El mejor mediador para TV3

ElEstá pasando ha arrancado su novena temporada. El programa hace tiempo que se languidece. El espacio que analizaba la actualidad con mordacidad y mala leche, que tenía ganas de decir cosas, ha involucionado en el show de la gracieta y el estirabot. A pesar de este óbito, debe decirse que esta temporada el programa ha hecho el mejor fichaje de la cadena. Es el mejor humorista que se ha sentado hasta ahora en esa mesa. Por fin vemos a los presentadores reírse de manera sincera cuando él interviene, en vez de utilizar la tan entrenada carcajada del corporativismo.

Es Marc Buxaderas, actor, monologuista, activista por la inclusión, cómic y estudiante de periodismo. Él es el nuevo mediador del programa y debe gestionar las quejas de los espectadores. Mientras la televisión pública saturaba a la audiencia hablando de las grandezas de sus nuevos Telediario, Buxaderas fue quien le hizo la mejor pregunta a Toni Cruanyes sobre los cambios en el decorado: "¿Está adaptado el plató?" En resumen. Lo preguntaba porqué él va en silla de ruedas y sabe que el mundo no está hecho a medida de las personas que sufren alguna diversidad funcional. Cruanyes, dubitativo, aseguró que lo estaba, con la salvedad de la zona de la tarima donde él se coloca para presentar. La alegoría perfecta para confirmar las barreras físicas y simbólicas. De hecho, ni el plató delEstá pasando está adaptado. La tele es una magnífica herramienta para la inclusión, no desde el sermón sino desde la simple evidencia.

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Buxaderas te hace reír aunque no quieras. Es políticamente incorrecto, pero no desde la provocación gratuita de cómics fanfarrones, sino desde la sorna de quien se ha visto obligado a ver el mundo de otra manera. El rol que le han asignado implica ya una buena dosis de sarcasmo. Se le adjudica el papel de mediador para canalizar las quejas de la gente, apelando a la sensibilidad y empatía que se le supone a alguien con parálisis cerebral tetrapléjica. Pero, en cambio, Buxaderas se convierte en un pirómano de la protesta, capaz de enfocarse de quien se ha ofendido, del programa que le ha contratado, de la cadena de televisión donde trabaja y de sí mismo. "¿Muchas quejas?", le preguntaba este miércoles Jair Domínguez. "Teniendo en cuenta las hostias que están recibiendo los demás programas, usted puede estar contento", respondía con indulgencia Buxaderas. El guión da diana en la forma de relacionar los temas con su realidad. Cuando se hacía eco de las quejas por las burlas sobre elOdisea de Homer, el cómic lo justificaba identificándose con el argumento de la obra: "Yo que vengo de Aguilar de Segarra, ¡para mí es una odisea llegar hasta Sant Joan Despí!" Buxaderas, que debe terminar la sección agotado por la intensidad que deposita en su misión, es sarcástico, espontáneo, simpático y audaz. Es eficaz porque tiene el ingenio de quien sabe dónde quiere apuntar y la determinación de quien tiene cosas importantes que decir. Más allá de humorizar, Buxaderas nos confronta con mucha naturalidad con su discapacidad. Y lo que dice, aparte de reírnos, nos hace pensar.