La épica y los conejos
El domingo por la mañana, TV3 nos ofrecía el Epic Trail Skydel Valle de Boí, la carrera deportiva de veinticuatro kilómetros que transcurre por paisajes espectaculares, por caminos de alta montaña, con subidas y bajadas muy pronunciadas que suponen un reto muy exigente para los participantes. Para los espectadores, sin embargo, la retransmisión resulta relajante, casi hipnótica. Quedas embobado por la competición y por los entornos naturales. La Vall de Boí en su máximo esplendor, con un verde intenso que, en un contexto de calor asfixiante como el que estamos pasando estos días, era un bálsamo, al menos visualmente. El equipo de TV3, junto a Maria Fernández, Josep Maria Puig, Jordi Grau y el análisis técnico de Anna Comet y Marc Pinsach, ofreció una cobertura interesante y amena. Pero es una retransmisión en la que la realización es clave. Las imágenes a vista de pájaro con los drones y el helicóptero permiten tener una visión privilegiada de esta zona de los Pirineos que se convierte en la mejor promoción turística. También es impresionante descubrir el seguimiento que hacen de los participantes mejor posicionados los cámaras detrás de ellos. Es tan encomiable la épica de los corredores y corredoras como la del equipo técnico que les persigue para que lo veamos bien desde casa. Los analistas facilitaron a los espectadores más neófitos entender los retos y las dificultades. La emisión permitió un seguimiento muy esmerado de la evolución de los protagonistas. El Epic Trail es emocionante por el esfuerzo físico que supone a los corredores y por los paisajes fascinantes, por las cimas y senderos que quizás no recorreremos nunca, pero que la ventana televisiva nos acerca hasta el sofá de casa.
Y si a primera hora la televisión pública nos enseñaba un rincón de la provincia de Lleida desde el aire, horas más tarde, por la noche, observábamos otro desde otra perspectiva al 30 minutos. El reportaje Conejos, la pesadilla del labrador nos mostraba otra odisea a nivel de tierra. La lucha por frenar la superpoblación de conejos que estropea los cultivos de cereales y árboles frutales. Las imágenes captadas con cámaras térmicas que permitían detectar la plaga de conejos que, de madrugada, rondan por los campos mordisqueando los cultivos, eran impactantes. Ahora bien, resultaba desconcertante realizar todo el seguimiento del drama de los campesinos, impotentes ante la plaga y los debates éticos en torno a los métodos para cargarse a la población de los bichos, y, en el tramo final, que el mismo reportaje descubriera una aparente solución definitiva para el problema. Un agricultor aseguraba tener un remedio efectivo, legal, sostenible y económico. El propio impulsor del sistema se ofrecía a demostrarlo a los agricultores desesperados que veíamos al principio. Ojalá estuvieran viendo el 30 minutos y que el programa pueda ponerlos en contacto. Y, a ser posible, que nos expliquen a la audiencia cómo ha ido la demostración para saber si, por una vez, la televisión, en vez de limitarse a explicar el drama, ha contribuido a solucionar el problema.