes europeas para justificar la medida.
No se trata de un bloqueo general a todas las exportaciones de vacunas, sino de un sistema que obligará a las farmacéuticas que producen dentro del territorio europeo a enviar sus planes de exportación a las autoridades aduaneras de cada país, que tendrán la potestad de autorizarlo o no después de consultarlo con la Comisión Europea. Según las mismas fuentes citadas anteriormente, el criterio para conceder o no la luz verde a la exportación es el de garantizar el cumplimiento de los acuerdos de distribución pactados con la Unión Europea. "Lo más importante es que las vacunas comprometidas se queden en Europa", dice la fuente europea, que defiende que no se trata de aplicar una filosofía de "'Europa primero" con las vacunas sino de cumplir los acuerdos: "Las empresas tienen que cumplir sus acuerdos, la pregunta quizás es por qué cerraron acuerdos al mismo tiempo con diferentes jurisdicciones".
Serán, pues, las autoridades de cada estado las que tendrán que decidir si conceden o no la licencia para exportar, una opción legal prevista en el reglamento de la Unión Europea sobre las exportaciones que puede activarse cuando hay un riesgo de desabastecimiento de ciertos productos considerados esenciales. Este mecanismo ya se aplicó en marzo para equipación sanitaria durante la primera oleada de la pandemia, cuando se sufría por el suministro de mascarillas y respiraderos, por ejemplo.
Inspección en la planta de Bélgica
La medida llega a raíz de las sospechas del ejecutivo comunitario de que mientras que AstraZeneca asegura que no puede cumplir el calendario de entregas acordado, ha vendido dosis de las producidas en Europa a terceros países, en particular al Reino Unido. De hecho, este miércoles las autoridades belgas han inspeccionado la planta que la compañía tiene en Seneffe a petición de la Comisión para ver si hay o no los "problemas de producción" con los que la compañía justifica el retraso. Han sido representantes de la Agencia Federal de Medicamentos y Productos de Salud, el regulador del país, según ha indicado el ministerio de Salud belga. No hay conclusiones y el ejecutivo comunitario se ha negado a hacer cualquier declaración al respecto.
El consejero delegado de AstraZeneca se reunió el miércoles con los representantes de la Unión Europea por tercera vez, pero el encuentro no llegó a buen puerto. Según la compañía, dos de sus plantas europeas tienen problemas de rendimiento y por eso solo puede entregar un 25% de las cantidades comprometidas. En el Reino Unido, sin embargo, sí cumple los calendarios de entrega. La Unión Europea, en cambio, exige el cumplimiento del contrato porque asegura que el pacto ya incluía la producción de las plantas británicas. AstraZeneca se defiende diciendo que el contrato firmado con los británicos fue tres meses antes, pero en Bruselas reivindican que la prefinanciación europea que se ha concedido a la empresa no estaba sujeta a ninguna cláusula de prioridad en función del orden de llegada, sino que implicaba el compromiso de aumentar las capacidades de producción.
Una de las claves para deshacer el lío o, como mínimo, para poder valorar cuál de las dos partes cita correctamente el contrato firmado sería que saliera a la luz. Después de que un representante de la compañía concediera una entrevista a varios medios en la que informaba sobre los detalles del contrato, Bruselas ha reclamado por escrito a AstraZeneca que lo haga público, pero la compañía por ahora se niega a hacerlo.
Y mientras todavía no hay solución, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) se tiene que pronunciar el viernes sobre la vacuna de Oxford. En lo alto de todo, además, hay las dudas sobre si la EMA autorizará totalmente o solo parcialmente la solución de este laboratorio porque faltan datos sobre su impacto en personas mayores de 65 años, uno de los grupos más vulnerables y primeros en la escalera de grupos prioritarios para recibir la vacuna. Justamente este jueves, el comité de vacunación alemán ha decidido prohibir la aplicación de la vacuna de AstraZeneca a la gente mayor, en línea con las dudas expresadas por la EMA a principios de semana, y justamente la vigilia de la decisión del regulador europeo.