El .cat, una historia poco contada
Cuando en la década de los 90 internet empezó a extenderse por toda la sociedad, más allá de los centros académicos y de investigación, se puso de manifiesto la necesidad de definir su gobernanza y uno de los temas era decidir cómo se podían llamar las webs y quién lo gestionaría. En internet, las webs tienen nombre y apellido y, como ocurre con las personas, el apellido indica a qué familia perteneces. Esto es la última parte de una dirección web, la que va después del punto, y las hay generales (.com, .org), de país (.es, .fr) y temáticos (.museum, .coop). Lo llaman TLD (Top-Level Domain). Al principio, la persona encargada de coordinar este tema fue Jon Postel, quien en 1996 abrió un debate sobre cuál debería ser el sistema de nombres de dominio en internet.
Ya en ese momento un grupo de catalanes, en el que destaca Amadeu Abril, pusieron en marcha una campaña para conseguir "un TLD para nuestra gente" que llegó a conseguir que el 24 de octubre de 1996 el Parlament de Catalunya aprobara por unanimidad, con el apoyo explícito de todos los partidos políticos, una moción. Pese al apoyo, la idea no avanzó porque los TLD de dos letras están reservados a los países. Esto supuso una división entre los promotores de la iniciativa: los que consideraban que renunciar al .ct era renunciar al objetivo de convertirse en un país y los que abrieron la opción de pedir el .cat como forma de "circunvalar el muro".
Mientras tanto, internet seguía ordenándose y en noviembre de 1998 se creó la Internet Corporation para Assigned Names and Numbers (ICANN), una fundación sin ánimo de lucro con el mandato de gestionar el Sistema de Nombres de Dominio de Internet, y en su junta ya estaba Amadeu Abril. Desde 1984, además de los dominios de país, estaban los sufijos .com, .edu, .org, .net, .gov y poco más. En 2000, la ICANN decidió abrirse a otras comunidades de intereses y, con mucha prudencia, convocó su primera ronda para recibir propuestas de creación de nuevos dominios. El grupo catalán decidió no participar visto que la ICANN se mostraba muy prudente, como demuestra que sólo se aceptaron siete nuevos dominios (.biz, .coop, .info, .museum...).
En paralelo, los catalanes seguían organizándose. Superado el debate entre .ct y .cat ("cambiar el pasaporte por el diccionario"), el 23 de noviembre de 2001 se creó la Asociación puntCAT formada por entidades (no individuos ni empresas) que apoyaran la cultura catalana abarcando cualquier territorio catalanohablante. Se movilizaron más de noventa organizaciones de todo el mundo, del Institut d'Estudis Catalans (con un papel capital) hasta el Casal Català de Melbourne, en Australia.
El giro en el apoyo al catalán
El 15 de diciembre de 2003, la ICANN abrió una segunda ronda para recibir nuevas propuestas de dominio. Llegado el plazo, 16 de marzo de 2004, se habían presentado diez candidaturas, una de las cuales era la de la Asociación puntCAT pidiendo formalmente el dominio .cat. Dado que la ICANN no había previsto que fuera una cultura la que se presentara a una convocatoria de "comunidades de intereses", la asociación demostró su fortaleza acreditando el apoyo de 65.468 personas, 2.615 empresas y 98 entidades de todos los territorios de habla catalana.
En marzo del 2004 es justo el momento de los atentados terroristas en Madrid que influyeron de forma determinante en el cambio de gobierno en España. El gobierno español saliente, liderado por José María Aznar, estaba en contra de la idea del .cat y había hecho gestiones ante los departamentos de Estado y de Comercio de EEUU para bloquear la iniciativa, pero el cambio de gobierno puso a José Montilla al frente del ministerio de Industria, Turismo y Comercio y, por tanto, también de la secretaría de estado de Telecomunicaciones. Con el cambio político, la Asociación puntCAT logró una carta formal de apoyo del gobierno español y otra del gobierno de Andorra, resolviendo una condición que había planteado la ICANN: demostrar el apoyo de los gobiernos donde el catalán fuera lengua oficial.
En mayo de 2004, el presidente de la ICANN, Vint Cerf, y el miembro de enlace con la junta de la ICANN, John Klensin, visitaron Barcelona como parte del INET 2004 y participaron en un acto público sobre el dominio .cat. Ambos eran reacios a la idea de que una comunidad de internet se definiera por la lengua y la cultura y, en general, en la ICANN temían que el precedente del .cat comportara la llegada de miles de nuevas peticiones. Hizo falta poner en marcha un esfuerzo intenso y continuo de diplomacia y argumentos técnicos, económicos y sociales.
Finalmente, el 18 de febrero de 2005 la junta de la ICANN votó a favor del dominio .cat, pero todavía no hizo pública la decisión y se iniciaron las gestiones para firmar un contrato con la Fundación puntCAT, heredera de la asociación y futura gestora del nuevo dominio. Los términos del acuerdo quedaron claros a finales de julio y la ICANN pidió una vez más si la idea estaba apoyada por los gobiernos español y andorrano. Ambos gobiernos lo confirmaron a principios de septiembre y la ICANN hizo pública la aprobación del nuevo dominio .cat el 15 de septiembre de 2005. La cultura catalana se convertía en la primera en el mundo en tener un dominio propio en internet.
Los retos del catalán
El .cat nace a la vez que YouTube o Facebook y acaba de cumplir veinte años con un estado de forma excelente, con más de 113.000 dominios registrados y un crecimiento sostenido y cualitativo. El dominio .cat es anterior en Twitter, Instagram, TikTok, Spotify, AirBnB, Uber, Revolut, Glovo, Zoom y OpenAI. Es evidente que internet ha cambiado y los retos de la comunidad catalanohablante también. Para defender y promover nuestra cultura ya no es suficiente con un dominio, es necesario también que nos preocupemos de cuántos resultados son en catalán cuando hacemos una búsqueda en Google o si ChatGPT nos ha respondido utilizando fuentes de información de nuestro entorno o ve a saber dónde. Estar atentos a los nuevos formatos y nuevos colectivos que crean contenidos en nuestra lengua. Y en nuestros derechos, ahora que el mundo está discutiendo conceptos como identidad digital, privacidad y personalización.
Por todo ello, el 3 de junio de 2025 la Fundación puntCAT se ha refundado en la Fundación Accent Obert, la orgullosa heredera de un gesto colectivo extraordinario que actualiza su misión para crecer en actividad más allá del dominio .cat y seguir defendiendo en digital nuestra forma de ser.