Adolescentes y desinformación: el engaño de creer que controlas el algoritmo
Instagram se ha convertido en la principal fuente de información política y social de los jóvenes
BarcelonaLas redes sociales se han convertido en la principal fuente de información sobre política y cuestiones sociales para los jóvenes de 16 a 30 años, según datos del Eurobarómetro. En el caso de España, el 49% de los encuestados las utilizan para este fin, un porcentaje siete puntos superior a la media de la UE. Así, superan el porcentaje de jóvenes que se informan por televisión (44%) o por diarios digitales (20%). Dentro de estas redes, las más importantes para los sondeados son Instagram (51%), TikTok (43%), X/Twitter (36%), YouTube (32%) y Facebook (11%). Esta prevalencia de las redes sociales hace cuestionarse si los jóvenes –y, antes, los adolescentes y los niños– son más vulnerables a las desinformaciones específicas que acechan a estas plataformas.
El profesor de la UAB Luiz Peres-Neto, en una jornada organizada por el Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC) este 23 de octubre, explicaba los resultados de un estudio cualitativo realizado entre una cincuentena de adolescentes. "Una joven barcelonesa de 18 años me contaba que los medios tradicionales tienen intereses políticos muy claros. «Están comprados», decía. Ella aseguraba que conocía los riesgos de las redes: desinformación, conspiración, algoritmos... pero que prefería eso a la narrativa encorsetada de los telediarios o los sesgos políticos de la prensa." contaba.
El académico rechaza, sin embargo, el cliché de los jóvenes ajenos a la política. "Los jóvenes están interesados en la política, pero no en la política institucional o la que sale en los medios. A pesar de los prejuicios, los jóvenes sí tienen interés por temas de actualidad: el feminismo, el cambio climático... pero son intereses temáticos. No compran la actualidad informativa que presentan los medios: su agenda de intereses no coincide con la agenda de interés. de esa parte de la sociedad". Según Peres-Neto, los jóvenes mantienen la ilusión de poder entrenar y controlar su algoritmo.
Un informe de Save the Children de 2023 sobre desinformación y discursos de odio en el entorno digital pone la medida a esta sensación de control. Se preguntaba a los participantes del estudio si sabían cómo identificar noticias falsas en internet. Entre las chicas, un 38,5% aseguran que sí, por tan sólo un 12,3% que admiten que no. En el 48,3% de los casos, la respuesta es un ambiguo "depende", lo que significa que el temor a estar recibiendo está muy presente. En el caso de los chicos, el porcentaje que responden sí se dispara al 56,0%, mientras que sólo un 11,2% dicen que no y un 30,4% optan por el "depende". Entonces se les preguntaba a quién acudirían para contrastar una posible información falsa en internet. Combinando ambos sexos, la mayoría optaría por la familia o los amigos (56,8%), muy por encima de que cualquier medio tradicional como la televisión (43,9%), la prensa online (32,3%), la prensa en papel (17,0%) o la radio (10,1%).
¿Y la desinformación más allá de los medios de toda la vida? Cuando se les pregunta sobre si las redes sociales y los creadores de contenido son una buena fuente de información, existe una respuesta muy diferente entre ellos y ellas. Mientras que los chicos consideran en un 23,4% que sí y en un 11,2% que no (y el resto corresponde a la respuesta "depende", o al "no lo sabe/no contesta"), ellas son mucho más críticas y en un 15,2% de los casos consideran que no son una buena fuente, mientras que tan sólo un 9,4% sí sólo.
El impacto de las guerras culturales, que las redes amplifican con su polarización, deja notar ya sus efectos. Desde el 2019, el porcentaje de chicos que responden que sí a la pregunta "La violencia de género no existe, es un invento ideológico" ha ido subiendo: desde el 11,9% de ese año, al 20% en el 2021 y el 23% en el 2023.
Incidir desde las escuelas
Los expertos brandan la educación mediática como principal herramienta para ir mitigando estos efectos. Pero ésta llega de forma desigual. Hay institutos en Cataluña que destacan en la integración de esta perspectiva en las actividades curriculares. El ejemplo más notable es el IES Euclides, un centro de alta complejidad de Pineda de Mar. El pasado mayo recibió el primer Premio Trayectoria de centro educativo en la promoción de la educación mediática de los premios CAC en la escuela por todo el despliegue de asignaturas optativas que tocan aspectos relacionados con la educación mediática. Aprovechando que el instituto ofrece bachillerato artístico, han exportado parte de las materias de forma que actualmente entre un 30 y un 40% del medio millar de alumnos que cursan alguna asignatura mediática aunque no sigan específicamente esta opción de bachillerato. Y la perspectiva empapa también las asignaturas comunes.
No se trata sólo de teoría: aparte de mirar a los medios de comunicación y las redes sociales desde una perspectiva crítica, también hacen una revista, programas de radio (con colaboración con Radio Pineda) o de Televisió (con Radio Calella Televisió) y filman documentales.
"Cuando hay una transferencia al exterior de lo que se hace en el centro, eso les motiva mucho", explica al ARA Gemma Paricio, jefe de estudios del centro e impulsora de este programa mediático. "La idea es poder formarlos para que sean conscientes y críticos. Queremos que sean no sólo espectadores, sino también actores de esta sociedad digital", afirma. Esta profesora explica que este año se enfrentan a la dificultad de mantener sus actividades en un momento en el que se ha prohibido el uso de los móviles, que facilitaban mucho la capacidad de filmación.
Con móvil desde los 10,8 años
Uno de los estudios más ambiciosos que se ha realizado nunca sobre el impacto de las pantallas en la infancia y juventud es el que ha emprendido Unicef, realizado a partir de encuestas a 100.000 alumnos. Allí se examina, por ejemplo, cómo uno de cada tres adolescentes ha sufrido violencia digital en el ámbito de sus relaciones sentimentales, como utilización de aplicaciones para controlar dónde y con quién está una persona en cada momento o la revisión no consentida del teléfono móvil. El trabajo determina también que el 78,3% del alumnado de primaria ya está registrado en alguna red social y que el 43,6% lo está a tres o más.
La entrada del móvil es un factor determinante. En España, la edad en la que se tiene el primer móvil son los 10,8 años y se mantiene estable ya desde hace un tiempo. Otra estadística relevante es que el 79,2% de los encuestados de secundaria sigue algún influencer y un 21,3% se muestran convencidos de que pueden llegar a convertirse en ellos. El 7,8% de hecho dicen que ya lo intentan ser.
Sumando los diferentes riesgos de las pantallas, Unicef determina que el 5,7% de los alumnos pueden haber desarrollado ya un uso problemático de las redes sociales, y este porcentaje es claramente más prominente entre ellas (7,2% contra 4%). En cuanto al acceso a pornografía, un 29,6% de los sondeados lo han visto en alguna ocasión, en un porcentaje que oscila entre el 7,2% de primaria, el 33,2% de la ESO, el 55,7% de bachillerato y el 62,9% de la FP. Los chicos casi triplican los índices de las chicas.